junio 26, 2011

PILOTO 2000: UN CAMPEÓN DE CANTERA

Miguel García
Zócalo Saltillo

Foto: Víctor Mendoza-Miguel García-Cortesía

Eduardo interrumpió la charla para tallar sus párpados. Los ojos irritados por el polvillo que suelta la cantera le pican y le han atraído cuando sube al ring las burlas de los rudos, que no lo bajan de borracho, pero sabe que no hay remedio. Las bravatas son parte del folclor en la lucha libre.

No puede dejar el trabajo con el cual solventa su familia y, a veces, se da algunos lujos como comprar sus equipos de lucha. Aunque los efectos secundarios de su segundo oficio resultan más notables. Las cicatrices en la frente, las lesiones que lo acercaron al retiro, son algunas de ellas.

“Mi trayectoria ha sido constante, excepto por una fractura que tuve en mi columna y por la cual estuve a punto de quedar inválido”, recordó. “Me lo diagnosticó el doctor que me parara un rato. Fue a raíz de las luchas y los 12 años como profesional”. Pero regresó a la acción a base de tratamientos. Es una muestra de su convicción para conseguir lo que desea con verdadero fervor.

NO HAY LÍMITES
Con las herramientas y conocimientos que tuvo a la mano, el padre de tres hijos trabajó para cumplir sus planes. Lo hizo, por un lado, en la albañilería, y por el otro, arriba del cuadrilátero. A través de su técnica y valentía, persiguió el éxito para dar una mejor vida a los suyos y satisfacer su amor de la infancia: la lucha libre.

El único conflicto ha sido dar tiempo de calidad a sus dos pasiones sin inclinarse más por una que por otra.

Como Eduardo Encina, se independizó para emprender su negocio de limpieza e instalación de cantera; como Piloto 2000, se convirtió en el primer doble campeón de la Arena Pavillón del Norte. La misma afición lo reconoció como una figura consolidada en el pancracio de casa.

“Siempre trato de superarme”, empezó su relato sentado al filo del ring en la APN después de las siete de la tarde, cuando acabó su jornada en una colonia privada de Saltillo. “He tenido la ambición de superarme en ámbitos personales, a nivel deportivo y económico. Y se me ha dado”.

Esa filosofía es la que busca inculcar a sus hijos tomando de ejemplo su propia historia.
Pero necesita de combustible y lo toma recargando su energía cada semana luego de darse de trompadas y vuelos sin red de protección. En el cuerpo a cuerpo, sea por aire o tierra, no se limita para dar batalla.

“Cuando andas luchando nunca mides el riesgo. Tú te ciegas, haces el todo por el todo, no te importa la vida. Eso te llena el corazón y un aplauso que se oiga, se oye bien bonito dentro”, comentó mientras su hijo pequeño se entretuvo emulando las proezas de su padre en el ring.

Eduardo Encina levantó con sus propias manos una sólida trayectoria de luchador con 23 años como profesional en las arenas saltillenses. Piloto se convirtió en uno de los favoritos, es de los pocos que enciende las pasiones de la afición en el Coso de la Bellavista o la Obreros del Progreso.
Probado en el más alto rendimiento, lidió con estrellas de Triple A, independientes y el CMLL, como Atlantis, Hijo del Santo, Emilio Charles, La Fiera, Scorpion Jr., Octagón, Cibernético y la triada de La Parca, Súper Parca y LA Park.

A PICAR PIEDRA
En la construcción empezó de ayudante, luego fue ascendiendo hasta impulsar su propio negocio. “En la cantera tengo 18 años trabajando y en antaño trabajé como obrero, albañil, y me siento muy orgulloso”, reiteró.

En el pancracio, como la mayoría de los atletas del deporte local, comenzó a entrenar en la Arena Obreros del Progreso a los 16 años al lado de Pandillero, la Saeta y Mulato de Oro. Una vez su mamá lo llevó cuando era niño a la arena Tokio, ubicada en la Guayulera, y ahí le nació el interés por conocer a fondo el deporte de los azotones y catorrazos.

Sin el respaldo de un padre dentro del gremio o el espaldarazo de un promotor, Piloto empezó desde abajo en uno y otro oficio. “Yo también soy una persona humilde, de barrio y quiero que ellos (sus niños) se unan al deporte. Nada es difícil para sobresalir. Son necesarias las ganas y el hambre de ser alguien”, manifestó.

Sabe que la disciplina del encordado forjó su carácter, pese a que nadie lo conocía por no tener sangre de luchador ni formar parte de una dinastía.

Un 26 de marzo de 1988 hizo su debut como el joven aviador enmascarado, cuya tapa perdió ante Príncipe Azul en 1997. “Siempre he sido Piloto”, afirmó. “Yo nunca busqué el nombre. Él llegó a mí. Piloto 2000 se me impuso solo”. Un amigo le cedió la identidad y equipo que tenía preparado. Más tarde, Red Flamer lo peló en la primera de sus cuatro apuestas de cabellera.

AMOR COMPARTIDO
Casado hace 24 años, el padre de familia se ha visto dividido entre el cariño de quienes lo quieren y el remolino de emociones sobre el enlonado. “Quería saber lo que se sentía (la lucha). Es otra vida, es otro amor que te llena igual que una familia”, aclaró.

En esa “pasión rigurosa que aún se le llama oficio”, según la definió Carlos Monsiváis, Piloto 2000 tocó la gloria al ganar dos campeonatos estatales (el welter y de parejas). El primero lo ganó en un triangular ante Latino y Espartaco; el segundo, junto a su aliado Dragón Oriental, frente a Argoz y Águila Oriental.

Con éxitos y derrotas por igual, Piloto reconoció la paciencia y apoyo de su gente. “Mi esposa e hijos me han aguantado bastante… Los descuidé porque era mucho el amor a la lucha libre”, mencionó. “(Pero) se llega el momento en que tu familia te reclama. Es donde te centras”.

De hecho, ambas partes llegaron a un pacto: “Cuando estoy en la casa no se habla de lucha libre y en la arena ahí soy Piloto 2000…”.

