noviembre 28, 2011

ATLANTIS: UNA LEYENDA VIVA


Miguel García
Zócalo | Saltillo

Foto: Miguel García-Gerardo Ávila-Armando Aguirre

“Tengo seis máscaras muy valiosas que cada seis meses las baño. Las lavo y me pongo a platicar con ellas. Son unos trofeos maravillosos”, confesó Atlantis la manera de celebrar sus hazañas, inmortalizadas en el libro sagrado.

“Soy el luchador que tiene más logros, más máscaras importantes (ganadas) en la Arena México. Más que el Hijo del Santo y Blue Demon Jr.”, afirmó. “He hecho mi propia leyenda en la lucha libre gracias a una campaña blanca y al mejor público de las arenas, que son todos los niños”.

Talismán, Hombre Bala, hermano del Pirata Morgan; Tierra, viento y fuego, Kung Fu Sr., Mano negra y el Villano III fueron las identidades que acabaron en manos del “Rey de los mares” durante sus 28 años de trayectoria. Y todavía faltan. Una de ellas podría ser, según rumores, la del Último Guerrero.

“Desde la primera máscara que le gané al Talismán en el ‘86 hasta la última, la del Villano III en el 2000, fueron máscaras muy codiciadas en su momento de súper estrellas”, subrayó.

“Si tienes esa presea tan codiciada por muchos luchadores —tenerla en mis manos porque me costó sudor, lágrimas y mucho esfuerzo—, me siento muy satisfecho”, manifestó.


EL AMOR POR
LA MÁSCARA
Sin embargo, resaltó que, pese a la confianza en sus habilidades y fortalezas, siempre subió al ring con el temor del fin de Atlantis y su incógnita. “Desde mi primera apuesta, pensé que iba a perder la máscara”.

Es tal su cariño por su identidad que presume  de algo más: “Tengo la primera máscara que mandé hacer y ningún luchador de México tiene su primera máscara. Yo la tengo ahí. Tiene unas 10 o 15 luchas. Ahora está toda amarilla, pero era blanca”.

Hoy el lugar que muchas veces ocuparon sus rivales, Atlantis lo tiene asignado. El ídolo de los niños es él; la “tapa” más cotizada es la suya. Pero, según reiteró el profeta que volvió al bando técnico tras 6 años de ausencia, “todavía no nace quién me la gane. Yo me quiero retirar con esta máscara, donde está escrito el nombre de Atlantis en letras de oro”.

A sabiendas de su popularidad y las comparaciones entre leyendas del ring, Atlantis aseguró: “Llegar a la talla del Santo o Huracán Ramírez, es un privilegio de Dios y este deporte”.



ATLETA ANTES
QUE ATLANTIS
“Era deportista desde la edad de los 5 años. Siempre he sido luchador y siempre me ha gustado el deporte de alto rendimiento”, recordó. “Estuve en natación, luego en el pentatlón y a los 14 años entré a la escuela de la lucha libre. Estuve aprendiendo 6 años”.

“La lucha libre es una carrera”, sentenció. “Nunca dejas de aprender. Yo estudié cuatro luchas: la olímpica, grecorromana, intercolegial y la lucha libre”.

Aunque sus papás lo mantenían para estar en la escuela del “Diablo” Velasco, no quiso dejar todo el gasto a su familia. Por ello realizó trabajos que pagaban algunas cosas cuando se mudó a vivir al gimnasio de la Arena Coliseo, en Guadalajara.

Un 11 de julio de 1983 en la Pista Revolución debutó Atlantis sin hacer otra cosa. “Desde que debuté siempre me he dedicado a la lucha libre”, dijo. Después de sus éxitos y de abanderar a los técnicos por 22 años, se cambió al bando rudo y creó los Guerreros de la Atlántida junto al Último Guerrero. Hace poco retornó a la esquina de los limpios y de su antiguo aliado hizo ahora su acérrimo rival.

LOS SECRETOS DEL
‘REY DE LOS MARES’
¿Cuál es la clave para ser un emblema de la empresa?
Disciplina, constancia, respeto y el trabajo. Es fácil llegar, pero mantenerse es muy duro. Estar tantos años a cierto nivel en la lucha libre, no cualquiera. Somos pocos. Hay muchas estrellas que llegan dos o tres años y desaparecen.

