agosto 06, 2011

Un legado de lucha, tortas y pundonor. En esta esquina… ‘El Popeye’

Miguel García
Zócalo | Saltillo


Foto: Miguel García-Cortesía


En la esquina de Matamoros y Juárez, se encuentra la guarida del ex rufián Escorpión Negro, quien ha hecho de su negocio de tortas el lugar del buen sazón en Saltillo y la cuna del luchador Popeye. El noqueador del boxeo sanpetrino creó al famoso marinero de las tiras cómicas para no olvidar su etapa en activo y porque ahí en su puesto de lonches se da “La Pura Espinaca” desde hace 38 años.


En el apellido lleva el sello de la casa. Don Jesús Guerrero Ortiz no deja de chambear ni su afición por el deporte desde los 14 hasta sus 78 años de edad, aunque hoy sólo promueve sus dos pasiones: el box y la lucha libre.


De vendedor ambulante, a los ocho años empezó a trabajar al lado de su papá don Manuel, “El Güero Nevero”, en San Pedro de las Colonias. Abandonó la primaria y aprendió el negocio familiar que se extendería a su quinta generación, haciendo golosinas de lo que sea: leche, camote, calabaza. También trabajaron el azúcar y piloncillo, varias cajetas, además de nieves, paletas y churros.


“El deporte lo lleva uno en las venas. Hasta ahora, aunque no luche ni nada, sigo teniendo contacto con los muchachos de la lucha. Sería por mi inquietud, por mi deseo, por traerlo en el corazón”, enfatizó.


Don Chuy no halla diferencia entre box, lucha y la vendimia. El comercio fue un tercer deporte con el cual ganó el dinero para su familia de 12 hijos que llevó consigo a Torreón, Delicias, Chihuahua, Monterrey y Saltillo.


“Salía de boxear y me iba a atender el negocio que tuviera. Salía de luchar y era igual. Nunca dejé el comercio, todo el tiempo seguía allí”, dijo añadiendo que dejaba un responsable cuando él subía al cuadrilátero. “Para mí fueron igual. Tenía que entrarle duro a la chamba”.

‘EL CAMPEÓN’ DE SAN PEDRO

“Cada jueves hacían lucha libre y antes calentaba el ambiente entrando a dos round a los 14 años en peleas de botana”, recordó. “Vendía aguas frescas y lonches afuera del Cine Obrero en San Pedro. Entraba a ver la lucha y me gustó el ambiente. Fue como me hice boxeador”.

Su carrera como pugilista se hizo en su pueblo natal; duró dos años en peleas de 2, 3 ó 4 asaltos hasta dar 38 combates, luego brincó a profesional y en Torreón se retiró a los 22 años con 25 pleitos. Una vez el ídolo nacional José “El Toluco” López peleó en Torreón y a don Jesús le tocó protagonizar el segundo pleito.


Su mánager era “El Carbonero”, a quien debía pagarle 30 de sus 70 pesos por pelea. “Nos llevaba a los ranchos, a veces nos mandaba a pie cuando eran los aniversarios”, sonrió.

“Mi clave era luego, luego, entrando y a tumbar”, reveló. “Me duraban poco. Lo más que duré fue ocho rounds. En el box sí me tocó venir a Saltillo en un parque frente a la Alameda contra ‘El Tunerito’ de San Luis. A él lo noqueé en el octavo”.

“Cuando llegaba a mi casa, me decía mi mamá: ‘Así que al niño le gusta recibir golpes, ¿verdad?’”, recordó. “Me agarraba de las greñas y me ponía unas cachetadas sobre los moretones. Pero ella me curaba con lienzos de una hierba. Así me bajaba lo hinchado y listo para la otra”.


De buena pegada, narró que una vez peleó con un muchacho flaco. “Traía una ‘bicicleta’, corría y corría… Pero en una de esas que me le arrimo, con un derechazo a la quijada lo noqueé”, relató. En otra ocasión, le quebró la nariz a su rival.


“Pero no me suspendían la pelea”, indicó. “A mí me daba miedo volverle a pegar. Cuando salía, iba limpio, pero le pasaba la mano como no queriendo y otra vez, chorros de sangre. No vaya a matarlo. En vez de pegarle en la cara, le di en el estómago”.


EL ESCORPIÓN NEGRO

La máscara negra con dos alacranes a un costado de cada ojo nació poco después de que colgó los guantes el “Campeón”. Tras mudarse a Torreón en 1952, reconoció en el gimnasio de la Plaza de Toros a varios luchadores que vio durante sus andanzas de boxeador.

Debutó con “El Húngaro” Arellano en la Arena Olímpica de Gómez Palacio, Durango. Él era su compadre y escogió el nombre del rudo hasta los huesos. Siendo del bando marrullero, consiguió varias cabelleras; una de ellas fue la del “Chacal” Ramírez, del famoso “Pokarito” Ramírez y otra más de uno de los Espantos sin máscara, “El Toro” Cisneros.


“En un año aprendí todo, agarré cuerpo porque estaba medio flaco, aprendí a caer, esquivar y sacar los golpes”, recordó. Sus mejores combates fueron contra el Cosaco Loco en ranchos de la Comarca Lagunera. “Enojado, metía el puño y fue lo que me hizo famoso en la lucha libre”, dijo. “Yo desciendo de la escuela ruda, fue la que agarré. Se me hacía más fácil”.

En 1964 se retiró de los cuadriláteros cuando al ganar 10 pesos por lucha no rendía el gasto y llegó a Saltillo. Luego de sus estadías en Delicias, Chihuahua, y Monterrey, Nuevo León, buscando fortuna en sus negocios de golosinas, nieve y churros, eligió a la capital de Coahuila por su feria donde las personas hacían fila para deleitar su paladar con los productos de “Chuy y sus ricos churros”.


De sus 17 hijos, nacieron 46 nietos y “todos traían su torta bajo el brazo”, aclaró, pues ellos le han dado hasta hoy 26 bisnietos.



















EL POPEYE

Pese a su edad, al lado de amigos del pancracio nacional y local como el réferi Salvador Hernández “Salvatori”, sigue en contacto con su deporte preferido. Incluso, creó al personaje que le da fama desde el cuadrilátero a su negocio de lonches, El Popeye, en sus múltiples versiones y atuendos.

“Había un muchacho que quería hacer un Popeye boxeador; incluso mandé a hacer un Popeye en guardia con guantes y se mira bien. A lo mejor de pronto lo saco”, confesó. El único requisito es que los marineros de espinaca sean técnicos
.

Rudo hasta la médula, sabe que hay que ser técnico en el negocio “para atender al cliente bien” y, al igual que en su etapa juvenil de boxeador, las Tortas Popeye han sido un nocaut en Saltillo. “Ahí cuando algún borrachito que se pone necio. Entonces sí me lo llevo para los arbolitos y saco le pegada”, finalizó alzando su brazo derecho.


TABLA

Nombre de pila: Jesús Guerrero Ortiz

Nombre de batalla: Escorpión Negro

Alias: El Popeye, El Campeón y Guerrero

Edad: 78 años

Estudios: 2do. Grado de primaria

Luchador: 10 años. Estilo: Rudo

Boxeador: 8 años. Estilo: Noqueador

Peleas amateur: 38

Peleas de paga: 25

Sus ídolos: El Santo, Black Shadow, Blue Demon y José “El Toluco” López.

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