Especialista en los saltos al vacío y el juego de cuerdas, las pinzas al cuello, la quebradora y una variante de “La Atlántida” siempre lucen en su colección de castigos. Son artífices de sus triunfos.
“Todo es a base de trabajo y pegarle duro al gimnasio, entrenar, estar constante en esto porque te gusta de corazón”, señaló.

Pero aunque sus dos tesoros en la vida están distantes, Piloto sueña con ver realizado su logro más grande, que su vástago encarne a Piloto 2000 Jr. “Le voy a dejar mi nombre…”, indicó. “Quiero hacer un cimiento para la llegada de mi hijo y dejarle 2 ó 3 escalones más arriba de lo que yo empecé sin nada. Le voy a hacer una escalerita que nunca tuve yo…”.

La única petición para sus hijos es “que estudien, que sean nobles, tampoco les quito ser las personas que son, sus gustos; cada persona es distinta, pero les trato de inculcar el deporte y no pelear en la calle”.
























NUEVO RUMBO
PARA PILOTO
En su negocio de cantera, comentó que varios arquitectos le están abriendo las puertas: “Me han dado la oportunidad de trabajar con ellos; ahí vamos despacito y espero crecer en mi trabajo”.

Por otro lado, en la lucha junto con él hay otro doble campeón de Saltillo, Espartaco, monarca estatal de tríos y Mundial de las Américas. La meta del esteta de azul y plata es retarlo por alguno de sus cintos en alianza con los Zorros Plateados o individualmente por el flamante título arrebatado a Negro Navarro.

“Ahora hay de dónde escoger… pero yo voy por todas las canicas”, externó confiado. Aunque haya mucha gente en medio, no descartó enfrentarlo pronto. “(Los demás) tienen que hacer mucha cola, porque soy doble campeón; qué más méritos para exigirle una oportunidad”, enfatizó.

Con 3 años más en activo, Eduardo no descartó colgar las mallas y sus botas. “Me gustaría quedar en un buen nivel y que me recuerden bonito, como mi familia. No verme paralítico ni fracturado”, reflexionó. “Uno debe saber cuándo retirarse. Esperamos aguantar cuando yo diga hasta aquí y no esperar a las lesiones”.

NUMERALIA
4 veces ha sido rapado. Sus verdugos fueron Espartaco, Espanto, Green Demon.

1988 debutó Piloto 2000 en los encordados de Saltillo para comenzar una carrera llena de éxitos.
18 años tiene Eduardo Encina dentro de la instalación y limpieza de cantera.

23 años ha forjado una carrera de luchador profesional el campeón welter y de parejas del estado de Coahuila.

EL DATO
Príncipe Azul le quitó la máscara en 1997 en Obreros del Progreso porque su second aventó la toalla (Caballo de Fuego, resentido porque le quitó la máscara y lo ha rapado muchas veces).

Sostuvo con Latino una lucha por el Campeonato Mundial de Parejas hace 7 años en la Arena Obreros del Progreso contra Último Guerrero y Rey Bucanero. “Lo perdimos pero disputarlo fue mucho, es algo que te llena bastante”.

Luchar contra El Satánico fue la única vez que tuvo miedo y tembló tan sólo de saber que lo enfrentaría.

Tiene las máscaras y cabelleras de Caballo de Fuego, Príncipe Azul, Sombra Lagunera, entre otros.

FAMILIARES
Esposa: María del Carmen García Nuncio
Hija mayor: Nancy Janeth Encina García
Hija del medio: Valeria Encina García
El más peque: Eduardo Encina García - 11 años de edad

junio 02, 2011

Tiburón Jr. devora Saltillo a topes y serenatas

Miguel García
Zócalo Saltillo
Foto: Gerardo Ávila

“Tiburón, a la vista”, previene la canción que podría anunciar la entrada del gladiador saltillense a la arena. Pero él prefiere oír rock durante su ascenso al ring, aunque también podría escuchar música vernácula. Mariachi y luchador por herencia, Tiburón Jr. provoca por igual romances y moretones.

El perfil del joven guerrero es técnico. El escualo detesta derramar sangre; mejor usa su talento para atrapar a la afición. Sabe que es bueno y no sólo para las tostadas de ceviche.

El Júnior desafió a la naturaleza, cambió su hábitat y desde el cuadrilátero retó la gravedad para atacar a sus rivales con las fauces abiertas. Dando saltos al vacío y serenatas, Tiburón Jr. quiere comerse a Saltillo.

DE ‘CHARALITO’
A TIBURÓN JR.
José Eulalio creció entre dos mundos, únicos para el folclor mexicano; pero ambos fueron vinculados por su padre Max, fundador del mariachi San Juan en Saltillo y primer Tiburón de la familia González Luna.
Desvelado por todo el trabajo del 10 de mayo, con jornada de 24 horas a cuestas, nos narra su historia.

Aunque lo mariachi le viene desde su abuelo, José creció como “El Charalito” desde los 6 años al lado de su papá en la Arena Obreros del Progreso, como la mascota del Escualo mayor, el cual luchó incluso ante la leyenda local, Zorro Plateado, “y con todas las antigüedades”, agregó.
“(El Charalito) era un pescado, no era traje de luchador sino una botarga. Duré 4 años así. Seguí estudiando y no me dio tiempo (para continuar)”, recordó.

Aprendió a tocar instrumentos a los cinco años, sus favoritos son la trompeta y el violín; volvió al ring a los 14 y tiempo después, a los 16, se unió al grupo San Juan para amenizar fiestas. Hoy sigue ahí donde “cada fin de semana es de bodas y 15 años; entre semana es puro enamorado”.
“Empecé a estudiar instrumentos con la vihuela, similar a la guitarra, después me pasé al violín y ahora estoy estudiando trompeta”, añadió.

Además de estos oficios, su progenitor cultivó también el de la costura. El “Depredador marino” practica cada uno de ellos y agregó su marca al legado: es diseñador de máscaras.