¿Cómo vivió el momento de quitarle la máscara al Villano III?
Es la cosa más satisfactoria. Son obstáculos que piensas no pasarlos porque son rocas muy difíciles de brincar. Fue una lucha inolvidable para mí y memorable para mucha gente aficionada. Esa lucha fue para mí la más dura y la que más se me ha quedado en la mente y en el corazón.

¿Qué pasó antes de la lucha que sería considerada una de las mejores en los últimos años?
Cuando firmé el contrato no podía dormir ni comer. Andaba inquieto, dormía dos horas, me levantaba y se me iba el sueño. Faltaban tres días y era peor, (andaba) más acelerado, como cuando tienes la primera novia con esas cosquillas en el estómago.
Subí muy nervioso a esa lucha y terminé súper relajado, hasta lloré cuando acabó por tanta presión acumulada un mes.

¿Ambos estaban conscientes de lo que podían llegar a hacer con esa lucha, el prime pago por evento en México?
Claro, no era a tres caídas. Era a una sola. Era ganar o ganar. En ese momento pensaba que sabía luchar como un gran gladiador para defender mi mayor presea, querida por mí y todos los niños: mi máscara.

¿Qué es la lucha libre para Atlantis?
Es un deporte de México, es una artesanía. La lucha olímpica es una maravilla, no lleva golpes al igual que la grecorromana. Intercolegial sí es peligroso, es un doctorado para que te conozcan en el mundo entero. Ya en la lucha libre se juntan las tres luchas con topes y patadas voladoras.

¿Cómo crear el castigo de “La Atlántida” y que se quede en el gusto de la gente?
Vete al ring a entrenar. Yo sigo entrenando lucha libre y aprendiendo. Ahí salen ideas y mil llaves. Esa llave yo la aprendí en el gimnasio, yo la inventé. Desde el momento que la apliqué la primera vez, sentí que para la gente la llave era de su agrado. Me dio un estilo. La gente sabe que con esa llave Atlantis tiene el triunfo. Nadie se va a escapar.

noviembre 19, 2011

''LUCHAR ES SU PASIÓN': DINASTÍA DEL PANTERA NEGRA

Miguel García
Calibre 57

Una de las familias más arraigadas en la lucha libre de Saltillo es la del Pantera Negra. Los rostros gatunos, sus bigotes rígidos y las orejas puntiagudas, forman parte del atuendo tradicional. Su aspecto simpatiza, pero es un vano engaño. Los Ramírez destrozan técnicos como el gato juega con su bola de estambre.


Fundador hace años de la feroz facción “Destructores”, con su hermano Zorro Galáctico y su amigo Sombra Lagunera, el Pantera ya entregó el mote por herencia a la segunda y tercera generación con sangre felina sobre el encordado para infundir miedo y ser un dolor de cabeza de los gladiadores locales.


Pantera Negra, Zorro Galáctico, Zorro Galáctico Júnior, Tormento Negro y Lince de Oro son los felinos de Saltillo capaces de dar todo por la afición. El estilo del clan va desde la rudeza tinta en sangre hasta los saltos al vacío. “Somos muy rudos y no había quien nos diera batalla”, recordó el Zorro su mejor época.


Confiados en las nueve vidas, ellos no tienen límites para el riesgo ni el frenesí. Su secreto es que a la familia Ramírez le gustan los deportes de contacto, según confesó Zorro Galáctico, pues también tiene sobrinos boxeadores.


EL PRIMER MAULLIDO
El Felino Mayor comenzó su experiencia en la lucha libre saltillense a partir de 1973, a los 16 años bajo la asesoría de Alberto Mora. Más tarde, uno de sus hermanos debutaría en 1986 como Zorro Galáctico; otro, lo haría como la segunda versión del Pantera, aunque dejó de aparecer.


“Mi papá Tomás fue boxeador, mi abuelo también. Mi papá llevaba a mi hermano el Pantera a entrenar box y él se salía para entrenar en un gimnasio de lucha libre sin que mi papá supiera”, añadió el Zorro. “Se enteró hasta que iba a debutar. No hubo más que apoyarlo”.


Pero el legado del Pantera creció en el cuadrilátero y obtuvo dos generaciones más de desalmados felinos que a la primera provocación sacan sus afiladas garras. Nadie logra que ericen sus pelos. Pero si hay peligro, lo afrontan todos porque el clan del Pantera se protege como una leona a sus cachorros.


