Mostrando entradas con la etiqueta Calibre 57. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Calibre 57. Mostrar todas las entradas

septiembre 07, 2012

LUCHA POR LA LUCHA: COSTEÑITO MOY


Miguel García
Zócalo | Saltillo

Foto: Miguel García-Cortesía

Sin que sea su obligación ni nadie lo demande, sólo por su deseo de que la lucha libre sobreviva en Saltillo, Víctor Martínez continúa organizando funciones desde hace 28 años en la Arena Obreros del Progreso.

Mejor conocido como Costeñito Moy, el gladiador semi retirado conserva vivo el histórico recinto que resguardó la época dorada del deporte en la capital coahuilense.

“No tengo ningún familiar que haya sido luchador. A mí me nació esto, me gusta y lo siento. No quiero que esto se acabe, no quiero que muera”, enfatizó quien usa como equipo sólo botas y calzón.

Sin embargo, aunque la respuesta del público ha ido a la baja, ha sabido traer con sacrificios a destacados exponentes del pancracio nacional. Desde Último Guerrero, Pimpinela, Pierroth y los Piratas hasta Las Parcas.

“Cuando bajaron las entradas, platiqué con un grupo de muchachos y les dije que no nos iban a cobrar la renta del local y del ring. Yo no puedo estar pagando lo que no tengo”, relató. “Si quieren, echamos para adelante y lo que salga ahí les va. Aparte, ¿los muchachos dónde van a practicar el deporte? Aquí estamos en el centro histórico”.

Nacido en Monterrey, Nuevo León, sin nadie en la familia relacionado con el gremio luchístico, su  debut en los encordados se remonta a Monclova, Coahuila, en 1968.

Hoy, a casi 45 años de trayectoria, además de organizar las veladas de azotones y porrazos, también es parte importante de una de las familias más arraigadas en la lucha libre local y uno de los íconos del deporte local para aficionados y jóvenes practicantes.

Su hija es Gatúbela, vive en Pachuca, y tiene por nietos a Maligna y Ángel del Infierno, hijos del Chavo Lomelí, uno de los tres Hermanos Diablo. Por ello, se siente satisfecho de ver crecer su propia semilla dentro del espectáculo de máscaras, patadas voladoras y lances suicidas.

Su etapa para organizar funciones comenzó en la Arena Otilio Zurdo Galván hace 35 años. Se pasó a la Sociedad Mutualista Saltillo Oriente, luego a la Arena Obreros entró a trabajar para instalarse ahí hasta hoy y reanudar las míticas noches de lucha libre en 1984 junto al promotor Marcos Zúñiga.

DEL ACERO AL SARAPE
Hecho luchísticamente en Monclova bajo la asesoría de maestros de antaño, vino a Saltillo en 1973 para encontrar pronto cabida en las funciones del Deportivo Madero, localizado en Hidalgo y Niños Héroes.

“Cuando empecé antes no era tan fácil subir a un ring y decir yo soy luchador”, recordó “En ese entonces la lucha era más fuerte, estaba uno más preparado porque así lo enseñaron. Hubo varias rivalidades. Alcancé a luchar contra Imperio Rojo, uno me hizo su compadre (Halcón Morales)”.

En un comienzo, Moy inició enmascarado con el nombre del Fantasma. “En esos años no había quien te hiciera equipos y había un muchacho que se dedicaba a hacerlos tejidosa mano. Hizo una máscara de mezclilla con el antifaz de Blue Demon”, añadió. Pero cuando entró al quite en la lucha estrella para suplir a otro luchador, lo hizo en calzón, con zapatillas y sin tapa. Esa sería su indumentaria final.

El misterio de su nombre es sencillo. Cuando empezaba, en Acapulco, Guerrero, había un boxeador llamado Costeño Morales, andaba en su apogeo y así lo eligió. Pero para que no sonara despectivo, agregó el diminutivo. También llegó un luchador de España al DF, Carlos Moll, y conjugó todo pero con i griega.

LOS PREMIOS SON
DE OTRO TIPO
Aunque en su carrera obtuvo máscaras y cabelleras, la mayoría las tiene en el olvido, pues para él luchar cara a cara contra gladiadores de élite en México, contar a los amigos y vivir grandes momentos arriba del cuadrilátero, es su mayor recompensa.

