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septiembre 03, 2018

Saltillo al ras de lona, disponible en Amazon

Debido a que ya no dispongo de unidades impresas, me di a la tarea de subir a Amazon.mx, la versión electrónica de mi libro (eBook) con el nombre homónimo de este sitio. Dudo que pueda reimprimir la edición del 2016, a causa de la ardua labor para hacerle promoción. Si con el apoyo total de mi editora, Elsa Tamez, y su equipo del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, fue un proceso lento para la venta de todos los ejemplares, hacerlo solo sería algo titánico.

Por este motivo, facilito la liga para adquirirlo en el sitio web (https://amzn.to/2MMZXZN) a un precio de 56 pesos mexicanos, con miras de satisfacer a los aficionados de la lucha libre que no tuvieron la oportunidad de adquirirlo, pese a la gestión de promotores culturales y otros intermediarios.

Gracias por su preferencia. Fue un gran esfuerzo de casi siete años sacarlo a la luz; pero a la vez resultó una experiencia extraordinaria ver la respuesta de los lectores.

julio 03, 2012

GANA NAVARRO A BICAMPEONES


Negro Navarro y Guerrero del Ring.

 Miguel García
Zócalo | Saltillo

Foto: Miguel García

En un alarde de técnica y supremacía, Negro Navarro hizo de todo para someter el pasado domingo a Zorro Plateado y Zorro Plateado Jr. durante la lucha estelar en la Arena Pavillón del Norte.








Guerrero del Ring castigando a Zorro Plateado.
Su socio en la esquina ruda fue Guerrero del Ring, pero el Negro lo vio nervioso y prefirió propinar un escarmiento por su cuenta a los herederos de la leyenda saltillense con base en su sobrada experiencia.












Así definió su triunfo el ex Misionero de la Muerte.
En duelo mano a mano, durante el fragor de la batalla en la última caída, un castigo de Navarro a los hombros del Júnior fue suficiente para hacerle pedir tregua en la última caída.










El Negro siempre mostró recursos inagotables.
Con el rostro desencajado tras ganar sencillamente, el maestro del llaveo al ras de lona partió con el triunfo en sus manos. “Es extraña… Pero sentía que se desprendían mis hombros de mi cuerpo. La verdad es muy dolorosa”, señaló el Zorro Plateado Jr.








En el mano a mano, el Júnior y el Negro se trenzaron...
Aunque el combate era en relevos sencillos, el padre de los Traumas I y II hizo frente a ambos gladiadores con el fin de exhibirlos como “falsos” campeones estatales de tercias, pues en todo momento profirió: “Nos robaron la lucha, por eso son campeones”.










...en llaveo al ras de lona, concluyendo
con variantes de tapatías.
Sin embargo, los también monarcas en parejas de Coahuila tenían deseos de comprobar su calidad ante el ex Misionero de la Muerte y demostrar que  ganar los cintos no fue cuestión de suerte. Empezaron con todos los ímpetus, pero acabaron tendidos en la lona en el primer asalto.










Patadas en jarra o de canguro sobre Zorro Plateado Jr.
Guerrero del Ring y Navarro iniciaron una batalla con llaveo al ras de lona en uno contra uno, pero pronto rompieron la tregua para tomar por sorpresa en montón a los Zorros y ganarles con marrullerías.







Poco pudieron hacer los Zorros ante el maestro.
No obstante, los técnicos favoritos de Saltillo no doblaron las manitas y para la segunda caída brindaron un mejor combate. Acabaron con el Guerrero usando un destrozacaras y con Navarro aplicando un castigo al ras de lona. Aunque los Zorros intentaron seguir con el ritmo de la batalla a su favor, el talento del Negro Navarro fue superior en otro capítulo de su rivalidad.

abril 27, 2012

¡NEGRO TRIUNFO! NO APRENDEN AL MAESTRO


Así culminó la tercera caída; otra vez
el Júnior sucumbió ante Navarro.

Miguel García
Zócalo | Saltillo

Foto: Miguel García

Un joven ídolo de Saltillo debió rendir al máximo debido al legado que lleva a cuestas cuando se enfrentó a uno de los maestros del llaveo al ras de lona en México. Zorro Plateado Jr. tuvo el valor de desafiar al Negro Navarro, lo fastidió con sus castigos y pagó cara su osadía en la Arena Pavillón del Norte.