SUMAN GARRAS
Durante 15 años el Pantera inquietó en solitario las arenas saltillenses, pero cuando unió fuerzas con su hermano menor Zorro Galáctico, ambos serían el terror de los técnicos, aunque el Zorro abandonaría los enlonados para dedicarse a estudiar la carrera de Administración de Empresas.
Sin embargo, pasado el siglo 20, en 2005 debutaría un nuevo aliado del clan gatuno.Zorro Galáctico Jr. saltaría al encordado con lo mejor de la escuela del Pantera Negra y su tío. “A él lo entrenamos un año y después lo debutamos porque lo preparamos bien para enfrentar a cualquier luchador de nivel”, dijo.
“Después de 3 años, salen mis hijos. Primero el mayor, Tormento Negro, y al siguiente año, Lince de Oro”.
“Ahora son de los más destacados aquí en la APN y Saltillo. Me atrevo a decir eso”, sentenció orgulloso el padre del par de contrastantes gladiadores, por su derroche de talento al ras de lona y en el aire. Entre sus más recientes rivales, se han enfrentado a los Guerreros Tuareg, a Valiente y a Dr. Wagner Jr., en la Arena Pavillón del Norte, también contra atletas de Torreón, Monclova y Saltillo.


DESDE LAS ENTRAÑAS
¿Cómo se vive en el seno de una familia de luchadores?
“El tema principal es la lucha libre. Lo bueno que a mi esposa también le gusta. Ella nos apoya siempre, nos da críticas constructivas para echarle ganas y seguir en el gusto de la gente.
“Platicamos la lucha, los errores o descuidos que cometimos. Procuramos ya no cometerlos, venimos a entrenar martes y jueves. Nos preparamos para superarnos”.


¿Es difícil luchar al lado de sus hijos?
“Lo es porque ellos apenas están empezando, aunque están bien preparados. Me dan los nervios de padre, no de luchador.
“Me ha tocado luchar contra Lince. Incluso le dije: ‘Te voy a tener que pegar, mi’jo. Pégame tú también. Arriba del ring somos luchadores y hay que enfrentarnos. Fue su peor prueba porque lo golpeé”.


¿Qué se siente tener una dinastía?
“Como padre, antes de que entrenaran, no quería que se metieran a este duro deporte. Pasé por ello, tengo varias lesiones y no quería que pasaran lo mismo. Pero si ya lo traen en la sangre, hay que apoyarlos”.

noviembre 04, 2011

Bello Rubí: Brilla en la 'Ola Rosa'

Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Gabriela Balleza-Miguel García

Desde que Dizzy “Gardenia” Davis se ganó fama en cada ring de México durante los años 40 por regalar flores a las damas y subir al ring con un mayordomo que lo peinaba, han existido en nuestro país los gladiadores que eligen para triunfar la tercera vía dentro de la lucha libre nacional a favor del buen olor y la elegancia en el vestir.

Con sus disfraces de carnaval, lentejuela y color pastel, el lagunero Bello Rubí, a sus 23 años de edad, se suma con maquillaje y todo a la legión de Coahuila que explora el dandismo y las finas maneras en un ambiente muy hostil como el de los luchadores gay, donde son reinas Pimpinela Escarlata, también de Torreón, Coahuila, y Cassandro, “La Diva de Juárez”.

“No nos queremos. Entre jotos no nos aguantamos”, dijo. “Si entre mujeres no se hacen daño, con nosotros es diferente, nos hacemos garras”, recalcó el miembro de la Ola Rosa, previo a disputar la lucha estelar en la Arena Pavillón del Norte.

No son rudos ni técnicos por entero. Por su similitud con las atrevidas bailarinas y vedettes de la época de oro, la prensa abrió una tercera categoría en el deporte del costalazo y los llamó exóticos. Aunque…

“Rudos, pero elegantes”, decía Sergio El Hermoso. “Nuestra aristocracia en el ring no tiene igual. Somos la clase en la lucha”. Su estilo más picante e irreverente, que a veces sobre pasa límites sin empacho, los acerca al bando rufián.