—¿Te dedicaste a seguir los pasos de tu padre?Él no me dijo tú vas a hacer esto. (Pero) gracias a mi padre es lo que soy. Él fue mi maestro de mariachi y lucha.

—¿Qué mundo te gusta más?No podría vivir sin el mariachi y no podría dejar la lucha. (El primero) se convirtió en un recurso, a lo que me dedico y con lo que me gano la vida… porque es lo que me da para mis gastos; de ahí saco material de telas, papel, tintas (para sus máscaras). Me dedico también a hacer invitaciones y los trajes de luchas.

NO MUERDE
EL ANZUELO
Su problema ha sido elegir un camino para entregarse de lleno. Sin embargo, le gusta dividir su tiempo en tantas actividades porque identifica en todas ellas un estímulo similar, su combustible para andar.

—¿Qué miras en tu futuro como luchador?Es lo que todos me preguntan si tengo la facilidad de llegarle al público. Cuando me dicen por qué no le tiro a lo grande, les digo que no podría dejar la vida que tengo, rodeada de mariachi, mi familia y todo. Me gusta lo que hago y hasta ahí.

Si me voy a hacer estrella, quiero ser estrella nada más de Saltillo. No me quiero sentir tan importante. Sería muy bonito, me encantaría. Daría lo que fuera por ser un ídolo.
Un ejemplo del esfuerzo necesario es el hecho por Relámpago que viajó a México para ser un protagonista en la empresa Triple A. Pero a sus 21 años, el Escualo menor está conforme con su progreso.

—¿Por qué técnico y no rudo?Me gustan más los aplausos y halagos que las recordadas de madre. Me gusta que digan 'mira sus vuelos, su equipo', no que se fijen en cómo dejé al otro, ensangrentado.















UN MISMO MOTOR:
CARIÑO DE LA GENTE
Su interés es incitar la felicidad en la gente. “En el mariachi, cuando vas y tocas para unos novios enojados; tocas y se contentan. Entonces a través de mí estoy haciendo felices a las personas y, arriba de un ring si le aplicas una llave o un vuelo, emocionas al público", comentó.

Para Tiburón Jr. la descarga de adrenalina se repite, aunque sean tan diferentes, con el mariachi y el ring: “La emoción que siento en la lucha y al subirme a un escenario a cantar, ver que la gente te aplaude y corea la canción, se convierten en un solo sentimiento”.
“Yo lucho para la gente”, enfatizó. “Me decía el Destructor: ‘oye, ¿por qué te traes a toda tu familia?’ Le digo: ‘No, ni mi familia me viene a ver’. Si te entregas a la gente, ella te responde”.

SOBRECARGA LE
TUMBA COLMILLOS
Como si luchar y ser mariachi no fuera suficiente, José trabaja en su taller de costura, en otro grupo musical llamado “Puro Tequila” y aprende serigrafía. “No me siento inútil, sino activo, lleno de vida”, comentó.

—¿No te sientes atosigado por tanta cosa?El diseño de máscaras lo hago llegando del mariachi como a las tres de la mañana, me vengo acostando a las seis. Si no me puedo dormir, veo una tela que tengo y empiezo a cortar y a coser. Se me olvida el tiempo y me quedo dormido de plano en la máquina. Es lo único que he aprendido solo. A base de echar a perder muchos trajes míos, aprendí a hacerlos.

Sin embargo, durante un año Tiburón colgó los colmillos y agallas por semejante carga. “Ya no quería nada porque no me daba abasto, no podía estar en todos lados, me desesperaba. Pero después de tanto tiempo veía la lucha en la tele y sentía la emoción…”, confesó.
“Entonces me dije: ‘Si es lo que me gusta, moriría por estar ahí. Si tengo la oportunidad y lo manejo, qué hago aquí viendo la tele. Mejor vámonos a echar trancazos’”.

—¿Cómo surgió tu afición por diseñar máscaras?También por mi papá. Él se dedica a hacer uniformes para escuelas y trabajos para empresas. Tenía una camisa rota y le decía que me la cosiera y de tanto pedirle, me dijo: “Ven, te voy a enseñar”. De tanto comprar equipos y tanto me enseñó mi papá, que intenté hacer equipos de lucha. Empecé conmigo.

Aseguró que su mejor diseño de tapa ha sido la del Astro Negro y que “a casi todo Saltillo le he hecho una máscara”. Según dijo, “la que más me piden es la de Rey Mysterio. Llegan pidiendo invitaciones a mi casa, ven los diseños y piden el traje, invitaciones, lonas, el paquete completo".

DUALIDAD PROBLEMA
Ser Tiburón Jr. y mariachi no es cosa sencilla. Por ello, cuando los dos oficios se mezclan han llevado a José Eulalio a no guardar la tradición, su identidad, pues acepta que es difícil hacerlo por diferentes circunstancias.

“Una vez me iba a ver luchar todo el grupo (de mariachis)”, contó. “Casi nunca van, yo estaba en el ring y los mariachis me echaban porras. Pero en lugar de gritar Tiburón, decían mi nombre: ¡José, José!”

Debido a las prisas, poco le falta para llevar el moño rojo del mariachi cuando sube al ring. “Voy a la lucha y me cambio de mariachi en el vestidor. Me pongo las botas, el moño, agarro mi instrumento y me voy hecho la cochinilla. Casi siempre es así”, relató.

Una ocasión su conocimiento de costura le salvó de un serio problema. “El 10 de mayo pasado tuve un evento de lucha”, empezó. “En un mortal se quitó el rival y caí arriba del brazo derecho, se me quebró y dije: ¿cómo le hago si es día de mariachi? Corté todo el chaquetín y le puse una manga más grande donde cupiera el yeso. Estaba tocando trompeta y fui a todos los eventos así”.

A su vez, pese a que su máscara del Escualo volador cubre todo su rostro, cuenta que clientes del mariachi San Juan lo han descubierto. “Según yo muy oculto y en la lucha me gritan 'ahí va el mariachi'”.

DEPREDADOR
EN MAR Y AIRE
“Cuidado sirenas, ya ha llegado y está desenfrenado/ Ya llego el tiburón…”, dice la canción del grupo Maná, es su tema de entrada. Tiburón Jr. se la dedica a todos los rudos.