“La lucha libre es muy bonita, quizás ahorita esté en un bache.  Tal vez dinero no me dejó, pero me dejó muchas satisfacciones”, recordó Moy desde su oficina depositando múltiples fotos sobre el escritorio.

“Primero (fue) una familia, porque a mi mujer la conocí aquí y junto con mis hijos ha vivido en el entorno de la lucha libre. Nunca ha habido una queja. Afortunadamente me tocó una buena persona como esposa”, dijo.

Uno de los reconocimientos más grandes para él es tener amigos luchadores alrededor del país. “Se siente bien bonito que tengas tanto conocido entre los luchadores de nivel nacional”, comentó. “He ido a la Ciudad de México y a la lucha en la Arena México y Coliseo. Te topas con la mayoría de los luchadores que has traído y te saludan”.

“Alguna gente nomás ve (a luchadores estrella) en la televisión o las revistas y ellos se acuerdan de mí. Con ninguno tuve ningún problema, con nadie he quedado mal”, se jactó. Pues su propia experiencia, lo marcó cuando el promotor no le pagó hace años en Nueva Rotista y lo dejó a su suerte junto a sus compañeros para regresarse de aventón a Monclova.

“Más que máscaras y cabelleras, que sí me gané por ahí algunas, fue alternar con gente de México porque agarras más experiencia, pues te sientes nervioso al enfrentar una persona así”, manifestó.

“Tengo infinidad de luchas que di. Todavía no acaba uno de aprender, pero el que se acaba es uno. Estoy semi retirado, no quiero dar otro tipo de impresión. Para mí la lucha lo fue todo”, señaló con respeto por el deporte.

Una ocasión en la Arena Olímpica de Monclova, ubicada frente a la Central de Autobuses, platicó antes de su combate contra Rodolfo Ruiz, padre de Averno y figura nacional en ese entonces. “Me sintió nervioso. Lo que yo sé usted lo sabe. Vamos a dar espectáculo a la gente. Lo que yo le haga a usted se lo va a quitar y yo también. No se asuste porque yo soy (figura)”, relató.


TABLA
Nombre de pila: Víctor Manuel Martínez Ávalos
Nombre de batalla: Costeñito Moy
Otra identidad: Fantasma.
Trayectoria: 42 años como luchador y 28 como organizador de funciones.
Maestros: Luchadores de antaño en Monclova.
Debut: 1968 en Monclova, Coahuila.

julio 20, 2012

METEORITO RETIENE: APAGA FUEGO DIABLO


Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Miguel García

'El Pequeño Valiente' de Saltillo, Meteorito, retuvo anoche su Campeonato Welter de Tamaulipas ante Sangre Latina, miembro de la dinastía Diablos, durante una ardua batalla a cuatro caídas en la Arena Obreros del Progreso.




La lucha súper estrella del coso ubicado en el Centro Histórico comenzó de forma sucia. El retador atacó al campeón sin darle tregua a patines y asfixia, en compañía de su second, Tormento Negro, hasta llevarse la primera caída por espaldas planas.





Sin embargo, el campeón exigió la salida del referí Salvatore por su parcialidad ruda al contar muy rápido. Ante el grito de 'Fuera, Chava', el árbitro fue sustituido por Paco Tovar, mientras Latina amenazo con retirarse, pero pudo más su ambición por tener el título.


El monarca de azul y plata empató la contienda con una exhibición muy técnica de su talento a ras de lona y en el juego de cuerdas. En tanto, su second Sombra Lagunera mantuvo a raya al Tormento.
 


Una plancha fuera del ring derribó a Latina, luego unas patadas al estilo 619 del ídolo de Meteorito, Súper Astro, terminaron por seminoquear al rufián diablo; entonces 'El Pequeño Valiente' triunfó en el segundo asalto con variante de medio cangrejo y palanca al brazo al hacerle agitar las manitas a su adversario.


Para el desenlace de la batalla, Meteorito perdió el ritmo a causa de las marrullerías de Latina y Tormento, pero la reacción del esteta fue inmediata. Empezando por un tirabuzón, sembró en la lona al retador con plancha desde el esquinero y después lo dejó fuera de combate fuera del ensogado con un salto mortal hacia atrás.






Sin embargo, a ambos les llegó la cuenta de los 20 segundos para declarar empate, pero ante la insistencia del público libraron una última caída donde Meteorito acabó temprano con una ranita para Latina.