De modales distintos, con ademanes que sugieren homosexualidad y mucha dosis de audacia y valor, Bello Rubí sube al enlonado para dar buen espectáculo. Aunque se enojen sus rivales, él mete mano, los besa y acaricia. Incluso el público es blanco de sus arrebatos.

‘LOCA’ POR JUEGO
Una de las principales actitudes del exótico es que “exhibe sin recato su preferencia sexual y reta los ánimos homofóbicos”. Pero eso no incomoda al joven gladiador. “Todo empezó como un juego”, aclaró, aunque con maestros como Dany Gardenia y Dulce Paola, su ruta parecía trazada al dar el salto a profesional.

“Una vez faltó un exótico y me dijeron que si me animaba a salir de exótico”, recordó. “Me quedé con el personaje y ahí va e nombre de abajo hacia arriba poco a poco”. Con 8 años como luchador profesional y 6 usando el frívolo personaje, conoce los secretos del éxito en la nueva generación.

¿Y cuál es la clave para ser buen exótico?
Que no te dé pena nada. No puedes tener vergüenza de nada. Debes sacar tu lado femenino que todos los hombres tenemos. Hay que sacarlo y demostrar lo que somos.

¿Cómo hacerlo sin vergüenza?
Sólo se da. Cuando te tomas una cerveza, empiezas a jotear o imitar a Juan Gabriel. Todos tenemos un joto adentro.
“Todo hombre tiene un joto adentro”, sonrió con picardía.

¿Qué los distingue a ustedes?
Nosotras no sabemos lo que es la tristeza arriba del ring. Ahí subes siempre con una sonrisa.

La pregunta frecuente en la afición: ¿Los exóticos son o no son gay?
“Pues sí soy”, advirtió en un tono acorde a sus maneras. “Vengan para que vean que uno jotito sí es de veras, de veras”.

¿Por qué elegir la ‘Ola Rosa’?
Es algo bonito porque no se ve todos los días. Luchadores normales hay miles; exóticos somos pocos y contados. Siempre hay que catalogarse por algo diferente.

¿Ha sido sencillo interpretar el personaje?
De más joven era un poco serio y también era muy agresivo. La lucha libre me dio la calma, la pausa para sacar lo que tenemos adentro. Aquí nos desquitamos de todo. Así como la gente viene a sacar el estrés, uno igual.

¿Alguna anécdota divertida?
Ahora que iba en carretera, me pararon los retenes y te hacen sacar las cosas. Ahí vieron mis trajes, batas de la lucha y trajes de baño. Y me preguntaron: '¿Oye, pues tú qué eres o qué?'.
“Pues soy niña”, sonrió. “Es lo más incómodo que puede pasar. Pero estamos acostumbrados por tanto tiempo”.

¿La afición te acepta o rechaza el apapacho?
Hay de todo. Hay personas que se prestan. Hay que saber medir con quién vas a llegar porque recibes un golpe o una patada de gente que no le gusta esto. O también puede ser un abrazo o beso. Me ha pasado, de lengüita y todo.

octubre 28, 2011

Sangre Latina: Demonio alado que va que vuela a México

Miguel García

Zócalo | Saltillo

Foto: Gabriela Balleza-Miguel García-Gerardo Ávila

Orgulloso de su linaje, Sangre Latina entrenó desde los 8 años de edad para engrandecer el prestigio de su apellido y guardar respeto a la dinastía infernal. Con 3 años como luchador profesional, ha sido rudo desde la cuna y ha hecho combates en estilos de llaveo al ras de lona, aéreo y extremo con un nivel muy alto de riesgo y espectáculo.

Es tal su deseo por trascender que incluso lucharía como exótico si le dan la oportunidad. Pero su mayor reto fue a los 13 años, cuando viajó a la Ciudad de México para probar suerte y crecer en la Arena México y Naucalpan, templos de culto y colisión para los mejores luchadores del país.

Pertenecer al clan de los Hermanos Diablo, donde once demonios con lazos de sangre surgieron de Saltillo para imponer terror, representa en el norte y centro de México una carta de presentación. Hoy, dos años después de su primera experiencia junto a una caravana de atletas saltillenses, planea buscar fortuna de nuevo en enero de 2012.

Pronto, la Arena Pavillón del Norte verá marchar a uno de sus exponentes más espectaculares en juegos de cuerda y saltos al vacío, como ocurrió con Mercurio, Guerrero Negro Jr. y “El Perico”, mascota de la Peste Negra.