Aprendió a soplar para recurrir al viento y sonar su trompeta en las serenatas. Pero como Tiburón se volvió amo y señor del aire; en cada lance suicida supo gravitar “en cámara lenta” para derribar rufianes y mantener al público al filo de la butaca. Por igual provoca romances y moretones.

José Eulalio sueña algún día ser recordado en Saltillo como un as del aire, un buen mariachi y un mejor Tiburón. “Todos me llaman el pez tiburón, el rey de los mares salados”, se motiva cuando camina rumbo al ring al escuchar su tema de entrada, “El Rey Tiburón”.

mayo 24, 2011

Camino al ring entre dos ídolos


El tumulto es suficiente para echarse atrás, no intentarlo. La gente rodea el vehículo tras la despedida de sus ídolos, les bloquea el paso. Cuando se abre la portezuela del coche, entra el Hijo del Santo, luego yo y al final Blue Demon Jr. Apenas cabemos en la parte trasera del auto.

Con la Catedral de Santiago a nuestras espaldas, partimos de Plaza de Armas hacia la arena y transcurren 11 minutos de trayecto durante el cual Zócalo Saltillo logra la exclusiva.

Los herederos de azul y plata revelan que, al menos en esta generación, le tienen gran respeto al legado de sus padres, al cariño de la gente, como para disputar la apuesta del siglo por la máscara. La gran lucha con la identidad de por medio, no se llevará a cabo, pero ellos han imaginado cómo sería esa “noche triste” para México en el Estadio Azteca.


Siendo sinceros, ¿algún día expondrán su máscara en esa lucha histórica que todo el mundo desea ver?

“Esta lucha la veo difícil de realizarse, porque sería muy triste que cualquiera de los dos perdiera la máscara. Si nuestros padres la conservaron hasta el final, pues conforme pasan los días y pasa el tiempo, pienso que este reto ya es difícil, cada vez creo que es más difícil aunque fuera (perderla) en el ring. Esto sólo lo podrá decir el tiempo”, confiesa el Enmascarado de Plata.

El anhelado combate estelarísimo entre el Demonio Azul y su acérrimo rival, no tendría lugar entre los primeros herederos, aseguran. Sin embargo, han pensado en ese momento y les dolería mucho acabar con alguno de los dos inmortales.

“Definitivamente creo que sería una gran tristeza no nada más para algunos, sino para la lucha libre mexicana el perder uno de los dos grandes íconos de la lucha libre”, añadió.


JAMÁS VISTA, NUNCA ANUNCIADA

Vamos hacia el sur de la ciudad y la plática se torna más cordial. Los gestos por encontrar a un intruso en el automóvil, incluso desaparecen. Como responsables de una gran herencia, sólo se permiten soñar con esa función imponente, de gran cartelera.

El hijo de Guzmán Huerta explica que “si se llegase a dar, híjole, el lugar idóneo sería el Estadio Azteca, que es un lugar donde podría ir mucho público, sería una lucha de locura, algo a nivel mundial sin exagerar. Estoy seguro que estaría lleno de japoneses y mucha gente de los Estados Unidos”.

Por su parte, Blue Demon externó su pesar por dar fin a un legado tan importante y querido por el público mexicano.

“Es muy difícil imaginar algo que es de cierta manera inefable, realmente creo que el Hijo del Santo se ha puesto a pensar, yo lo he hecho, pero sería triste que cualquiera de estos dos símbolos pereciera en una lucha”, reconoce.

“Definitivamente creo que sería una gran tristeza no nada más para algunos, sino para la lucha libre mexicana el perder uno de sus dos grandes íconos”.


Pasamos la Sexta Zona Militar, arribamos a la Arena Pavillón del Norte y aún con la misma gentileza, los ídolos se despiden, toman sus maletas y se disponen a entrar por detrás del coso para iniciar su preparación. La gran noche de lucha libre está por comenzar con su combate súper estrella.

PREGUNTAS RELÁMPAGO
LA WWE, EL SHOW

¿Qué opinión le merece, Santo, la empresa de WWE, cuando en este momento se celebra su Wrestrlemania 26?

Es un espectáculo totalmente diferente a lo que es la lucha libre mexicana. Yo los respeto como luchadores porque finalmente subirse a un ring, merece mi respeto. Pero realmente lo que ellos hacen no llega jamás a compararse con lo que hacemos nosotros en México.

De ahí rescataría, y lamentablemente ya no viven, a Eddy Guerrero, a Chris Benoit y actualmente a Rey Mistero Jr. Ellos han sido los maestros de estos luchadores, que tienen unos físicos impresionantes y una gran personalidad, pero que no tienen la técnica de los mexicanos. Lo que han aprendido es gracias a estos tres luchadores.

Tuve la oportunidad de estar en esta empresa hace algunos años y no me quedé porque hubo diferencias con los contratos, pero creo que hubiera sido una incursión importante.

Si estuviera en ustedes, ¿dejarían a su heredero, a la nueva versión del Santo o Blue Demon, incorporarse a la WWE?

“Yo sí se lo permitiría con la condición de que no se dejase influenciar. Si mi hijo quiere luchar en Estados Unidos, le diría lucha con esta empresa, pero lucha de verdad, como se hace en México y a lo mejor sería algo importante”, señala el Santo.

“Sí lo permitiría. Si mi hijo quisiera, pues la verdad sí lo dejaría, mientras él dignifique su trabajo”, recalca.

Por su parte, Blue Demon afirma que “lo único que le recomendaría (para luchar en WWE), es que no se dejase manipular, que no le impongan estilos ni personalidades camaleónicas. Tendría que ser totalmente él con la instrucción, la técnica y toda la disciplina que él se forjaría aquí”.

Blue Demon, ¿podría existir una alianza entre las empresas de lucha en México para realizar encuentros históricos?

