“Con alma de zorro
y corazón plateado”, así se definió el llamado “Jefe Indio” tras el deceso de
su abuelo, Zorro Plateado Sr. Nacido en Monclova, Coahuila, es el más activo de
la dinastía de don José Aguirre Quirino, leyenda saltillense de los encordados,
y porta con orgullo su legado, la máscara plateada, en algunas funciones.
“Los Zorros luchan
cada que pueden, pero yo me dedico a la lucha, es lo mío”, aclaró el rufián que
supera los 130 kilos de puro carisma, técnica y rufianadas en el ring.
Textos: Miguel García
Foto: Cortesía
Textos: Miguel García
Foto: Cortesía
Guardia de bares,
sabe tratar con los rebeldes y no escatima recursos ni fuerzas en maniatarlos a
punta de patines y sopapos para ser el amo del escándalo en las arenas con
bravuconadas como “¡Así me gusta, calladitos!”, “¡Órale, indios!” o “¡Arriba
Monclova”. “Se me da la lucha ruda, los golpes y hacer enojar a la gente”, afirmó.
Su tonelaje lo
llevó a militar entre los malandrines porque de los voladores no hay valiente que
se le ponga adelante. Viene de una dinastía dividida entre rudos y técnicos,
pero por un origen común en el bando limpio conoce sus secretos.
Además, su peso
vale oro. Ha sido campeón de parejas al lado de Guerrero Negro Jr. en la Arena
Pavillón del Norte, campeón peso completo de la FILL (Federación Internacional
de Lucha Libre) y campeón peso completo de Nuevo León.
“La lucha para mí
es todo”, afirmó a sus 25 años de edad. “Mi abuelo me enseñó a quererla, amarla
y la defiendo con todo mi corazón”. Su debut fue en el 2004, en la tierra del
acero. Pero su formación en lucha libre fue bajo la supervisión de su abuelo en
el gimnasio del Lobo Yaqui y al lado de tres gladiadores con los que tiene
parentesco: Zorro Plateado, Zorro Plateado Jr. e Indio Kikapoo.
En algún tiempo le
dio por atajar el balón de futbol soccer y jugar voleibol. Incluso fue
seleccionado estatal para varios equipos y ahí exhibió una de sus mayores
habilidades que enmudecería a más de uno. “Fui portero y, como entrenaba lucha,
a lo que pasaba por la portería me le tiraba”, recordó. Desde entonces no tenía
problemas con su peso.
“Dicen que soy ágil,
yo no me considero así. Pero desde chico he practicado deporte”, resaltó. Sin
embargo, sus caídas, juego de cuerdas y saltos
al vacío revelan una agilidad innata en el cuadrilátero.
Aunque no
frecuenta mucho tirarse desde la tercera cuerda, se atreve con algún tope
suicida o semi plancha ante la sorpresa del público. “Me he aventado dos o tres
vuelos, se necesita valentía”, dijo.
Aunque más valor
requiere el rival, supo reconocer. “Para el que recibe está un poco duro.
Incluso el Hijo del Guerrero Negro Jr. me recibió y salió lastimado. Duró dos
meses y medio fuera de la lucha por una lesión”, agregó. Pero se dice con
suerte, nadie se le ha rajado. “Me han tocado buenos luchadores”.
Su única fractura
está en la clavícula pero por una mala caída.
VA PARA JEFAZO
Su experiencia de
7 años arriba del enlonado suma combates junto a Adolfo Tapia, L.A. Park, y un
mano a mano contra el miembro más pesado de Los Perros del Mal, Head Hunter. Su
tránsito por diversas ciudades del país no le han quitado los pies de la
tierra.
“He trabajado con
Atlantis, Héctor Garza, Shocker, Loco Max. He trabajado con Triple A, My
Flowers, Sangre Chicana, Sangre Chicana Jr., Hator. Entre los independientes,
con la mayoría, como El Solitario o L.A. Park. Me he enfrentado a lo mejor de
la baraja luchística”, advirtió.
No obstante, combatir
junto a ellos no le dio tanta satisfacción como subir al ring con su abuelo. “Mi
máximo ídolo”, aclaró. “El día que luché con mi abuelo en un homenaje que le
hizo Alfonso Torres, al final se me salieron las lágrimas. Fue un orgullo para
mí luchar con él”.
Cuando formó con
su parentela la tercia del “Legado de la sangre”, se sintió a gusto. “Es lo que
siempre planeamos, luchar juntos. Desgraciadamente, por cosas del promotor, no
pudimos seguir y a mí me interesa salir con mi personaje”, relató.
UNA OPCIÓN ES MÉXICO
“Es muy difícil
estar en México. Vas a la aventura como muchos se han ido. Mi paisano L.A. Park
me ha contado que se sufre mucho allá en México y uno sí la piensa”, confesó,
pese al deseo por encontrar fortuna entre los mejores gladiadores del país.
“Yo estuve una
semana pero la vida es muy difícil allá. La vida es muy rápida, están
acostumbrados a otras cosas. Necesitas con qué sobrevivir porque no tienes
trabajo y estás todo el día dedicado al gimnasio y tu entrenamiento”, narró.
NUMERALIA
7 años de
experiencia en el cuadrilátero lleva el “Jefe Indio” de Monclova, Coahuila.
25 años de edad tiene
uno de los herederos de la única leyenda saltillense, Zorro Plateado Sr.