“En enero comienzo otra vez. Sangre Latina estará viniendo pero el tiro es apuntarle a lo grande”, recalcó. “Veía en la tele a Último Guerrero y Místico. Yo quería ser como ellos. La lucha es mi ambiente y me salí por querer ser un grande. Y todavía voy a seguir luchando por hacerlo”.

“Me gusta todo de la lucha, viajar, golpe y porrazo”, explicó. “Yo por la lucha doy todo”.


ADIÓS AL HOGAR

El hijo de Latino, el menor de los Hermanos Diablo, sabe de su calidad, pero es humilde. “Tengo desde los ocho años entrenando y por eso me veo más avanzado. Traemos toda la escuela”, refirió sin olvidar el sello de su familia luchística en las batallas donde participa al lado de otros jóvenes gladiadores como Lince de Oro, Tempestad, Tormento Negro, Krator Jr. o Guerrero Negro II.

Los principios de su enseñanza fueron otorgados por Green Demon, fundador del Clan Diablo. Pero a la par entrenó con su papá, su tío Chavo Lomelí o sus primos Maligna y Ángel del Infierno, entre otros.

Cuando él viajó a la capital del país, no era el primero. Sus tíos lo hicieron antes con Latino al lado de Paty Rey y Lady Star. Allá forjaron la reputación del apellido Lomelí y del mote Hermanos Diablo durante la época de auge del Toreo Cuatro Caminos y Mil Máscaras.

“Todos nos conocen en la Arena México por mis tíos”, destacó. “En Naucalpan ya tenemos nuestro lugar, también en Cuacalco y Pachuca”.

“Estuve dos años en México luchando por Pachuca, Zitácuaro y Querétaro con la empresa Consejo Mundial, al lado de Tony Rivera, Dr. X, Loco Max y Nitro”, añadió maravillado por esa vida. Un año radicó con su papá Latino y se quedó sólo hasta los 15 años con Mercurio, ahora mini estrella del CMLL.

“Rentamos departamentos. Estábamos viviendo mi papá, yo, Guerrero Negro Jr., Mercurio y Apolo Estrada Jr. Todos nos cooperábamos para pagar el departamento”, relató. “Allá es dedicarse a la lucha nada más, porque no hay tiempo para ir a trabajar en la mañana”.

“El entrenamiento es de 7 a 12 en la Arena México, de lunes a jueves. Estabas en el gimnasio hasta las cuatro, te ibas a comer e ibas a entrenar a Naucalpan hasta las nueve”, agregó. Para sobrevivir sin trabajo, “nos mandaban dinero”, dijo. “Ya después que agarré el ambiente de adonde moverme, cómo ir a entrenar, mi papá se devolvió y me mandaba dinero más lo que yo ganaba en las luchas. Luchaba viernes, sábado y domingo”.


UN DIABLO CON SUERTE

Pese a su juventud, Sangre Latina debutó ya en coliseos como Arena Naucalpan, Arena México con la “Dragonmanía” y en el Palacio del Deportes.

Entrenaba con Talismán y el Arcángel de la Muerte. También ha ganado cabelleras, máscaras y campeonatos.

“Lo que sí me fascinó fue luchar en Pachuca con Huracán Ramírez, el Brazo y Jaque Mate. Se dio la oportunidad. Luché de pareja con Jaque Mate”, reconoció.

Durante su ausencia de Saltillo, obtuvo la máscara de Drástico, joven luchador de 22 años de edad y con 8 como profesional. También ganó una cabellera en Zitácuaro, de Mortis. A su vez, arrebató el Campeonato Ligero de Pachuca, de Gym del Valle.

Sus victorias se deben a una sola cosa: “La escuela que traigo es de alto nivel, es la mejor de Saltillo y Monterrey”. Pero su trayecto por los grandes escenarios le benefició bastante. “En la México aprendimos mucho de lucha, llaveo, condición, correr. Son muy duros”, recordó.

Entre sus mejores momentos, “vi en los vestidores a Místico, Volador, Último Guerrero, Mr. Niebla y Felino. Se portan bien todos. Son raza y están en el mismo montón”.