Me encantaría, pero sería como Aldous Huxley haciendo un mundo feliz, sería una utopía.

mayo 21, 2011

Negro Navarro: De sanguinario a predicador



Miguel García
Zócalo Saltillo

El único sobreviviente de aquella tercia que detonó el boom de las triadas entre los años 80’s y 90’s en México, es el incansable Negro Navarro, gladiador aún hoy en activo con 53 años de edad y mentor de los iniciados en el ring según cánones de la vieja escuela.

El último de los extintos Misioneros de la Muerte —que nacieron en un combate tras dejar al borde del infarto por su extrema rudeza al Santo “El Enmascarado de Plata”—, es hoy un predicador del estilo clásico, un nuevo misionero del llaveo al ras de lona.

El Negro lidera una cruzada por rescatar el arte de la lucha libre que se exhibe por el suelo, ese género de “amarres” arriba del ring que, junto a otros maestros del oficio como Solar, han hecho su carta de presentación en cada coliseo.

“Nosotros nos hicimos con la verdadera lucha, la lucha seria, de llave contra llave y de golpes serios, no con las cosas falsas que se ven hoy en día…”, recordó en alusión a su mejor época en la “Cueva de los Independientes”, el Toreo Cuatro Caminos.

“Muchos jóvenes piensan que la lucha es estar volando, que la lucha extrema es romperse lámparas, poner mesas y quedarse ahí diez minutos en lo que llega otro. Y eso se ve muy falso”, recalcó acerca de un deporte con su veracidad en entredicho.


¿BESTIA O BELLO?
MEJOR NEGRO

Un niño que daba grasa y vendía chicles en Aztcapozalco creció entorno de máscaras con valor de tres pesos en la Arena Coliseo, se compró las que pudo, de El Santo a Huracán Ramírez. Antes de entrar al “toppling” (lucha profesional) representó por tres años en lucha olímpica al Deportivo Oceanía de la Ciudad de México desde los cinco años.

Más maduro, se mudó a los Baños “La Providencia” donde entrenó al lado de sus compañeros, sin la guía de maestro alguno. Era un autodidacta en el deporte de las trompadas y azotones.

Cuando empezó sus primeras giras en arenas pequeñas, se presentó como La Bestia o el Bello loco; cuando ingresó a la Comisión de Box y Lucha y al Sindicato de Luchadores, se puso Negro Navarro, Navarro por su madre, y Negro por el color de su piel.


HERALDOS DEL
FIN PLATEADO

Los Misioneros no eran fieros, eran sanguinarios; concluían sus pleitos tintos en sangre para bajar de su pedestal a ídolos como Dr. Wagner, Ángel Blanco o Ray Mendoza. “Era nuestro sistema andar sobre ellos, tumbar cabezas y ganarnos nuestro lugar”, reconoció el Negro.

“Era ‘lucha extrema’ porque había pleitos regios para quitar a personajes del núcleo de élite como Solitario o René Guajardo. Uno tenía que llorar para llegar a esos sitios”, mencionó.

El inicio de sus fechorías ocurrió el 2 de noviembre de 1982, en el Toreo de Cuatro Caminos, con un elenco de lujo. El Perro Aguayo, Texano, Signo y el Negro lucharon contra Huracán Ramírez, Solitario, El Santo y Gori Guerrero.

“Tenemos una lid con ellos donde sale El Santo un poco mal, casi te podría decir que muerto”, recordó. “En ese tiempo nosotros jóvenes, él ya grande, nos queríamos comer el mundo”.

“Fue casi su despedida después de ese encuentro por el hecho de que le retiraron su licencia, ya no podía luchar. Se lo llevaron directo en camilla al hospital”. Tiempo después Héctor Valero, director de la revista “El Halcón”, los bautizó por eso Misioneros de la Muerte, para inspirar el surgimiento de tríos épicos como Los Villanos, Los Brazos o Los Cadetes del Espacio.

—¿Considera usted que esa tercia pudo haber retirado al Santo?

Sí, pero no es ningún elogio, porque si lo hubiéramos agarrado en sus mejores tiempos, a sus 30 años, hubiera sido difícil. Creo que el señor estaba cansado; hay que reconocerlo.

—¿Hubo problemas con la afición?

Hubo algunas asperezas con la gente; nos llevaron a los vestidores. Luego no sé si fue inmadurez mía como profesional o me sentí muy gallo, pero la familia del Santo estaba triste, acongojada, y cuando salí me burlé de ellos. No era admirable.

Pero tuve la oportunidad de disculparme. Me quité un peso de mi corazón, porque sé que obré mal al calor del combate. Lo hablé con el Santito Jr. y me perdonó, incluso me ha llevado a Europa, me debutó en el Toreo como réferi de lucha y llevamos muy buena amistad.


CAMBIO RADICAL:
DE RUDO A PULCRO

Definido como un atleta versátil, trabaja diario su técnica y fuerza en el gimnasio porque la competencia es dura en los carteles de las arenas y sabe de las estrellas con bonita cara, buen físico y aptitudes de baile que ahora venden su imagen en el ring.

Serán estrellas de la televisión, sin embargo, él no los reconoce como luchadores. “Hoy se ganan los lugares por compadrazgo o por darle una botella al promotor”, señaló.

“No entro al juego de los muchachos. Mi trabajo es ser luchador”, aclaró. “Si me avientan una tijera, sé cómo agarrarlos, pero cuando quieren entrar a mi ritmo no pueden… en un momento los aplaco, porque no tienen el recurso ni el conocimiento”. La prueba es para sus rivales.

De lucha volátil, circo y payasada, así se refirió el Negro a la tendencia del pancracio nacional y enfatizó que lucha japonesa desbancó a la mexicana como la mejor del mundo.

“La lucha se está perdiendo, todo se está haciendo aéreo”, resaltó en vista de lo que sucede en el cuadrilátero, donde además se bajan calzones, se baila o insulta a la afición. “No se ve lo que se hacía antes, un buen final, una buena llave… La lucha que realizo con otros compañeros es versátil, de cosas novedosas que la gente no ha visto”.

—¿Cómo se transformó de rudo extremo a un impulsor del estilo pulcro, más técnico?