Por este castigo, en un alarde de fuerza
y técnica, Navarro se vengó al final.


Pese a ganar la primera caída, los Zorros Plateados y Espacial fueron derrotados el domingo pasado en dos asaltos al hilo por Chavo Lomelí y Oso Negro, comandados por Navarro durante la batalla de lujo en la programación.

Zorro Plateado Jr. no iba solo, pero el combate de tercias se tornó un cara a cara ante el ex Misionero de la Muerte, cuyo resultado fue la derrota para los herederos de la leyenda local cuando habían demostrado su valía en el terreno de los amarres.

“Uno hace lo que se puede… Y efectivamente perdí, pero así es la lucha libre y lo que al final me importó fue que el respetable quedó contento…”, dijo el enmascarado de plata, después de la lucha. “Y aún me duele el hombro por un castigo que me hizo el maestro Navarro”.

El primer asalto fue para los técnicos.
En la primera caída, los Zorros la ganaron por rendición, cortesía del “Júnior” con “La Campana” para Oso Negro y cruceta a las piernas con palanca al brazo del Zorro para Chavo Lomelí. La segunda fue para los rudos, con un Negro que hizo agitar las manitas y todo al Zorro menor con palanca al brazo y cruceta a las extremidades inferiores, usando sólo las piernas para castigarlo.


Con este castigo ejemplar, Negro y Chavo
reaccionaron en el segundo episodio para recobrarse.

En el desenlace, el maestro Navarro dejó caer su peso en las costillas del mismo plateado para sentarse y, haciendo palanca al brazo con su espalda, no dejarle otra opción más que rendirse para pagarle con la misma moneda cuando el menor de los Zorros le quiso someter con un castigo similar y haciendo alarde del poder físico.


















mayo 21, 2011

Negro Navarro: De sanguinario a predicador



Miguel García
Zócalo Saltillo

El único sobreviviente de aquella tercia que detonó el boom de las triadas entre los años 80’s y 90’s en México, es el incansable Negro Navarro, gladiador aún hoy en activo con 53 años de edad y mentor de los iniciados en el ring según cánones de la vieja escuela.

El último de los extintos Misioneros de la Muerte —que nacieron en un combate tras dejar al borde del infarto por su extrema rudeza al Santo “El Enmascarado de Plata”—, es hoy un predicador del estilo clásico, un nuevo misionero del llaveo al ras de lona.

El Negro lidera una cruzada por rescatar el arte de la lucha libre que se exhibe por el suelo, ese género de “amarres” arriba del ring que, junto a otros maestros del oficio como Solar, han hecho su carta de presentación en cada coliseo.

“Nosotros nos hicimos con la verdadera lucha, la lucha seria, de llave contra llave y de golpes serios, no con las cosas falsas que se ven hoy en día…”, recordó en alusión a su mejor época en la “Cueva de los Independientes”, el Toreo Cuatro Caminos.

“Muchos jóvenes piensan que la lucha es estar volando, que la lucha extrema es romperse lámparas, poner mesas y quedarse ahí diez minutos en lo que llega otro. Y eso se ve muy falso”, recalcó acerca de un deporte con su veracidad en entredicho.


¿BESTIA O BELLO?
MEJOR NEGRO

Un niño que daba grasa y vendía chicles en Aztcapozalco creció entorno de máscaras con valor de tres pesos en la Arena Coliseo, se compró las que pudo, de El Santo a Huracán Ramírez. Antes de entrar al “toppling” (lucha profesional) representó por tres años en lucha olímpica al Deportivo Oceanía de la Ciudad de México desde los cinco años.

Más maduro, se mudó a los Baños “La Providencia” donde entrenó al lado de sus compañeros, sin la guía de maestro alguno. Era un autodidacta en el deporte de las trompadas y azotones.

Cuando empezó sus primeras giras en arenas pequeñas, se presentó como La Bestia o el Bello loco; cuando ingresó a la Comisión de Box y Lucha y al Sindicato de Luchadores, se puso Negro Navarro, Navarro por su madre, y Negro por el color de su piel.