CAMINO DE VUELTA

Cuando retornó a Saltillo fue en agosto del 2010. Desde entonces, su carrera fue en ascenso. El último de sus trofeos fue dejar pelón a Guerrero Negro II en una sangrienta lucha y definir un pique entre clanes, con Guerreros y Diablos.

“Ahí se dice quién es la mejor dinastía, la mejor familia de lucha en Saltillo. Tuvimos varios combates y al último lo definimos Guerrero Negro II y yo”, precisó. También disputó los campeonatos estatales de parejas APN junto a Ángel del Infierno contra Águila Oriental y Argoz. Incluso resistió la mitad de la batalla campal por el Trofeo Zorro Plateado.

“Yo quería llevarme la lucha pero Espartaco me rindió con su llave. Es muy cansado ese tipo de luchas. Peor tantito, se lo llevó uno de los Guerreros”, hizo énfasis en el ganador, Guerrero del Ring. Respecto al combate que duró una hora, dijo: “Te tienes que preparar, tener condición, porque es seguido y rapidito para aguantar. Es cansado y muy duro”.

octubre 21, 2011

‘¡ARRIBA YO!’: PÁJARO AZTECA. Rudo fiel a la esencia

Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Miguel García-Gabriela Balleza

En un local de reparación para televisores y otros aparatos, allí recuerda las gestas del pasado el Pájaro Azteca Sr., retirado del ring por un infarto sucedido años atrás. Rufián por tres décadas, su carácter obstinado no aceptó dejar la lucha libre, pero se repuso gracias al apoyo del gremio y sus alumnos.

Malo hasta las plumas, Matías de la Rosa se mofó de los técnicos con sus gestos y castigos. Era ave de mal agüero para todos los estetas. “Llegaba haciendo mis payasadas y desgarres como rudo que era. Hacía mi trabajo sanguinario”, dijo.

Dando vuelta a las páginas del álbum, que estuvo en custodia del junior como un tesoro, las imágenes evocan épicos momentos en el cuadrilátero: un rostro tinto en sangre, el tope suicida o el castigo artero. La última lucha fue en la Arena Zarco de Artesanos en su homenaje.

Hoy le cuesta aceptarlo, pero por fin don Matías es técnico, aunque sea en electrónica, después de mantener a su familia en empleos de otra índole. Gracias a la asesoría de su amigo Juan Francisco Amaro, aprendió el oficio.

“Fui cantinero por 22 años, casi se fue toda mi vida allí en el Bar Sabinas, Bar Laguna y en el Íntimo de Ramos Arizpe”, relató.

Don Matías se convirtió en el terror de los cosos saltillenses y, aunque tenía habilidades de esteta como el que más, nunca corrompió la esencia del rufián ni privó al público de su grito de batalla: “¡Arriba yo!”. El personaje fue de tal éxito que propició una segunda versión.

“El técnico se luce a todo su esplendor. El rudo debe de darle la oportunidad”, confesó. “Yo me aventaba mortales de la tercera cuerda y caía parado. Pero nunca te ejecuté un lance. Siempre mi estilo era el rudo. Nunca hice nada de lo que practicaba en el gimnasio”.

El ídolo de antaño sabe que se fue su tiempo de gloria, así como para sus mejores oponentes. Pero sus trofeos y memorias sobreviven en fotos, diarios y relatos de la afición, como el canto del cenzontle. Así forjó su leyenda, a través de esas 400 o más voces.

Después de exponer siete veces su máscara, Pájaro Azteca la perdió contra Red Man, pero ganó la tapa del Sarapero en récord de entrada y desenmascaró a su contraparte Pájaro Azteca II, Manuel Estrada Nuncio. También presumió ser el único indultado en Saltillo en un duelo cabellera contra cabellera.

En su vitrina estuvieron cinturones como el Campeonato Welter de Coahuila y el Campeonato Medio de México. A su vez, derrocó a Green Demon como Campeón Medio del Caribe, fajín propiedad del mismísimo Huracán Ramírez.

octubre 07, 2011

Tempestad en Saltillo. ¡A prueba de catástrofes!

Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Miguel García-Archivo-Cortesía

Cuando se quebró la pierna en tres partes, el accidente que lo mantuvo en cama, con muletas y yeso durante un año y ocho meses no cesó su deseo por convertirse en luchador profesional. Con su nueva identidad, el joven atleta de 18 años regresó al cuadrilátero hace 8 meses con el deseo ferviente por ser uno de los mejores rudos del país.

