noviembre 26, 2012

ASÍ LO RECUERDO YO...



De poste a poste, de rincón a rincón, el grito de los aficionados, el aroma de la cerveza y el tufo a sudor, inundaron la atmósfera para trans­formar la Arena Pavillón del Norte en un circo romano, con una plataforma de 6x6 como el centro de acción y del interés común. Las gradas lucían repletas, ondeaban bande­ras y resonaban matracas.


Bueno, así lo recuerdo yo en grandes eventos... La mayoría de los domingos sólo asisten los más fieles a su cita casi religiosa con el cuadrilátero, templo de mil batallas, y sus evangelizadores encapuchados. Pero la vida sigue en la Arena Pavillón del Norte...

Texto y fotografías: Miguel García-Zócalo Saltillo

Tipos enmascarados emu­laron la figura de los antiguos gladiadores, pero sin portar espadas, redes ni armaduras de acero. Sino con mallas a colores, musculosos, flacos o gordos, con tapa o sin ella, pelones o greñudos, una horda de guerreros asalta el Coso de la Bellavista para ce­lebrar cada aniversario de la APN a modo de la lucha li­bre mexicana en un auténtico aquelarre.

Una fiesta multicolor vive la APN cuando da rienda suelta a los combates que prepara para sus grandes carteleras de aniversario desde hace cinco años, cuyos festejos son dignos de un evento de gala, donde los atle­tas locales exhiben sus me­jores armas y los estrellas sa­can brillo a sus galones.

Cada combate culminaba en ovación, cuando se ofrecía un espectáculo deportivo del más alto rendimiento a pun­ta de patines, topes suicidas, castigos y con una que otra carcajada, sin faltar el agarrón de porras rudas y técnicas.

Sin embargo, el Coso de la Bellavista es más que fechas especiales. Es tradición, domingo a domingo, para rescata el deporte y la juventud.

“Han llegado chavos con problemas de adicciones y aunque no somos especialistas les ayudamos conforme lo que hemos aprendido en el barrio y ya se integraron a sus familias", señaló el promotor Jacinto Escalante.

Sin afán de lucro, valoró mucho el beneficio común para la sociedad que para él mismo y la fundación Fomento Deportivo en Barrios Populares y Ligas Infantiles (FODEBALI).

“Todo eso son satisfacciones propias, logros al ver que los chavos se desarrollan y que las familias se integran, es algo que no tiene valor monetario, es un alimento. Tengo un motivo para estar sano, activo", dijo en entrevista para Zócalo Saltillo.

“Cuando ves que uno solo de ellos cambió su manera de vivir, que terminó de estudiar o que juega profesionalmente, ése es el alimento, la mayoría de la gente dice que no te beneficia en nada, pero hay un niño o un hombre mejor en este planeta”, recalcó el también mánager del equipo de beisbol infantil, Águilas Deyco.


Durante la corta historia de APN como otra opción para los amantes del pancracio nacional, la Pavillón ha sido una apuesta fresca y con unas instalaciones de envidia. También, se ha vuelto semillero de talentos  para oxigenar, a través del profesor Green Demon, Juan Renato Lomelí, la generación de guerreros noveles con el propósito de no perder una tradición y estilo de la escuela saltillense.

La marca preferida de APN para encabezar sus funciones es el Consejo Mundial de Lucha Libre y los miembros del Círculo de Independientes. Recientemente, ha optado a su vez por la Triple A, con buenos resultados en entradas del público no cautivo.

En sólo cinco años cumplidos, la empresa del promotor Jacinto Escalante se ha ganado el cariño de los aficionados con varios eventos magnos, de los cuales encabezan sólo ídolos del pancracio nacional, además de provocar episodios locales para el recuerdo general.

Su debut sería un 15 o 18 de agosto, nadie lo recuerda bien, pero aunque ha pasado de mano en mano en su jefe de programación, la promotoría es constante y no queda domingo sin función de lucha libre, a menos que las condiciones de seguridad, clima o entrada no lo permitan.

El Hijo del Santo y Blue Demon Jr. protagonizaron varios enfrentamientos; “El Príncipe de plata y oro”, Místico, se presentó cuatro veces e incluso se le programó para su última actuación antes de ir a WWE, en Estados Unidos, pero nunca ocurrió, pues pronto cambió de compañía.

