noviembre 19, 2011

''LUCHAR ES SU PASIÓN': DINASTÍA DEL PANTERA NEGRA

Miguel García
Calibre 57

Una de las familias más arraigadas en la lucha libre de Saltillo es la del Pantera Negra. Los rostros gatunos, sus bigotes rígidos y las orejas puntiagudas, forman parte del atuendo tradicional. Su aspecto simpatiza, pero es un vano engaño. Los Ramírez destrozan técnicos como el gato juega con su bola de estambre.


Fundador hace años de la feroz facción “Destructores”, con su hermano Zorro Galáctico y su amigo Sombra Lagunera, el Pantera ya entregó el mote por herencia a la segunda y tercera generación con sangre felina sobre el encordado para infundir miedo y ser un dolor de cabeza de los gladiadores locales.


Pantera Negra, Zorro Galáctico, Zorro Galáctico Júnior, Tormento Negro y Lince de Oro son los felinos de Saltillo capaces de dar todo por la afición. El estilo del clan va desde la rudeza tinta en sangre hasta los saltos al vacío. “Somos muy rudos y no había quien nos diera batalla”, recordó el Zorro su mejor época.


Confiados en las nueve vidas, ellos no tienen límites para el riesgo ni el frenesí. Su secreto es que a la familia Ramírez le gustan los deportes de contacto, según confesó Zorro Galáctico, pues también tiene sobrinos boxeadores.


EL PRIMER MAULLIDO
El Felino Mayor comenzó su experiencia en la lucha libre saltillense a partir de 1973, a los 16 años bajo la asesoría de Alberto Mora. Más tarde, uno de sus hermanos debutaría en 1986 como Zorro Galáctico; otro, lo haría como la segunda versión del Pantera, aunque dejó de aparecer.


“Mi papá Tomás fue boxeador, mi abuelo también. Mi papá llevaba a mi hermano el Pantera a entrenar box y él se salía para entrenar en un gimnasio de lucha libre sin que mi papá supiera”, añadió el Zorro. “Se enteró hasta que iba a debutar. No hubo más que apoyarlo”.


Pero el legado del Pantera creció en el cuadrilátero y obtuvo dos generaciones más de desalmados felinos que a la primera provocación sacan sus afiladas garras. Nadie logra que ericen sus pelos. Pero si hay peligro, lo afrontan todos porque el clan del Pantera se protege como una leona a sus cachorros.


SUMAN GARRAS
Durante 15 años el Pantera inquietó en solitario las arenas saltillenses, pero cuando unió fuerzas con su hermano menor Zorro Galáctico, ambos serían el terror de los técnicos, aunque el Zorro abandonaría los enlonados para dedicarse a estudiar la carrera de Administración de Empresas.
Sin embargo, pasado el siglo 20, en 2005 debutaría un nuevo aliado del clan gatuno.Zorro Galáctico Jr. saltaría al encordado con lo mejor de la escuela del Pantera Negra y su tío. “A él lo entrenamos un año y después lo debutamos porque lo preparamos bien para enfrentar a cualquier luchador de nivel”, dijo.
“Después de 3 años, salen mis hijos. Primero el mayor, Tormento Negro, y al siguiente año, Lince de Oro”.
“Ahora son de los más destacados aquí en la APN y Saltillo. Me atrevo a decir eso”, sentenció orgulloso el padre del par de contrastantes gladiadores, por su derroche de talento al ras de lona y en el aire. Entre sus más recientes rivales, se han enfrentado a los Guerreros Tuareg, a Valiente y a Dr. Wagner Jr., en la Arena Pavillón del Norte, también contra atletas de Torreón, Monclova y Saltillo.


DESDE LAS ENTRAÑAS
¿Cómo se vive en el seno de una familia de luchadores?
“El tema principal es la lucha libre. Lo bueno que a mi esposa también le gusta. Ella nos apoya siempre, nos da críticas constructivas para echarle ganas y seguir en el gusto de la gente.
“Platicamos la lucha, los errores o descuidos que cometimos. Procuramos ya no cometerlos, venimos a entrenar martes y jueves. Nos preparamos para superarnos”.


¿Es difícil luchar al lado de sus hijos?
“Lo es porque ellos apenas están empezando, aunque están bien preparados. Me dan los nervios de padre, no de luchador.
“Me ha tocado luchar contra Lince. Incluso le dije: ‘Te voy a tener que pegar, mi’jo. Pégame tú también. Arriba del ring somos luchadores y hay que enfrentarnos. Fue su peor prueba porque lo golpeé”.


¿Qué se siente tener una dinastía?
“Como padre, antes de que entrenaran, no quería que se metieran a este duro deporte. Pasé por ello, tengo varias lesiones y no quería que pasaran lo mismo. Pero si ya lo traen en la sangre, hay que apoyarlos”.

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