Entonces el hijo de la catástrofe pisó la Arena Pavillón del Norte un 13 de febrero del 2011 y retornó al ring tras recuperarse de sus heridas y con un mejor entrenamiento bajo la tutela del mandamás del clan Diablo. Con los secretos del infierno, Tempestad hizo eco de su furia castigando duro y sin piedad a sus rivales en turno.

“Desde que entrené, llegué con esa ilusión de ser un gran luchador y mi maestro Green Demon siempre me ha dicho que su escuela es de alto rendimiento y de gladiadores de calidad”, precisó.

Por lo pronto, el saltillense llegó a las luchas intermedias y forja un interesante pique con su contemporáneo Smoke, también surgido del Coso de la Bellavista.

Discípulo por un año y dos meses del Diablo Mayor, el rufián viste de tirantes y calzón en colores negro, naranja o azul. Aunque clásico en su equipo, es irreverente arriba del ensogado, sin respeto por la anatomía ni peligro del rival, porque busca el interés del público, el triunfo y la fama. Por ello reconoce el papel primordial de los más fieros.

—¿Para ti cómo debe ser un rudo?
Con muchas agallas y ángel para el público. El rudo es el que hace el espectáculo. Sin un rudo, el técnico no hace nada. Es un complemento como todo. Durante el trayecto de la lucha, lo que hace Tempestad todo es espontáneo arriba del ring y creo le ha gustado a la gente.



ECOS DEL DESASTRE


Aunque con su primer personaje tuvo el accidente en la Arena Obreros del Progreso al caer sobre su pierna y quebrarse talón, tibia y peroné, Tempestad no perdió los ánimos y volvió en grande.


“Estuvimos en una gira del IEPEC durante 2 meses por todo el estado”, informó de su debut. “Ahí nos trató la gente muy bien. Durante la gira estuve luchando bajo el nombre de ‘Voto Guerrero’. En esa gira es donde debuté y conocí el cuadrilátero profesionalmente”.


“El día del aniversario de la APN fue la función donde he visto más gente y he sentido la adrenalina al máximo en el cuerpo de Tempestad para demostrarle un gran espectáculo a la gente”, reconoció al disputar una de sus primeras funciones en cartelera con estrellas de nivel nacional.


Más tarde, viviría en el barrio Ojo de Agua de Saltillo una épica batalla con gente de pie y en la azotea de su casa observando su derrota ante la dinastía del Zorro Plateado Sr.


Con su carrera en ascenso, intentará brillar más que nadie entre los ruines del cuadrilátero. “Mi sueño es ser forjar un propio estilo en la lucha libre mexicana, ser un ídolo y quisiera pertenecer a la mejor empresa de México, el CMLL”, finalizó.

septiembre 23, 2011

ESPARTACO: Un gladiador con corazón de león

Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Archivo

Esclavo de los romanos, aquel mítico guerrero peleó en el Coliseo contra gladiadores de espada y tridente. Cuando ganó la libertad por sus triunfos, no olvidó a los compañeros. Volvió y consiguió el escape del resto. Desafió al imperio y, aunque murió crucificado, su ideal inspiró múltiples hazañas.

En Saltillo un hombre apasionado por el deporte rudo lo tomó de ejemplo tras una máscara multicolor con forma de yelmo griego. Desde el cuadrilátero, Espartaco evoca los combates de la época entre sangre, polvo y sol, con la atmósfera de la arena similar a la de aquel circo romano.

“Es algo que se vive. La película del Gladiador la veo hasta tres veces. La forma de enfrentamiento, cuerpo a cuerpo, me emociona y sube la adrenalina. Eso lo transporto al ring”, comentó.

“Cuando me pongo mi equipo, mi máscara y me dispongo a tener un combate en contra de cualquier adversario, siento lo mismo”, precisó. “Sé que en las películas es más actuación, pero con nosotros el contacto es directo y agresivo. Pero eso siento al ser Espartaco”.

Cuando recordó a quien le inspiró, su voz se exaltó: “Espartaco era un gladiador fuerte y bueno a la vez. Era el líder. Quiso ser un libertador, aplicar la justicia. No soy un Chucho El Roto, pero me gusta señalar al que hace mal, reclamárselo, decir si está abusando. De alguna manera, soy así”.