Los más famosos elementos de la baraja nacional pusieron un pie en el coliseo saltillense, desde Mil Máscaras, Negro Navarro y sus hijos, Solar, L.A Park, Los Dinamita, Hijo del Perro Aguayo, Volador Jr., Dr. Wagner y compañía. Muchos otros han cumplido la fantasía de la afición de verlos en vivo y los que faltan por aparecer.

Desde una eliminatoria por los cintos de campeones de tercias ganada por los herederos del Zorro Plateado hasta la Guerra de Empresas de Triple A, estos fueron algunos eventos de corte tradicional y extremo que coronaron la campaña 2011 de APN para ganarle la carrera a su competencia directa, Arena Obreros del Progreso.


EMOTIVO ADIÓS
En el cuarto aniversario, sin contener el llanto, los Zorros Plateados e Indio Kikapoo Jr. dedicaron sus triunfos a don José Aguirre Quirino, Zorro Plateado Sr. La noche se la robó el homenaje a catorrazos y azotones en memoria del ídolo saltillense. Con lazos negros en sus bra­zos, recordaron su reciente fallecimiento.

Por su lado, los Rebeldes Tuareg tuvieron mano dura para castigar a sus adversarios Máscara Dorada, Piloto 2000 y Palacio Negro, y defender sus títulos estatales de tercias. Espartaco, Nitro y Dr. X-tre­me no tuvieron piedad para someter a los estetas. Meses después, los cintos quedarían vacantes tras la muerte del Dr. X. En el 2012, los Rebeldes Tuareg abdicaron de los campeonatos de tríos para exponerlos en una nueva eliminatoria de tercias.

noviembre 21, 2012

MR. ÁGUILA Y ÁGUILA ORIENTAL, RUDOS DE MAL AGÜERO



Los luchadores Mr. Águila y su pollo, Águila Oriental, han sido rivales en el encordado e incluso se retaron en una lucha de apuestas por la greña, pero conservan esa unión que no los separa por más pique que haya entre ellos, compartiendo su deporte favorito a golpe y porrazo arriba del ring.

Texto y fotografías: Miguel García

No importa su relación de nombre y apellido, tampoco el respeto del hijo por su padre, cada enfrentamiento es garantía de que sobre el cuadrilátero se derramará el mismo sudor y sangre. Los dos emplumados continúan dándose patines y moquetes, pese a las rencillas y buenos ratos en casa.


Aunque el padre sigue en activo y aparece en las arenas de forma esporádica, su Júnior conserva vigente en Saltillo la imagen del ave reina de todas. De tal cascarón, tal yema. El ave de presa se ubica en la cúspide de tronos y coronas. Por eso, el heredero no se queda atrás, él ya fue campeón.

El par de gladiadores eligieron esconder su incógnita detrás de una máscara rojinegra. Con experiencia en las diferentes arenas de la localidad, ambos gladiadores han hecho exhibiciones ante fuertes y variados oponentes. De hecho, es frecuente encontrarlos en disputa porque se topan en la esquina opuesta. El pollo le salió “muy gallito” al señor Águila.


BATALLA DE EGOS
En cierta ocasión, Águila Oriental llevó a otro nivel las pugnas comunes entre padre e hijo, dejó a un lado los lloriqueos y berrinches para saldar cuentas en el rombo de combate, pues desafió a su progenitor por la cabellera en la Arena Obreros del Progreso.

Sobre esta rivalidad, Mr. Águila evocó algunos episodios de 2008: “Utilicé una máscara como antifaz, traía el cabello largo. A pique y pique entre los dos, optamos por un combate por la cabellera, más que nada por no mover la incógnita. El combate estuvo bueno, nos enfrentamos como si fuéramos desconocidos, con una rivalidad buena, y en esa ocasión yo la perdí”.

“Ha sido difícil, porque al enfrentarnos entre padre e hijo, de la misma familia, sientes cierto temor a lastimar, riesgo en sobrepasarme o caer mal, pero gracias a dios nos han tocado buenas luchas”, añadió.