HERALDOS DEL
FIN PLATEADO

Los Misioneros no eran fieros, eran sanguinarios; concluían sus pleitos tintos en sangre para bajar de su pedestal a ídolos como Dr. Wagner, Ángel Blanco o Ray Mendoza. “Era nuestro sistema andar sobre ellos, tumbar cabezas y ganarnos nuestro lugar”, reconoció el Negro.

“Era ‘lucha extrema’ porque había pleitos regios para quitar a personajes del núcleo de élite como Solitario o René Guajardo. Uno tenía que llorar para llegar a esos sitios”, mencionó.

El inicio de sus fechorías ocurrió el 2 de noviembre de 1982, en el Toreo de Cuatro Caminos, con un elenco de lujo. El Perro Aguayo, Texano, Signo y el Negro lucharon contra Huracán Ramírez, Solitario, El Santo y Gori Guerrero.

“Tenemos una lid con ellos donde sale El Santo un poco mal, casi te podría decir que muerto”, recordó. “En ese tiempo nosotros jóvenes, él ya grande, nos queríamos comer el mundo”.

“Fue casi su despedida después de ese encuentro por el hecho de que le retiraron su licencia, ya no podía luchar. Se lo llevaron directo en camilla al hospital”. Tiempo después Héctor Valero, director de la revista “El Halcón”, los bautizó por eso Misioneros de la Muerte, para inspirar el surgimiento de tríos épicos como Los Villanos, Los Brazos o Los Cadetes del Espacio.

—¿Considera usted que esa tercia pudo haber retirado al Santo?

Sí, pero no es ningún elogio, porque si lo hubiéramos agarrado en sus mejores tiempos, a sus 30 años, hubiera sido difícil. Creo que el señor estaba cansado; hay que reconocerlo.

—¿Hubo problemas con la afición?

Hubo algunas asperezas con la gente; nos llevaron a los vestidores. Luego no sé si fue inmadurez mía como profesional o me sentí muy gallo, pero la familia del Santo estaba triste, acongojada, y cuando salí me burlé de ellos. No era admirable.

Pero tuve la oportunidad de disculparme. Me quité un peso de mi corazón, porque sé que obré mal al calor del combate. Lo hablé con el Santito Jr. y me perdonó, incluso me ha llevado a Europa, me debutó en el Toreo como réferi de lucha y llevamos muy buena amistad.


CAMBIO RADICAL:
DE RUDO A PULCRO

Definido como un atleta versátil, trabaja diario su técnica y fuerza en el gimnasio porque la competencia es dura en los carteles de las arenas y sabe de las estrellas con bonita cara, buen físico y aptitudes de baile que ahora venden su imagen en el ring.

Serán estrellas de la televisión, sin embargo, él no los reconoce como luchadores. “Hoy se ganan los lugares por compadrazgo o por darle una botella al promotor”, señaló.

“No entro al juego de los muchachos. Mi trabajo es ser luchador”, aclaró. “Si me avientan una tijera, sé cómo agarrarlos, pero cuando quieren entrar a mi ritmo no pueden… en un momento los aplaco, porque no tienen el recurso ni el conocimiento”. La prueba es para sus rivales.

De lucha volátil, circo y payasada, así se refirió el Negro a la tendencia del pancracio nacional y enfatizó que lucha japonesa desbancó a la mexicana como la mejor del mundo.

“La lucha se está perdiendo, todo se está haciendo aéreo”, resaltó en vista de lo que sucede en el cuadrilátero, donde además se bajan calzones, se baila o insulta a la afición. “No se ve lo que se hacía antes, un buen final, una buena llave… La lucha que realizo con otros compañeros es versátil, de cosas novedosas que la gente no ha visto”.

—¿Cómo se transformó de rudo extremo a un impulsor del estilo pulcro, más técnico?

Esto cambió a raíz de que mis hijos quisieron que yo les enseñara lucha libre. Ellos luchan con el nombre de Los Trauma I y II. Hace seis o siete años a uno lo inscribí en un gimnasio, fui a ver cómo le enseñaban y no me gustó. Pido trabajo en ese gimnasio, me aceptan e inició mi carrera como profesor. Ahí trato de recuperar lo que se está perdiendo.

—¿Para usted qué significa el llaveo al ras de lona?

Todo lo que es la lucha libre, la lucha de verdad. Es un arte.

