Zócalo | Saltillo
Foto: Miguel
García-Archivo
Durante el día,
se esconde tras la apariencia de un profesor serio, formal y de rigurosa norma
en el aula, incluso tal vez odiado con el odio pueril, como dicta la costumbre,
por sus estudiantes. Pero apenas cae la tarde, escapa a la rutina del salón de
clases y entrena para brillar como ídolo de los niños en el cuadrilátero.
Celoso de
cubrir su identidad y por respeto a su profesión, igual que abuelo y tío, Zorro
Plateado Jr. prefirió buscar otra escuela para no revelar el mínimo detalle
porque busca conservar intacta la incógnita, aquélla que pudo perder con el
Pandillero en un combate sangriento en la APN un 31 de mayo de 2009.
Este año es
especial para el
esteta saltillense, exponente clásico en la lucha libre con gran herencia a
cuestas. En 2012 el profesor de Secundaria cumple una década de labor docente
y, también, casi en activo como el menor de los plateados.
Sin embargo, el
nieto de don José Aguirre Quirino debió cumplir la única exigencia como sus
familiares del trancazo y costalazo para iniciar su camino en el pancracio
nacional: darle un título profesional. “Fue el requisito de mi abuelo. Si quieres
luchar, primero estudia. Fue igual con los Kikapoo”, aclaró. “Mi inicio fue a
la par, empecé entrenamientos al ejercer la profesión de docente”.
La oportunidad de
pertenecer al magisterio llegó tiempo después de su debut en el ring el 30 de
marzo de 2003. “Siempre me gustó convivir con los niños. Tuve la oportunidad
cuando Humberto Moreira era Secretario de Educación, presenté un trabajo en
esta escuela como voluntario, le gustó y fue el modo que ingresé al sistema
educativo”, recordó el padre de familia.
El horario de
su trabajo es cómodo y le permite luchar. Cuando se complica, es en salidas a
Monclova, Monterrey o Gómez Palacio, Durango. Pero eso no le impide hacer los
viajes.
“Regresamos a las
4:30 de la mañana y al día siguiente ya estoy aquí dando clases, sin importar
el desvelo o alguna lesión, tenemos que estar aquí al pie del cañón”, advirtió.
“Es consecuencia de llevar una doble vida. Tengo dos sectores a quienes servir,
es a mi público en la lucha y a mis alumnos en la escuela. Mientras pueda, no
puedo quedar mal con ninguno de ellos”.
El atleta confesó
que el ensogado es una válvula de escape: “(Ser maestro) es un trabajo
desgastante porque es tratar con más de 200 muchachos diariamente, son varias
secciones por atender. Cada grupo es de 50 alumnos. Entonces el estrés, el
cansancio, el desgaste, trato de hacerlo a un lado yendo a entrenar. En las
funciones de lucha se me olvida todo en el ring”.
‘ESCAPISMO’
Escapista cual
Houdini en el llaveo al ras de lona, el gladiador también domina burlar a los
más curiosos. Es tal actor que ni Damián Bichir a la hora de ocultar su
incógnita a los alumnos fisgones; a veces, recurre a la estrategia de negar su
gusto por la lucha libre.
¿Es fácil cambiar papeles?
Es fácil (luchar) cuando
me pongo la máscara y es fácil ser maestro sin ponérmela. Si llegara enmascarado
al salón de clases, no sabría qué hacer. Y lo mismo, estar en un ring sin
máscara no estaría a gusto, no sería yo.
¿Hay alguna similitud entre ambas
actividades?
Convivir con la
gente es una coincidencia, aunque es distinto. Al llegar al salón, (lo hago)
serio. Los muchachos te ven con cierto respeto. Creo que ni por la cabeza les
pasa que enfrente está un luchador. En la arena mi personaje es muy serio, pero
la gente lo ve de otra manera, están los gritos y el apoyo a favor.
¿Te has topado a algún conocido que no sepa
tu secreto?
Son bastantes las
ocasiones que como parte del público veo a mis alumnos y no se imaginan
siquiera que soy yo.
A veces hablo con
ellos y les digo: ‘Oye, me dijo un amigo de la escuela que andabas en la lucha’.
‘Sí, profe, me gusta. ¿Vamos?’. Yo le digo: ‘No, la verdad a mí no me llama la
atención ese deporte, se me hace muy violento’. (Risas), bueno, pero es parte
de cuidar la identidad.
¿Qué haces cuando como maestro te invitan a
una función?
Les digo que no me
gusta. Yo prefiero el futbol o beisbol. Me han dicho alumnos que si hago
ejercicio, porque se nota en apariencia con mis compañeros.
Los golpes se
notan en el pecho y la caja torácica. Rara vez llego a la escuela con alguna
lesión, pero se ha dado con vendaje en un brazo, ando cojeando por dolencia en
la pierna, pero a los muchachos es fácil engañarlos.
¿Alguna vez te han descubierto?
Una ocasión luché
en el Palenque, salí en mi coche y me va siguiendo una camioneta con gente que
estuvo en la lucha e iba echándome porras. Logré perderlos en las calles y me
pude desenmascarar. Al otro día, lunes, salgo de mi labor docente y estaba un
muchacho recargado en mi coche. Y me saluda: ‘¿Cómo estás, Zorro Plateado?’ ‘No
sé de qué me hablas’, le digo. ‘Yo sí sé. Ayer iba en una camioneta siguiendo
al Zorro Plateado y venía en este carro. Pero no se apure, profe, voy a guardar
su secreto’.
Si alguno lo desea
o me lo topo en un ring durante el entrenamiento, con mucho gusto lo voy a
asesorar en lo que pueda. La imagen del maestro es no promover la violencia, alejarlos
de los vicios, todo eso para cuidar a la juventud. Pero no podría promoverla en
el salón, directamente.
TABLA
Nombre de batalla: Zorro Plateado Jr.
Profesión: Profesor de Secundaria (Nivel medio superior).
Debut: 30 de marzo de 2003 en Arena Obreros del Progreso.
Estilo: Técnico.
Galardones: Campeón en parejas de Coahuila APN junto a su tío, Zorro Plateado.
Cabellera: Pandillero, obtenida el 31 de mayo de 2009 en la Arena Pavillón del Norte.
10 años ha cultivado el deporte preferido por su abuelo, la leyenda saltillense Zorro Plateado, y ha hecho del aula su lugar de trabajo como profesor.
1 comentario:
Excelente reportaje, Miguel una faceta poco conocida del Zorro Plateado Jr. gracias
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