Por su parte, el vástago de Mr. Águila también opinó: “Sentía nervios de pegarle o pegarle mal, por si se molesta o algo. No pegas con la misma confianza. Sientes nervio de que llegues a ganarle. Así es al principio, pero ya (no molesta)”.


CAMBIA PLUMAJE
Con 15 años encarnando el personaje de Mr. Águila —incluso antes del Mr. Águila que estuvo con Los Perros del Mal, del Hijo del Perro Aguayo—, entrenando con la Pantera Negra y realizando su debut en el Salón Ferrocarrilero, él legó su primera identidad a su hijo.

“Yo era primero Águila Oriental, luego cambié a Mr. Águila y le pasé el nombre a mi hijo”, afirmó. Legado de mucho compromiso para el heredero, ha sabido llevarlo por buen cauce a nivel local.

Ahora, a pesar de la inactividad sobre el ensogado debido a su trabajo en la fábrica, confesó que por lo pronto no ha pensado en el retiro. “Mi idea es ver si podemos aguantar un rato más y seguirle”, reiteró. De hecho, ha cumplido su palabra, pues se le ha visto en funciones especiales de la Arena Obreros y en el Barrio Ojo de Agua.


SALIDO DEL CASCARÓN
Respecto al pasado de su hijo en el deporte del costalazo, su padre señaló: “A él lo empezamos a entrenar desde los ocho años, a los doce empezamos a debutarlo ya con nosotros mismos y tuvo la suerte de tener buenos maestros, como Green Demon, y (luego) se juntó con los Dragones. Ha tenido buena escuela. De los 15 en adelante lo aventaron a nivel profesional, de lleno. Desde ese entonces ha venido trabajando con todos, les ha dado la vuelta y se halla muy bien, le gusta”.

Águila Oriental hizo su primera aparición el 14 de diciembre del 2000 contra Fly Star y Black Star, y al igual que su padre ama la lucha libre: “Tengo otro trabajo pero (la lucha) es lo que más me gusta”.

Sin embargo, el menor de los emplumados prefirió la escuela de los rufianes y repudiados por la afición: “Yo solo me definí rudo. Cuando debuté lo hice como técnico, duré alrededor de tres años y ahorita sigo de rudo. Lo que me gusta es hacer enojar a la gente”.

Actualmente, ha conformado una dupla de miedo con Argos y ambos ganaron el Campeonato Estatal de Parejas de Coahuila durante su etapa en la Arena Pavillón del Norte. Al lado de Hijo del Guerrero Negro, surgió la tercia “Fusión Maldita”; más tarde, en la Arena Obreros del Progreso, sin el Guerrero, aceptaron a Sombra Lagunera para dar vida al nuevo trío de malvados.

RECURSO ‘DESTAPADO’
Como parte de su repertorio, Águila Oriental efectúa algo nada común en la lucha libre. Mientras el público está observando el combate, él se quita de repente la máscara tras ser golpeado y se la vuelve a poner para sorpresa de quien no lo ha visto.

“Se me ocurrió una vez. Mucha gente va muy estresada y yo me encargo de quitárselo. Muchos se ríen o me gritan cosas, pero uno como rudo tiene que aguantar todo, es lo primero que te dicen los maestros”, recordó.

Muchas veces gasta la broma con buenos resultados y arranca varias carcajadas, aunque en el peor de los casos la afición le implora porque se vuelva a poner la máscara.

“Es un recurso que utiliza él para hacer que la gente se emocione o se enoje. Busca la manera y a lo mejor la enciende con el hecho de quitársela”, finalizó su papá orgulloso.

noviembre 15, 2012

ROCKY MACÍAS, INCOMBUSTIBLE



Durante algún tiempo, el tradicional barrio del Ojo de Agua ondeó la bandera de ser el clásico semillero de luchadores profesionales en Saltillo y Rocky Macías es uno de los hijos favoritos que, aún cuando sus facultades no son tan brillantes como en el pasado, continúa sus asaltos al ring sin fatiga ni hastío.