—¿De qué está compuesto ese tipo de lucha?

De lucha base, que es la lucha olímpica, grecorromana e intercolegial libre; fue lo que yo aprendí en los tres primeros años que estuve dentro del deporte amateur.

No es de maromitas, sino saber agarrar, saber rendir a una persona; desde que lo tome del brazo debe tener un movimiento para rendirlo, llevárselo de suplex o voltearlo para que le cuenten las espaldas planas. Ya después vienen llaves más sofisticadas.

“La lucha libre es un espectáculo, no un circo romano. Se necesita entrenar y saber donde apretar para guiar al compañero. Ahí yo le doy un complemento. Para no sentir ese dolor se va a ir con ese movimiento y yo se lo cambio para guiarlo a otra cosa”, describió.

Otra de las tradiciones que se ha perdido es lanzar dinero al ring. En la lucha, es como levantar el pañuelo en los toros, como cortar rabo y orejas. “Es una forma de reconocimiento de la gente. Se ve muy pocas veces y eso es cuando a la afición la convence uno, está contenta con el trabajo y ve que lo que hacemos es de atletas”, refirió.


RETORNO A BASES,
¿BATALLA PERDIDA?


El Negro alude como origen del desprestigio de la lucha a la poca exigencia del público, los falsos maestros, el pobre desarrollo de prospectos y la labor fácil de los consagrados. Navarro tiene una explicación: todo desemboca en que no saben de lucha porque ya no se practica.

“Es muy difícil convencer a la gente de lo que estamos haciendo porque tienen mucho tiempo viendo otra cosa”, precisó. “Nuestra ventaja es que por lo que sabemos y la seriedad que le damos al deporte, la gente se va metiendo poco a poco”.

El resultado de esas demostraciones de poco respeto al oficio repercute en todo el gremio. “A mí me da mucho coraje que los luchadores de hoy en día sean muy falsos y faltos de disciplina y amor a la lucha libre… Cuando me inicié en la lucha di mi vida y la daría otra vez”, resaltó.

—Se ve su cara sobria cuando le toca luchar contra un exótico u otro extremo, lo evade, se le nota rejego a no entrar en ese tipo de combate, ¿por qué?

Todos tenemos un tipo de lucha y trabajo. El papel del exótico es andar joteando y con sus desplantes, pero yo no entro a su juego porque a mí me enseñaron a ser serio dentro del deporte. Para mí no es un chiste. Yo me preparo todos los días.

En México dicen que la mejor lucha es la mexicana y, para mi gusto, no lo es. Para mí la lucha más fuerte y la mejor es la japonesa. Allá la gente es muy disciplinada; si no entrena, si no van al gimnasio, no son luchadores.



ADIÓS A UN MAESTRO
Con la cabellera de Pepe Casas como su máximo trofeo, Negro Navarro está consciente del deterioro de sus facultades pero alarga su actividad en el ring a diez años más.

“Me dolería retirarme de la lucha libre. Hay otras opciones, quedarme como réferi o profesor, pero no es lo mismo”, aclaró. “Vivir el espectáculo, que le chiflen a uno, que le digan majaderías, no hay nada comparable con estar arriba del ring”.

“He tenido mis lesiones, pero Dios me ayuda”, añadió. “Tengo la fortaleza y la psicología de echarle ganas aunque me duela un hueso. Yo me alquilé para que la gente vea mi espectáculo”.

Si se va a corto o largo plazo, el gladiador experto en las técnicas de sumisión con elegancia, se irá contento con los galardones de sus batallas. Fishman le quebró la quijada, su frente está dividida por las cicatrices, sus bíceps están rotos.

“Mostrar mis oídos, para mí tener las orejas deformes, es un orgullo”, confesó. “Le llaman la oreja de coliflor, es como una medalla. Era requisito tener las orejas así”.

—¿Usted recomendaría como deporte igual que el futbol o beisbol a la lucha libre?

Sí, siempre y cuando les guste. No es un pasatiempo. Es un deporte de verdad, serio, de contacto, van a salir lastimados. Pueden hacerlo como hobby, pero con un buen profesor que los guíe. Muchas veces los profesores de hoy no saben ni rodar y lo que van a hacer es lastimar a los muchachos.