Miguel García
Zócalo Saltillo
Foto: Archivo
Esclavo de los romanos, aquel mítico guerrero peleó en el Coliseo contra gladiadores de espada y tridente. Cuando ganó la libertad por sus triunfos, no olvidó a los compañeros. Volvió y consiguió el escape del resto. Desafió al imperio y, aunque murió crucificado, su ideal inspiró múltiples hazañas.
En Saltillo un hombre apasionado por el deporte rudo lo tomó de ejemplo tras una máscara multicolor con forma de yelmo griego. Desde el cuadrilátero, Espartaco evoca los combates de la época entre sangre, polvo y sol, con la atmósfera de la arena similar a la de aquel circo romano.
“Es algo que se vive. La película del Gladiador la veo hasta tres veces. La forma de enfrentamiento, cuerpo a cuerpo, me emociona y sube la adrenalina. Eso lo transporto al ring”, comentó.
“Cuando me pongo mi equipo, mi máscara y me dispongo a tener un combate en contra de cualquier adversario, siento lo mismo”, precisó. “Sé que en las películas es más actuación, pero con nosotros el contacto es directo y agresivo. Pero eso siento al ser Espartaco”.
Cuando recordó a quien le inspiró, su voz se exaltó: “Espartaco era un gladiador fuerte y bueno a la vez. Era el líder. Quiso ser un libertador, aplicar la justicia. No soy un Chucho El Roto, pero me gusta señalar al que hace mal, reclamárselo, decir si está abusando. De alguna manera, soy así”.
Aunque era libre por el perdón, Espartaco volvió para salvar a los opresos. El luchador de Saltillo intenta imitarle en lo deportivo. Promotor del beisbol y la lucha libre, no es egoísta y busca el bien común.
“De nada sirve que yo esté muy bien si los demás están mal. Puedo arrastrar a otros más para que estén mejor, salgan de ese problema, que no sean sobajados de alguna forma, no ser sumisos”, explicó.
Como luchador alcanzó la gloria en dos ocasiones al coronarse campeón mundial de las Américas y campeón estatal de tríos en la APN, con Rebeldes Tuareg, Nitro y Dr. X. En su profesión no le va mal. “Afortunadamente para mi persona, tengo otro trabajo de a diario; pero desafortunadamente para el luchador, no puedo buscar esas plazas”, recalcó. “Mi trabajo no es la lucha, la practico al 100%. Pero no es mi modo de vida”.
Sin embargo, en su mente habita la idea de hacer giras por México y a nivel internacional. “Cuando vinieron Blue Demon y El Santo y me vieron luchar, me invitaron a Inglaterra. No los pude acompañar. He tenido otras invitaciones a Japón y no he podido ir por cuestiones más importantes”, reveló.
PRIMERO EL BEISBOL
De profesión, ingeniero civil y luchador por afición. Pero el beisbol fue su amor de la infancia. Durante 10 años abandonó el diamante, pero retornó hace 12 para apoyar sin interrupción las ligas infantiles como cuando era joven y jugaba en Ligas Pequeñas.
“Antes jugábamos beisbol con pelotas dañadas, bat de madera a veces hechizos, guantes remendados con alambre de paca. No conocíamos las guanteletas”, recordó. Pese a las carencias de la época, creó a los 13 años su primer equipo con niños de7 a 8 años: Los Venaditos de Compañía Ferretera del Norte.
“Dejé de ayudar a esos niños porque la pelota me costaba 12 pesos y el ampayeo 6 por juego. Sí los pude pagar pero después no hubo manera”, comentó. Pero el esfuerzo lo llevó a cabo.
NACE UN GUERRERO
La lucha la conoció por el profesor Bernardino Silva y a los 14 años debutó en la Arena Obreros del Progreso como Black Star (Estrella Negra). A sus 29 años de trayectoria, Espartaco señaló que cuando pierda la máscara será para retirarse.
“Nunca la voy a dejar de practicar (la lucha), me siento joven. Mi edad todavía me da 15 años más de práctica. Tal vez luche desenmascarado si la pierdo. Hoy me siento preparado y más maduro”, expuso.
El pancracio le ha dado satisfacciones desde antes. “Un tiempo en la escuela de ahí mantenía mis estudios”, dijo. “En Saltillo agarrábamos giras. Salíamos el jueves y regresábamos el lunes por la mañana y salía un dinero para escuela, libros y las inscripciones. Con eso viví, incluso quedaba para algo más”.
Entre sus identidades están Forastero, El Muerto, El Difunto. “Siempre me interesaron los bucaneros y gladiadores. En aquel tiempo buscaba el nombre de Gladiador pero ya existía uno en México”.
También, entre sus rivales, la lista es larga. “He luchado contra el Rayo de Jalisco Sr., el Rayo de Jalisco Jr., el Hijo del Santo. Enfrenté a los Dinamita, los Villanos. Incluso a Último Guerrero y Negro Navarro.
‘CAMPEÓN MUNDIAL
POR DOS SEGUNDOS’
El Último Guerrero es uno de sus más feroces y temibles rivales. Aunque expuso su campeonato mundial peso completo del CMLL en la APN contra el mítico capitán de los rebeldes, no lo aceptó tras su derrota. “Se dio cuenta de la preparación que hay en Saltillo”, dijo. “Ese campeonato no lo tomé a la ligera”.
Pero en una segunda opción, Espartaco tocó la gloria. “En Monterrey expuso el campeonato. La empresa lo obligó a que cumpliera sus palabras. Le volví a ganar, pero en una mala jugada los referís me robaron la lucha. Pero, bueno, fui campeón mundial por dos segundos”, subrayó.
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