Al lado de Jerry Estrada y Chacho Herodes.
Texto y fotografías: Miguel García-Cortesía

“Esto lo inicié como plan de cotorreo con los compas de barrio. El que más me enseñó fue el Bronco Rosales. De esa época, quedamos pocos. Ahí con la raza empecé y me gustó”, relató el barbaján conocido en sus inicios como Black Heart, quien prefirió practicar la lucha libre al beisbol.

“Los Pájaros Aztecas, Benny Cordero, Johnny Sánchez, El Pingüino, eran luchadores de renombre en Saltillo por ese entonces. De mi camada, ya somos pocos en activo”, enfatizó.

Con 34 años de experiencia arriba del enlonado, el también llamado “Rucky” Macías por la afición, no le ha fallado a su deporte predilecto. Las burlas respecto a su edad son gajes del oficio y calan hondo, pero es un hombre que se resiste a abandonar el cuadrilátero, pese al hecho de que las nuevas generaciones pujan fuerte por un lugar en media cartelera.

Desde que Jesús Trujillo Martínez se metió a fondo a los entrenamientos, debutando como Black Heart en 1978 y tomando en serio su espectáculo, ha sido reconocido por su dureza para entrenar a los nuevos valores y exigirles compromiso, dado su paso por arenas como Saltillo Oriente, Otilio “Zurdo” Galván, Deportivo Madero y Obreros del Progreso. Discípulos suyos fueron las Saetas Amarillas, Piloto 2000 y Príncipe Azul, entre otros.

Aunque aceptó que fungía como filtro para probar a candidatos a enrolarse, reiteró que la etiqueta de mentor no es para él. “Yo nunca he sido profesor. Nada más impartía lo que a mí me han enseñado”, señaló. “Cuando llegas a entrenar en cualquier arena, te dicen que hagas la punta, pones la rutina y se te pegan dos o tres muchachos”.


Con su carnal luchador, Vengador Diabólico.
“Yo fui conocido por ser muy duro para entrenar. Hasta mi hermano (Vengador Diabólico) me lo decía”, añadió a quien le apodaran “La Güera” en el Ojo de Agua, antes de echar maroma y costalazo.

Su procedimiento era el siguiente: “Vas poniendo tu rutina y ves con los nuevos quién se desempeña bien con el tiempo. Cuando empieza a echar buena maroma, se sabe levantar, jugar con las cuerdas, entonces eres candidato a aprender cómo pararse, saber lo básico en toma de referí y llave a ras de lona”.

Pero para él, encarnar la parte malvada del pancracio es todo un arte y se requiere de un alter ego: “El rudo tiene que ser fuerte, de carácter seco, para que le llames a la gente. Si no te abuchea, no te dice groserías, no eres un buen rudo, así tengas buen físico. Pero, sobre todo, más si no se tiene el don del otro yo para transformarse en el ring”.

“En los entrenamientos así me enseñaron. Si vas a pararte como señorita, ¿para qué? Debes pararte bien plantado en el ring, para que seas buen luchador. Un buen rudo es quien hace la lucha y el técnico no, él pone lo espectacular y el rudo la astucia”, destacó desde la comodidad de su hogar.

Para poner ejemplos como buen instructor, citó las estratagemas de gladiadores como Emilio Charles y Sangre Chicana. “Emilio Charles se paraba en las cuerdas, chiflaba y se burlaba para recibir los abucheos de la gente”, narró. “Sangre Chicana se paraba, manoteaba y como los ventrílocuos movía la boca. No les decía nada, sólo con el movimiento de los labios y manos ponía necia a la gente”, añadió.

Antes de hacer el viaje a México, perdió su máscara de Break Heart contra Halcón Morales en la Arena Saltillo Oriente. Su segundo padrino de bautizo en la lucha, Chacho Herodes, le puso Rocky Macías con gran acierto, con el cual el rudo veterano estuvo dispuesto a darle peso al nombre.

Enseguida, vino la tapa de Mr. Cobra, que propinó de nuevos bríos al luchador y por cinco años le hizo realizar combates en Monterrey, Nuevo León.

Sin embargo, Trujillo Martínez también admitió sus limitantes dentro del deseo por alcanzar la cima. “No puedes dar de más a lo que estás capacitado. No te puedes sobre poner a otras cosas que no puedes hacer”, explicó.