Esto cambió a raíz de que mis hijos quisieron que yo les enseñara lucha libre. Ellos luchan con el nombre de Los Trauma I y II. Hace seis o siete años a uno lo inscribí en un gimnasio, fui a ver cómo le enseñaban y no me gustó. Pido trabajo en ese gimnasio, me aceptan e inició mi carrera como profesor. Ahí trato de recuperar lo que se está perdiendo.

—¿Para usted qué significa el llaveo al ras de lona?

Todo lo que es la lucha libre, la lucha de verdad. Es un arte.

—¿De qué está compuesto ese tipo de lucha?

De lucha base, que es la lucha olímpica, grecorromana e intercolegial libre; fue lo que yo aprendí en los tres primeros años que estuve dentro del deporte amateur.

No es de maromitas, sino saber agarrar, saber rendir a una persona; desde que lo tome del brazo debe tener un movimiento para rendirlo, llevárselo de suplex o voltearlo para que le cuenten las espaldas planas. Ya después vienen llaves más sofisticadas.

“La lucha libre es un espectáculo, no un circo romano. Se necesita entrenar y saber donde apretar para guiar al compañero. Ahí yo le doy un complemento. Para no sentir ese dolor se va a ir con ese movimiento y yo se lo cambio para guiarlo a otra cosa”, describió.

Otra de las tradiciones que se ha perdido es lanzar dinero al ring. En la lucha, es como levantar el pañuelo en los toros, como cortar rabo y orejas. “Es una forma de reconocimiento de la gente. Se ve muy pocas veces y eso es cuando a la afición la convence uno, está contenta con el trabajo y ve que lo que hacemos es de atletas”, refirió.


RETORNO A BASES,
¿BATALLA PERDIDA?


El Negro alude como origen del desprestigio de la lucha a la poca exigencia del público, los falsos maestros, el pobre desarrollo de prospectos y la labor fácil de los consagrados. Navarro tiene una explicación: todo desemboca en que no saben de lucha porque ya no se practica.

“Es muy difícil convencer a la gente de lo que estamos haciendo porque tienen mucho tiempo viendo otra cosa”, precisó. “Nuestra ventaja es que por lo que sabemos y la seriedad que le damos al deporte, la gente se va metiendo poco a poco”.

El resultado de esas demostraciones de poco respeto al oficio repercute en todo el gremio. “A mí me da mucho coraje que los luchadores de hoy en día sean muy falsos y faltos de disciplina y amor a la lucha libre… Cuando me inicié en la lucha di mi vida y la daría otra vez”, resaltó.

—Se ve su cara sobria cuando le toca luchar contra un exótico u otro extremo, lo evade, se le nota rejego a no entrar en ese tipo de combate, ¿por qué?

Todos tenemos un tipo de lucha y trabajo. El papel del exótico es andar joteando y con sus desplantes, pero yo no entro a su juego porque a mí me enseñaron a ser serio dentro del deporte. Para mí no es un chiste. Yo me preparo todos los días.

En México dicen que la mejor lucha es la mexicana y, para mi gusto, no lo es. Para mí la lucha más fuerte y la mejor es la japonesa. Allá la gente es muy disciplinada; si no entrena, si no van al gimnasio, no son luchadores.



ADIÓS A UN MAESTRO
Con la cabellera de Pepe Casas como su máximo trofeo, Negro Navarro está consciente del deterioro de sus facultades pero alarga su actividad en el ring a diez años más.

“Me dolería retirarme de la lucha libre. Hay otras opciones, quedarme como réferi o profesor, pero no es lo mismo”, aclaró. “Vivir el espectáculo, que le chiflen a uno, que le digan majaderías, no hay nada comparable con estar arriba del ring”.

“He tenido mis lesiones, pero Dios me ayuda”, añadió. “Tengo la fortaleza y la psicología de echarle ganas aunque me duela un hueso. Yo me alquilé para que la gente vea mi espectáculo”.

Si se va a corto o largo plazo, el gladiador experto en las técnicas de sumisión con elegancia, se irá contento con los galardones de sus batallas. Fishman le quebró la quijada, su frente está dividida por las cicatrices, sus bíceps están rotos.

“Mostrar mis oídos, para mí tener las orejas deformes, es un orgullo”, confesó. “Le llaman la oreja de coliflor, es como una medalla. Era requisito tener las orejas así”.

—¿Usted recomendaría como deporte igual que el futbol o beisbol a la lucha libre?

Sí, siempre y cuando les guste. No es un pasatiempo. Es un deporte de verdad, serio, de contacto, van a salir lastimados. Pueden hacerlo como hobby, pero con un buen profesor que los guíe. Muchas veces los profesores de hoy no saben ni rodar y lo que van a hacer es lastimar a los muchachos.

mayo 19, 2011

El Místico de 2009

El misticismo inundó ese año las oficinas de Zócalo Saltillo cuando el “Príncipe de plata y oro” descubrió la personalidad del ser humano que respira y vive abajo del ring, sin portar su máscara.
El nuevo Superstar de la WWE, Sín Cara, fue envuelto por el apoyo de la familia y se mantuvo oculto en su entorno como una persona cualquiera que escuchó los propios ecos de su fama, agradecido del cariño brindado por su público.

EL CAMINO DEL ÍDOLO
Con el Campeonato Completo Jr. IWGP en su poder más la máscara de Black Warrior, la cabellera del Negro Casas y otros trofeos en sus vitrinas, el Ahijado de Fray Tormenta dio 15 minutos de charla para conocer algunos aspectos de su identidad. Incluso se contradijo, según los hechos acontecidos con su afiliación a la empresa norteamericana este 2011, respecto a la creación del personaje.

¿Quién creó al personaje del Místico?
Los derechos de autor son míos. Aquí nada más se llegó a un arreglo con la Arena México. Entre los dos pusimos la imagen, nos pusimos a dibujar cómo se veía el equipo. No me echo el crédito ni la Arena México.
Yo soy una persona que trabaja muy en agrado de la mano del CMLL. No soy una persona que le guste alzarse el cuello ni mucho menos; al contrario, yo sigo a mi empresa. La empresa me ha dado todo, el público me ha dado todo y hasta el mismo público le ha cambiado un poco a la máscara sus diseños. Pero yo lo hago encantado de la vida para la gente, porque ella me da de comer.

