Los luchadores Mr. Águila y su pollo, Águila Oriental, han sido rivales en el encordado e incluso se retaron en una lucha de apuestas por la greña, pero conservan esa unión que no los separa por más pique que haya entre ellos, compartiendo su deporte favorito a golpe y porrazo arriba del ring.
No importa su relación de
nombre y apellido, tampoco el respeto del hijo por su padre, cada
enfrentamiento es garantía de que sobre el cuadrilátero se derramará el mismo
sudor y sangre. Los dos emplumados continúan dándose patines y moquetes, pese a
las rencillas y buenos ratos en casa.
Aunque el padre sigue en
activo y aparece en las arenas de forma esporádica, su Júnior conserva vigente en
Saltillo la imagen del ave reina de todas. De tal cascarón, tal yema. El ave de
presa se ubica en la cúspide de tronos y coronas. Por eso, el heredero no se queda atrás, él ya fue
campeón.
El par de gladiadores eligieron
esconder su incógnita detrás de una máscara rojinegra. Con experiencia en las
diferentes arenas de la localidad, ambos gladiadores han hecho exhibiciones ante
fuertes y variados oponentes. De hecho, es frecuente encontrarlos en disputa porque
se topan en la esquina opuesta. El pollo le salió “muy gallito” al señor Águila.
En cierta ocasión, Águila Oriental
llevó a otro nivel las pugnas comunes entre padre e hijo, dejó a un lado los
lloriqueos y berrinches para saldar cuentas en el rombo de combate, pues desafió
a su progenitor por la cabellera en la Arena Obreros del Progreso.
Sobre esta rivalidad, Mr. Águila
evocó algunos episodios de 2008: “Utilicé una máscara como antifaz, traía el
cabello largo. A pique y pique entre los dos, optamos por un combate por la
cabellera, más que nada por no mover la incógnita. El combate estuvo bueno, nos
enfrentamos como si fuéramos desconocidos, con una rivalidad buena, y en esa
ocasión yo la perdí”.
“Ha sido difícil, porque al enfrentarnos
entre padre e hijo, de la misma familia, sientes cierto temor a lastimar,
riesgo en sobrepasarme o caer mal, pero gracias a dios nos han tocado buenas luchas”,
añadió.
Por su parte, el vástago de Mr.
Águila también opinó: “Sentía nervios de pegarle o pegarle mal, por si se
molesta o algo. No pegas con la misma confianza. Sientes nervio de que llegues
a ganarle. Así es al principio, pero ya (no molesta)”.
Con 15 años encarnando el
personaje de Mr. Águila —incluso antes del Mr. Águila que estuvo con Los Perros
del Mal, del Hijo del Perro Aguayo—, entrenando con la Pantera Negra y
realizando su debut en el Salón Ferrocarrilero, él legó su primera identidad a
su hijo.
“Yo era primero Águila
Oriental, luego cambié a Mr. Águila y le pasé el nombre a mi hijo”, afirmó.
Legado de mucho compromiso para el heredero, ha sabido llevarlo por buen cauce
a nivel local.
Ahora, a pesar de la inactividad
sobre el ensogado debido a su trabajo en la fábrica, confesó que por lo pronto no
ha pensado en el retiro. “Mi idea es ver si podemos aguantar un rato más y seguirle”,
reiteró. De hecho, ha cumplido su palabra, pues se le ha visto en funciones
especiales de la Arena Obreros y en el Barrio Ojo de Agua.
Respecto al pasado de su
hijo en el deporte del costalazo, su padre señaló: “A él lo empezamos a
entrenar desde los ocho años, a los doce empezamos a debutarlo ya con nosotros
mismos y tuvo la suerte de tener buenos maestros, como Green Demon, y (luego)
se juntó con los Dragones. Ha tenido buena escuela. De los 15 en adelante lo aventaron
a nivel profesional, de lleno. Desde ese entonces ha venido trabajando con
todos, les ha dado la vuelta y se halla muy bien, le gusta”.
Águila Oriental hizo su
primera aparición el 14 de diciembre del 2000 contra Fly Star y Black Star, y
al igual que su padre ama la lucha libre: “Tengo otro trabajo pero (la lucha)
es lo que más me gusta”.
Sin embargo, el menor de los
emplumados prefirió la escuela de los rufianes y repudiados por la afición: “Yo
solo me definí rudo. Cuando debuté lo hice como técnico, duré alrededor de tres
años y ahorita sigo de rudo. Lo que me gusta es hacer enojar a la gente”.
Actualmente, ha conformado
una dupla de miedo con Argos y ambos ganaron el Campeonato Estatal de Parejas
de Coahuila durante su etapa en la Arena Pavillón del Norte. Al lado de Hijo
del Guerrero Negro, surgió la tercia “Fusión Maldita”; más tarde, en la Arena
Obreros del Progreso, sin el Guerrero, aceptaron a Sombra Lagunera para dar
vida al nuevo trío de malvados.
Como parte de su repertorio,
Águila Oriental efectúa algo nada común en la lucha libre. Mientras el público
está observando el combate, él se quita de repente la máscara tras ser golpeado
y se la vuelve a poner para sorpresa de quien no lo ha visto.
“Se me ocurrió una vez. Mucha
gente va muy estresada y yo me encargo de quitárselo. Muchos se ríen o me
gritan cosas, pero uno como rudo tiene que aguantar todo, es lo primero que te
dicen los maestros”, recordó.
Muchas veces gasta la broma
con buenos resultados y arranca varias carcajadas, aunque en el peor de los
casos la afición le implora porque se vuelva a poner la máscara.
“Es un recurso que utiliza
él para hacer que la gente se emocione o se enoje. Busca la manera y a lo mejor
la enciende con el hecho de quitársela”, finalizó su papá orgulloso.
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