Por ello, vio con buenos ojos el quitarse la espina de acudir a la Ciudad de México y probar suerte. “Fuimos varios a México como Benny Cordero y Negro Rivera. En México hay mucho luchador bueno; hay muchas arenas y por eso buenos luchadores. Pero hay metidos desde hermanos, sobrinos y tíos. Todo el pancracio está muy familiarizado”, explicó para atenuar su regreso poco afortunado.

Con Octagón y Rey Misterio Jr.
“Ahorita hay buenos luchadores, no me gusta hacer menos a mis compañeros, pero ahora ya no hacen lo básico. Entran golpeándose y volando. La lucha ha evolucionado, estoy de acuerdo, pero sí tienes que ponerle un poco de toque y pimienta de lucha olímpica para saber qué aprendiste o qué te enseñaron tus profesores, si es que estás capacitado para una contienda de campeonato”, finalizó un guerrero experimentado y muy respetado por su trayectoria sobre los enlonados.  

TABLA
Nombre de pila: Jesús Trujillo Martínez
Nombre de batalla: Rocky Macías
Otras identidades: Black Heart y Mr. Cobra
Debut: 15 de mayo de 1978 en Arena Otilio Zurdo Galván
Cabellera: Pájaro Azteca I en el Salón Ferrocarrilero.


noviembre 13, 2012

SOMBRA LAGUNERA: ENTRE ROCK Y LUCHA LIBRE



Con la rebeldía de la música estridente y del rudo que dormitaba en su interior, Sombra Lagunera superó las críticas arriba del ring, inspirado en la esencia del rock metal y hardcore, para callar las bocas de quienes afirmaron que él no podía ser luchador profesional.


Texto y fotografías: Miguel García-Greg Ruiz-Cortesía

“Muchos me discriminaron, decían que nunca iba a hacer nada en la lucha. Me subía a luchar y me bajaban. Después que entrenaban ellos, me subía solo”, recordó la época previa a su debut el 15 de julio de 1985.

“El único que me echó la mano para corregir las cosas fue Cafre II. Fuego Rojo me hacía a un lado y me tapaba todo”, añadió para después resaltar orgulloso: “De todos de los que me decían que no iba a serlo, ahorita ninguno de ellos lucha ya”.

No es una actitud fingida ni pose para la foto. Desde su vestimenta hasta los tatuajes, la apariencia del gladiador local es auténtica, no impuesta por un promotor, y el miembro rockero del clan Casas y estrella de AAA, Heavy Metal, puede dar constancia.

Las bandas favoritas de la Sombra son Slayer, Crypters, Nirvana y Ramones. Su colección de discos y camisetas es evidencia suficiente sobre el sillón y mesa del hogar.

En un deporte espectáculo donde la imagen es el primer medio para conseguir fans, el saltillense con 27 años de trayectoria sobre los enlonados descarta tener el corazón tan ruin, pese a su fibra de rufián, como para engañarse a sí mismo.

Admite que el secreto para seguir vigente es la fidelidad a su esencia como luchador, es lo que le ha hecho buen exponente y una referencia en el pancracio de la capital en Coahuila.

“Necesitas ser tú, sacar tu propio estilo y perder el miedo a la gente porque sí te agrede mucho”, recomendó a los valores novatos en crecimiento dentro del lado oscuro. “No me visto así por la imagen, sí me gusta el rock”, enfatizó. Sus ídolos fueron Jerry Estrada y La Fiera, pero sólo los siguió en su forma de vestir.

ENTRA EL ROCK
A SER RELEVO
Después de seis años de encarnar a Sombra Lagunera en el cuadrilátero, cuando tenía 19, surgió el interés por manifestar sus cualidades artísticas a través de los instrumentos de cuerda y no quiso expresarse sólo con los gestos del rostro, llaves y acrobacias.

Ese nuevo impulso lo llevó a incursionar en la música, específicamente en el mítico rock impulsado por el Rey Elvis, sin hacer a un lado el arte del catch.

“Iba a las tocadas en Saltillo, nos juntábamos seis chavos hasta que formamos nuestro grupo. Pero no sabíamos tocar nada. Agarramos guitarras acústicas, mi hermano tocaba la batería y lo hacíamos hasta con botes y cajas”, recordó.