Aunque era libre por el perdón, Espartaco volvió para salvar a los opresos. El luchador de Saltillo intenta imitarle en lo deportivo. Promotor del beisbol y la lucha libre, no es egoísta y busca el bien común.

“De nada sirve que yo esté muy bien si los demás están mal. Puedo arrastrar a otros más para que estén mejor, salgan de ese problema, que no sean sobajados de alguna forma, no ser sumisos”, explicó.



















Como luchador alcanzó la gloria en dos ocasiones al coronarse campeón mundial de las Américas y campeón estatal de tríos en la APN, con Rebeldes Tuareg, Nitro y Dr. X. En su profesión no le va mal. “Afortunadamente para mi persona, tengo otro trabajo de a diario; pero desafortunadamente para el luchador, no puedo buscar esas plazas”, recalcó. “Mi trabajo no es la lucha, la practico al 100%. Pero no es mi modo de vida”.

Sin embargo, en su mente habita la idea de hacer giras por México y a nivel internacional. “Cuando vinieron Blue Demon y El Santo y me vieron luchar, me invitaron a Inglaterra. No los pude acompañar. He tenido otras invitaciones a Japón y no he podido ir por cuestiones más importantes”, reveló.

PRIMERO EL BEISBOL
De profesión, ingeniero civil y luchador por afición. Pero el beisbol fue su amor de la infancia. Durante 10 años abandonó el diamante, pero retornó hace 12 para apoyar sin interrupción las ligas infantiles como cuando era joven y jugaba en Ligas Pequeñas.

“Antes jugábamos beisbol con pelotas dañadas, bat de madera a veces hechizos, guantes remendados con alambre de paca. No conocíamos las guanteletas”, recordó. Pese a las carencias de la época, creó a los 13 años su primer equipo con niños de7 a 8 años: Los Venaditos de Compañía Ferretera del Norte.

“Dejé de ayudar a esos niños porque la pelota me costaba 12 pesos y el ampayeo 6 por juego. Sí los pude pagar pero después no hubo manera”, comentó. Pero el esfuerzo lo llevó a cabo.

NACE UN GUERRERO
La lucha la conoció por el profesor Bernardino Silva y a los 14 años debutó en la Arena Obreros del Progreso como Black Star (Estrella Negra). A sus 29 años de trayectoria, Espartaco señaló que cuando pierda la máscara será para retirarse.

“Nunca la voy a dejar de practicar (la lucha), me siento joven. Mi edad todavía me da 15 años más de práctica. Tal vez luche desenmascarado si la pierdo. Hoy me siento preparado y más maduro”, expuso.

El pancracio le ha dado satisfacciones desde antes. “Un tiempo en la escuela de ahí mantenía mis estudios”, dijo. “En Saltillo agarrábamos giras. Salíamos el jueves y regresábamos el lunes por la mañana y salía un dinero para escuela, libros y las inscripciones. Con eso viví, incluso quedaba para algo más”.

Entre sus identidades están Forastero, El Muerto, El Difunto. “Siempre me interesaron los bucaneros y gladiadores. En aquel tiempo buscaba el nombre de Gladiador pero ya existía uno en México”.

También, entre sus rivales, la lista es larga. “He luchado contra el Rayo de Jalisco Sr., el Rayo de Jalisco Jr., el Hijo del Santo. Enfrenté a los Dinamita, los Villanos. Incluso a Último Guerrero y Negro Navarro.

‘CAMPEÓN MUNDIAL
POR DOS SEGUNDOS’
El Último Guerrero es uno de sus más feroces y temibles rivales. Aunque expuso su campeonato mundial peso completo del CMLL en la APN contra el mítico capitán de los rebeldes, no lo aceptó tras su derrota. “Se dio cuenta de la preparación que hay en Saltillo”, dijo. “Ese campeonato no lo tomé a la ligera”.

Pero en una segunda opción, Espartaco tocó la gloria. “En Monterrey expuso el campeonato. La empresa lo obligó a que cumpliera sus palabras. Le volví a ganar, pero en una mala jugada los referís me robaron la lucha. Pero, bueno, fui campeón mundial por dos segundos”, subrayó.