¿Su relación con Fray Tormenta, cómo nació?
Era muy pequeño cuando fui a entrenar con él. La gente piensa que estuve muchos años ahí y no, es totalmente mentira. Hay veces que inventan y uno se queda callado. La verdad estuve como cuatro años y medio, pero no fue toda la vida como la gente piensa. Le agradezco al Padre Fray Tormenta por haberme aceptado y entrenado.
Ahorita, tengo que vivir yo de esto, tengo que estar manteniendo mi personaje, porque si él se queja, ni modo, ¿no?
Yo tengo que mantener el personaje, porque no por decir que soy Ahijado de Fray Tormenta, me va a mantener el público en el gusto. ¡El que se tiene que mantener, el que se tiene que matar en el ring soy yo!


¿Tu trabajo va encaminado a convertirte en la próxima leyenda?

Creo que esa decisión la tiene el público. Yo pongo mi personaje, las ganas y mi trabajo. La gente aquí es la que manda. Yo, encantado de la vida hacer una nueva leyenda. Creo que ya conocen una: no hay otra, más que la del Santo y hablo del señor, y para llegarle al Santo está muy difícil.
Creo que cada luchador puede hacer su propia historia y su propia leyenda, y Místico es uno de ellos. No quiere ser la copia de un luchador y mucho menos de una leyenda como lo es El Santo.

¿Qué significa para ti otro ídolo, Blue Demon?
Mucho, es un ícono de la lucha libre. Hablar de Blue Demon y El Santo es hablar de dos buenísimos luchadores y dos grandes leyendas, y todos queremos ser como ellos. Luchador que te diga que no, es mentira. No hay mejores luchadores como Blue Demon y El Santo (los padres) y todos queremos ser como esas grandes leyendas, hasta como Mil Máscaras, El Perro Aguayo. Sonjerarcas de México; dos de ellos ya no están y siguen vigentes en el gusto del público.
Y hablar de Mil Máscaras y del Perro Aguayo, son dos leyendas vivientes.

Si se te presenta la oportunidad de ir a Europa o WWE, ¿con quién te irías?
Ya estuve en WWE, ya participé con ellos. Yo creo que todas las opciones son buenas. No tengo por qué ponerme a ver si me quedo aquí o allá… Yo he viajado a muchas partes del mundo gracias a este trabajo que tengo, al público que me ha puesto en lo más alto, que es la cúspide; yo creo cualquier invitación es bienvenida.
Soy una persona y un luchador muy profesional, que si me invitas a luchar hasta en un pueblito, te voy a llegar hasta allá.

¿Se siente a gusto con la faceta de actor del Místico, en telenovelas, concursos o videos musicales?
Tengo que darle de todo a la gente. Yo vivo de la gente, el personaje vive de la gente. Lo que porto de ropa, la gente me lo ha dado; lo que llego a comer, gracias al público, yo lo he ganado.
Creo que me gusta darle al público lo que pide. Me pidió estar en una telenovela, lo hice; me piden estar en videos musicales, lo hago encantado de la vida. Para mí es algo mejor porque mi imagen está ahí.
No hago nada malo, no ofendo ni insulto a nadie y sobre todo, mi trabajo no lo echo a perder, no denigro la lucha libre, porque cuando son escenas de lucha, son luchadores profesionales; no son dobles o golpes de juego como tú ves en otras acciones.


'LLAVE' DEL ÉXITO: SU FAMILIA
El ídolo criado en el barrio bravo de Tepito, también comentó que su mejor estrategia arriba del ring, para enfrentar sus peores batallas, es contar con el apoyo de su familia en cada momento, incluso para lidiar con la gran afición de México y el mundo que lo admira. Además, siempre está ahí como soporte para evitar confusiones entre las dos identidades que conviven en él y con su máscara.

¿Cuál es el principal apoyo “en su esquina”?
En luchas especiales, cuando llego a jugarme una máscara o un campeonato, mi familia está siempre atrás de mí, porque son mis ángeles de la guarda; son los que me dan el apoyo y el ánimo para estar arriba de un ring, sobre todo, aguantar la presión de tantísima gente, para aguantar que vaya a perder mi máscara, mi campeonato.
Yo creo que aquí también lo primordial es la familia. El apoyo del compañero también. Yo casi siempre subo a la sombra de mi second, porque son grandes luchadores que me pueden ayudar para cualquier marrullería que me pueden hacer.
Mis compañeros y mi familia son lo primordial, al igual que el público, porque si el público no me grita, no me chifla y no me mienta mi madre, no me siento a gusto. Este es mi trabajo, eso es lo que me da el ánimo para echarle más ganas y darle a mi rival con todo.

¿Cómo vive con su familia el hombre que encarna a Místico sobre el ring?
Tranquilo, en paz, a gusto. Los días que descanso estoy con mi familia. Me gusta ir a pasear, al cine a convivencias. Lo primordial en mi vida es mi familia… Primero siempre está la familia.

¿Tiene algún conflicto con su doble identidad, como el hombre detrás de la máscara y Místico? No, es algo muy padre. Yo soy una persona que no le gusta alzarse el cuello.

Yo no quiero perder mi máscara para ser un luchador reconocido, porque sobre el ring, aquí el único que manda es el Místico, la persona, el ser humano que maneja el muñeco que tengo encima, Místico. Y tengo que manejarlo bien para estar en el gusto del público.

mayo 11, 2011

Se oculta en las Tinieblas

Miguel García - Enviado
Fotos: Gerardo Ávila
Zócalo Saltillo - Cd. de México

En un barrio tranquilo de la Ciudad de México, a escasos 15 minutos del Aeropuerto Internacional, se halla el hogar de uno de los personajes más emblemáticos de la lucha libre nacional y cuyo rostro permanece oculto tras una máscara en Tinieblas.