De pronto, músicos profesionales los invitaron a ensayar con ellos. “Nunca habíamos ensayado con instrumentos. Una semana antes tuvimos que rentarlos. Empezamos a sacar canciones propias, el vocalista componía y nosotros le poníamos música”, relató.

Pero por sus giras en los escenarios de doce cuerdas, tuvo que silenciar la guitarra durante algún tiempo. Nunca prefirió menos el combate cuerpo a cuerpo que otras actividades, sólo un año duró inactivo a causa de una lesión en la espalda que se agudizó. Fueron tres vértebras desviadas.

“Empecé a viajar por la lucha, consiguieron a otro bajista y me salí del grupo (el primero, Shadow blood). Cuando tenía pausas en las giras, armé otro grupo (Nightmare). Después, surgió Subversion Punk”, comentó.

Tres demos y puros covers forman parte de su repertorio como integrante de todas esas bandas. Una ocasión una de las bandas ganó el tercer lugar de un concurso, aunque los descalificaron por atribuir que su canción de introducción no era de ellos.

GOZA ‘SOMBRA’
ENERGÍA Y LINAJE
Sin embargo, a sólo tres años de cumplir los 30 en el deporte del costalazo, el miembro actual de la Fusión Maldita, junto a Argos y Águila Oriental, espera sean diez más para compartir el entarimado con sus vástagos, Sombra Lagunera Jr. y Sombra Guerrera.

Por eso se niega a aceptar el desafío de una lucha por el retiro lanzado por el menor de los Hermanos Diablo, Latino. “Quiero seguir luchando contra él. Si me pide esa lucha de apuestas, cualquiera que gane, ya no nos vamos a enfrentar”, dijo mostrando mucho respeto al nivel de padre de Sangre Latina.

Además, el rufián avecindado en la colonia Nueva Tlaxcala presume conservar intactos tanto el ímpetu de batalla como sus rivalidades de antaño, al igual que el deseo por generar más buenos recuerdos, aunque sean derrotas como la de hace poco.

El bajista de bandas saltillenses como Shadow Blood, Nightmare y Subversión Punk perdió, recientemente, la cabellera en Arena Obreros del Progreso ante Chavo Lomelí, otro de los Hermanos Diablo.

En tiempos donde las cabelleras se apuestan cada vez que no hay peluqueros a mano, las sendas melenas de ambos gladiadores pronosticaban una guerra sin cuartel. Cumplieron.

Bañados en sangre, los dos veteranos rindieron pleitesía a la tradición, cuando los guerreros vendían cara la derrota porque cada una revestía de gloria al vencedor y honor al derrotado.

“A mí no me gusta apostar la cabellera cada tres meses. A mí me gusta esperarme cuatro o cinco años para que crezca y perder algo”, advirtió. “Acepté el reto de Chavo Lomelí porque es el único que tiene cabello. A mí no me gusta apostar cualquier cosa si a los cuatro meses la vuelves a exponer”.



Una de sus mejores luchas, según informó, fue el triunfo por la cabellera del Guerrero Negro Jr., nuevo miembro del CMLL y su socio con las Bestias del Ring en el gimnasio “La Maquinita” de Saltillo, durante la gira del retiro del Perro Agüayo.

“La gente nos veía siempre juntos, pero se dio esa lucha, me gustó mucho porque fue un toma y daca. No hubo mañas, nadie ganó mal”, aclaró.

NO ES 'SOMBRA'
DE NADIE
Para ese niño de primaria que quería con todo su corazón ser luchador profesional, forjar su camino y los demás se lo negaban, no hubo límites desde que disfrutó por vez primera una función de lucha libre. Sabía que su destino lo llevaría a la plataforma de 6x6.

“A mí me gustaba y yo quería ser luchador. No les iba a hacer caso (a sus detractores). Veía revistas y fotos, nunca los había visto en vivo. Hasta que los vi me nació la idea”, precisó reflejando el entusiasmo de aquel infante.

“Cuando estaba en la primaria, hubo una rifa de boletos para la lucha libre. Yo ya dibujaba luchadores aunque nunca hubiera ido a una función, pero veía revistas. Nos ganamos los boletos y vimos en ‘La Maquinita’ a Kung Fu y Sombra Negra”, narró.

