Big Neurosis y Símbolo provocaron la hilaridad. |
Miguel García
Zócalo | Saltillo
Foto: Miguel
García
Entre pancartas y
gritos similares a los del Coliseo romano, un grupo de ciudadanos más y peor que
indignados se reunió ayer frente al Congreso del Estado para prohibir las
funciones de lucha libre en Coahuila por la exhibición de actos “indecorosos y
violentos” en sus espectáculos.
Amas de casa, padres
de familia y estudiantes se presentaron con varias demandas para los diputados y
el firme propósito de acabar con un deporte que llegó a México en 1933 para
entregar ídolos como El Santo, Blue Demon, El Solitario, Black Shadow, Gori
Guerrero, Tarzán López, Murciélago Velázquez, Cavernario Galindo, Huracán
Ramírez, Médico Asesino o Mil Máscaras.
Los principales
argumentos de los manifestantes fueron el repudio a las escenas sangrientas
donde los gladiadores alcanzan una de las vertientes del deporte para demostrar
el paroxismo de su pasión en el ring, bañándose en líquido escarlata.
Tempestad bañado en sangre. |
“Parecen fuentes
cuando les sale el chorro y con ese encono promueven la violencia”, afirmó una
señora de la alta al punto del colapso. “Nosotros como quiera, pero, ¿y las
criaturas?”, añadió.
Aunado al problema
que impera en la Comisión de Box y Lucha Libre de Saltillo, cuya dirigencia
sigue acéfala tras el deceso de su anterior presidente, Zorro Plateado, el
conflicto incrementó cuando uno de los irritados expresó su contrariedad por la
presencia de los llamados exóticos.
“Esos cuerpos varoniles, untados en aceite, fuertes y redondeados, no son materia de diversión para jóvenes o niños”, comentó el sujeto. “Al dar besos y abrazos a los de su mismo género, ponen en duda su heterosexualidad y confunden el ánimo de los más inocentes”, agregó.
King Rap enseña las carnes de su rival. |
Otros aspectos más
reprochados por los reunidos ahí fueron los actos impúdicos como el calzón
chino, enseñar los glúteos, cubrir el rostro tras una mentira o usar mallas. “Los
únicos hombres en mallas son los cirqueros”, externó uno de los participantes
que prefirió el anonimato. “Portar máscara no inspira confianza, algo esconden.
Tampoco se vale avivar a las señoras a tocar partes inmorales de los luchadores
y menos con el marido en frente”, finalizó.
Mucho se dijo en
esta manifestación, sin contar el menosprecio por las malas soeces, “aquellas
inocentes” por las que Carlos Monsiváis comentó: “El aluvión de
‘malas palabras’ que a lo mejor alguna vez dijeron algo pero que hoy,
exclusivamente, son ganas de evocar las épocas del habla clandestina”.
Cuije abusa del Comando Negro. |
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