Calibre 57 / Zócalo Saltillo |
Zócalo | Saltillo
Foto: Gabriela
Balleza-Cortesía
La lucha libre fue
el deporte de su preferencia sobre ciclismo o beisbol, y otra plataforma para
socorrer al prójimo; ahí el gladiador tomó el nombre de “Pénjamo pequeño” y
puso a prueba su persistencia a base de azotones y catorrazos. El rufián de los
ojos verdes hizo gala del corto apellido, pero también de gran corazón dando
funciones a beneficio y rescatando a personas del mortal fuego.
Huérfano de padre
a los 15 años, don Felipe tenía que apoyar en su casa. Después, conforme fue
creciendo su vocación por ayudar a los demás, se enlistó como voluntario de la
Cruz Roja y del cuerpo de bomberos del GIS hace varios años, postergando el
estudio. Esa meta la alcanzaría hasta sus 40 años de edad, como licenciado en
Administración de Empresas.
“Siempre me ha gustado ayudar a la gente y
hacer servicios sociales”, externó Felipe de Jesús Pequeño, quien durante 17
años forjó una trayectoria en los encordados al lado de sus compadres, Sarapero
o Max Ramos. Ellos tuvieron el carácter para dar auxilio a familias que no
podían solventar los gastos de un funeral o accidente, gracias a sus combates
sin cobrar un peso.
Aunque el inicio en
el ring no fue fácil, pues durante 1963 en el Club Deportivo Madero no quedó
satisfecho con su debut ante Chivo García. Por ello, volvió al gimnasio y en
siete meses regresó al cuadrilátero.
Luego de tres años
de combatir en luchas preliminares, en Ramos Arizpe tuvo la oportunidad de alcanzar
las contiendas estelares en sociedad con El Mulato y ante la pareja de
Relámpago Sam y Zorro Plateado. El consejo del Zorro Plateado se le quedó vivo en
la memoria: “Ya llegaste a la estrella. Si quieres seguir es cosa tuya”.
Cuando era Medusa I. |
Pero sin
importarle sus propias necesidades como el estudio, acudía al llamado de quien
requería sus servicios de apagafuegos o cuando algún párroco le pedía luchar
“de gorra” porque quería recabar fondos para la edificación de alguna iglesia,
como la de la Sagrada Familia en Saltillo.
Sin embargo, su
abandono del ring fue forzoso. “Me retiré el 23 de septiembre de 1980 porque ya
no podía. Estaba casado, trabajaba en Cinsa, pertenecía al cuerpo de bomberos
del GIS, estaba estudiando y andaba luchando. De todo eso, tenía que agarrar
algo”, reconoció.
Años más tarde, junto
a otros ídolos locales del deporte del costalazo, en septiembre del 1990 el “Fabuloso
Pénjamo” participó en la lucha del recuerdo organizada en el gimnasio “La
Maquinita”, donde un lleno a reventar le puso los cabellos de punta.
Añadir leyenda |
SÓLO ‘PEQUEÑO’
DE APELLIDO
Una de sus mayores
rudezas le provocó ser corrido de la Iglesia de la Sagrada Familia en una lucha
a beneficio. Después de masacrar a los técnicos, la gente le llovió a pedradas,
los corretearon a él y Plebeyo (después Sarapero), vestidos aún con el equipo
de lucha. Tomaron un taxi y la pagó la mamá de uno de ellos.
Durante su
juventud, era aficionado al ciclismo y beisbol. En ese entonces, prometió que
entraría a estudiar en cuanto Saraperos de Saltillo quedara campeón de la Liga
Mexicana. Pero perdió la paciencia y, animado por su esposa, empezó la
secundaria a los 31 años.
“Terminé la
carrera (universitaria) y no fueron campeones hasta 2009. Si los hubiera
esperado, no hubiera hecho nada de lo que fui”, mencionó entre risas.
Para ayudar en la
economía del hogar materno, fue cantinero, trabajó en la tintorería Magestic
donde conoció a su esposa. “Entré a Cinsa como barrendero el 24 de junio de
1968. Cuando terminé mi carrera, estaba en asesoría y servicios GIS. Termino y
me dan a escoger entre dos gerencias. Escojo transporte aéreo. Me fui a
trabajar al aeropuerto donde estaban los aviones del grupo”, relató. En 1990 lo
reajustaron y se acabó todo.
APAGAFUEGOS
Durante su tiempo
de servicio, el trenazo de4 de octubre en “Puente Moreno” fue el accidente más
duro que presenció. “Me acuerdo que llegué el día 5 a las 6 de la mañana”,
dijo. “No nos dejaron entrar en el ‘bocho’. Nos dejaron lejos, pasó un jeep de
la Sexta Zona y nos llevó hasta adentro. Íbamos con casco, equipo y todo. Me
presenté con el comandante y me mandó a ayudar”.
“Lo primero que
saqué fue una señora embarazada que aventó la criatura. Cuando andábamos
cansados, dormíamos 10 ó 15 minutos. Nomás oías las sirenas y a sacar gente,
vivos y muertos. Muchas cosas bien tristes y muy bonitas que viví”, recordó.
Sin embargo, su
labor siempre fue reconocida por la comunidad, no sólo por el gremio de
bomberos en 2005. “Cuando se incendió el corralón municipal, se quemaron 20
camiones de basura y pipas de chapopote. Lo más bonito fue cuando nos aventamos
de las 3 a 7 de la noche, veníamos (de regreso) y la gente nos aplaudió mucho”,
narró.
“Estaba estudiando
la secundaria y tenía examen de civismo ese día. El profesor dijo a los que
iban a exentar y al último dice mi nombre. ‘Lo vi haciendo su acción cívica en
el incendio’, me dijo. También le pidió un aplauso a la raza para mí”, finalizó.
TABLA
Nombre de pila:
Felipe de Jesús Pequeño Sánchez.
Nombre de batalla:
Las Medusas (pareja) y Pénjamo Pequeño.
Edad: 68 años.
Bando: Rudo.
Lugar de
nacimiento: Colima, Colima.
Esposa: Seferina
Aguirre Valero (5 hijos).
Maestro: Juan
Pablo Tamez.
Debut: Club
Deportivo Madero en 1963.
Retiro: 1980.
Lucha del recuerdo: 1990 en “La Maqunita”.
1 comentario:
agradezco de todo corazon la entrevista que me hicieron en esta su casa,estoy a sus ordenes para cundo me requiran.
a t e n t a m e n t e
el penjamo pequeño
Publicar un comentario