A nuestra llegada, la señora Estela nos recibe dentro de una pequeña sala muy confortable. La figura de Cristo crucificado se repite colgando varias veces en la pared de un costado; es un sitio acogedor con bar para las bebidas, dulces en la mesa de centro y fotos familiares.

Es inevitable volver la mirada y revisar con cautela las imágenes en busca de la misteriosa identidad. Luego de un vistazo, reconoces a Gaspar Henaine “Capulina”. Cuando estás de pie frente al par de rostros en el marco de la foto, sabes que cuando él te da acceso a su hogar, por ese contrato de silencio implícito, no podrás revelar la incógnita del gladiador.

La esposa del único Capitán Aventura charla con nosotros, nadie le pidió antes opinión sobre su marido. Ella es la mujer tras bambalinas. Mientras finaliza otra entrevista en el piso de arriba, Estela recuerda su enamoramiento del mítico gladiador antes de entrar al deporte y el cine, así como la angustia por verlo subir al ring cada función y hacerla rezar por su salud.

ÚLTIMO DESAFÍO
El enmascarado de oro y obsidiana pone fin al personaje de Valente Pérez, nacido en las páginas de la revista Lucha Libre y encarnado por un misterioso fisicoculturista. Tinieblas declara que no lucha más, prefiere decir adiós mientras sigue vigente, todavía con facultades para subir al ring; está contento con su legado, ahora en custodia del sucesor por derecho.

"Enseña, educa, da ejemplo, eso es mi máscara", Tinieblas Sr.

En nuestro encuentro frente a la dupla de ídolos, Tinieblas Sr. posee un carisma envidiable, su optimismo contagia, mientras el heredero de la mítica tapa no se queda atrás en simpatía.

El Gigante Sabio no se guarda nada. Habla de su trayectoria, el significado de su retiro tras una vida en el ring y una carrera impecable en la pantalla grande. Está satisfecho porque lo retira la edad y no las lesiones. “Destapa” todos los detalles sobre su gira de despedida y su adiós a Saltillo. Recuerda su apuesta que nunca se dio entre él y Mil Máscaras.

En pocas palabras, el Capitán Aventura enfrenta una de sus últimas batallas en espera del campanazo final. Relata anécdotas en su mayoría chuscas, por su lado “técnico”, y en comparación con otras leyendas del pancracio nacional opina distinto acerca de la incursión de la WWE en el país y el nuevo cine de luchadores.

EL HIJO DE LA NOCHE
Mientras su padre pone fin a una larga trayectoria dentro de los cuadriláteros, Tinieblas Jr. espera el momento de tomar su lugar junto al Duende Maya Alushe, aunque él deberá formar su propia historia.
“Le doy gracias a Dios por tenerlo, la fortuna de haber debutado con él y luchado por más de 20 años a su lado. Esto es algo que no tuvieron otros juniors de leyenda”, precisó.

abril 17, 2011

Don Miguel Lara El charro mentor de Pedro Infante

Miguel García-Foto: Gerardo Ávila
Enviados Zócalo - Santiago de Querétaro, Qro.

Hace años don Miguel conoció a un joven entusiasta de Sinaloa que ni sabía montar a caballo, pero que haría de charro en el set de filmación. Para un jinete completo como él, hecho a la antigua, pudo ser una ofensa, pero fue cautivado por la simpatía innata del futuro ídolo nacional.


Con el tiempo, se hizo amigo “de guasas” y maestro charro de Pedro Infante; lo vio crecer durante su carrera en la destreza con el caballo, la actuación, la cantada y en popularidad. Pero quien hiciera famoso a Pepe “El Toro” jamás despegó los pies del suelo. “Pedro fue el mismo siempre con esa sencillez y esa forma de ser tan amable con todo mundo”, enfatizó.

Hoy es el 54 aniversario luctuoso del cantante y actor que siempre será recordado tras su muerte en Mérida, Yucatán, el 15 de abril de 1957. En exclusiva, Zócalo Saltillo charló con don Miguel sobre la incursión del intérprete de “Amorcito corazón” al cine nacional y la comedia charra.

UNA AUTORIDAD
De un lado, una fila de monturas se exhibe en el pasillo hacia el interior del hogar; más arriba adornan la pared placas de reconocimiento para él y sus hijos, todos hombres de a caballo; del otro, sombreros charros galoneados con hilos de oro y plata cuelgan de los percheros. En medio de ellos, está la Virgen de Guadalupe, madre de todos los mexicanos y patrona de cada charro.


Es un hogar tradicional de jinetes nacionales, propiedad de una familia de abolengo en la equitación mexicana. Todo pertenece al patriarca de 96 años de edad, don Miguel Lara, siempre y cuando no esté la señora de la casa, según confesó él medio en broma, medio en serio.

Le encanta gastar “guasas”, dijo don Miguel, como cuando vivía de travesuras a caballo junto a su amigo, Pedro Infante, a quien enseñó todo lo que sabe del deporte nacional por excelencia.

Por su autoridad en el tema, fue referente en el documental de History Channel realizado con motivo del Día del Charro (14 de septiembre), en el marco de las fiestas patrias del año pasado.

El actor y cantante más grande del país encontró un mentor que le dio legitimidad a su imagen de charro en la pantalla grande y cuya figura popularizó al centauro mexicano en el mundo.

Hace varios días volví a saludar a don Miguel en la Misión de San Gil. Meses atrás lo conocí. “Es un charro completo hasta la pestaña”, corrían los rumores; se quedaron cortos.

Lara Guerrero montó a caballo desde su infancia en los herraderos. Vio el progreso de la charrería: su evolución como faena de trabajo a deporte federado; de su práctica exclusiva en las haciendas a la diversidad de asociaciones y de su apogeo al declive actual en faenas “de circo”.

Llegó al cine con su negocio de renta y arrendamiento de caballos. Después dobló a estrellas como Pedro o Jorge Negrete, y hasta se vistió de mujer para montar a caballo en las películas.

Si deseas leer la entrevista, echa un vistazo: http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/don-miguel-lara-el-mentor-charro-del-idolo-pedro-infante/