 “En sí yo sólo pensé que quería saber qué se sentía estar arriba del ring y ser luchador”, agregó.
Entonces, asistió al gimnasio El Santo y luego cambió al del Pantera Negra. Subrayó que nadie fue su mentor, pero aceptó que hubo correcciones del Pantera, Green Demon y Gusano Negro.

Aunque su nombre es Sombra Lagunera, él creció en Saltillo, Coahuila.  Tampoco oculta que tuvo que aparecer con otras identidades como Tortuguillo Destructor, Black Killer, Dragón Negro, Ciclón Negro, Gokú y Mazinger Z. Pero jamás abandonó el personaje por cuyo nombre lo reconoce la gente y le regaló el Pantera Negra.

Sólo como Black Killer luchó hasta tres ocasiones para recuperar su nivel tras rehabilitarse después de su lesión causada por una patada en reversa que quiso dar a Guerrero del Ring, pues cayó mal, siguió luchando y tras dos años se resintió de ella.

Los máximos trofeos en su colección son las máscaras de Conde Azul, Mr. Mártir y Sombra Lagunera II; también las cabelleras de Turok, de Monclova; Negro Medina, de Monterrey, Eclipse II, Dragón Oriental y Guerrero Negro Jr., durante la gira del retiro del Perro Agüayo.

Pero no todo es miel sobre hojuelas.  Él perdió su melena contra Ráfaga de Oro, Benny Cordero, Piloto 2000 en jaula y, recientemente, Chavo Lomelí.

Con la tercia Bestias del Ring, luchó ante los Guerreros del Infierno (Rey Bucanero, Último Guerrero y Tarzan Boy), LA. Park, Súper Parka, Volador, Misterioso, Pirata Morgan, Texano Jr. y Súper Nova.

Al lado de Guerrero 2000, enfrentó a Negro Rivera y El Pandillero. Esa vez perdió la apuesta por los cabellos, pero la gente les entregó el perdón, ambos fueron indultados y no se les peló. También,  él y Guerrero 2000 recibieron un reconocimiento por la pareja más taquillera del año.

TABLA
Nombre de batalla: Sombra Lagunera
Debut: 15 de julio de 1985 en Arena Saltillo
Maestro: Cafre II.
Máscaras: Conde Azul, Mr. Mártir y Sombra Lagunera II.
Cabelleras: Turok, de Monclova; Negro Medina, de Monterrey, Eclipse II, Dragón Oriental y Guerrero Negro Jr. durante la gira del retiro del Perro Agüayo.
Apuestas perdidas: Ráfaga de Oro, Benny Cordero, Piloto 2000 en jaula y Chavo Lomelí.


octubre 30, 2012

GUERRERO NEGOR JR., RUFIÁN DE ABOLENGO


Su nueva rivalidad en Saltillo se fragua con Sombra Lagunera.
















De porte elegante cuando camina sobre el ring, Guerrero Negro Jr. es sinónimo de clase ruda a la vieja usanza, disfruta el cinismo y le basta una sonrisa socarrona para provocar la simpatía o repulsión de la multitud.


Textos y fotografías: Miguel García


Su talento no tardaría en situarlo donde quiere estar (CMLL); ahora desea ir a Japón y rivalizar con el otro Júnior favorito de Monclova, Coahuila. El Depredador del Aire, Volador Jr., le ha confesado su deseo de luchar contra él, así como Misterioso Jr. y La Sombra.

“Volador Jr. ya tiene su jerarquía dentro del Consejo, pero un día no muy lejano…”, profirió. “Lo que venga, yo lo espero con ansias. Quiero poco a poco, voy a paso lento pero seguro. En México ya no puedo trabajar de otra cosa”, afirmó el nuevo miembro del Consejo Mundial de Lucha Libre.

“Es una seguridad para tener trabajo, pero tienes que mantenerte ahí. A mí me hicieron doping y al otro día firmé un contrato. Me hacen entrenar duro y duro”, comentó.

Su debut lo hizo en sociedad con Herodes Jr. en la Arena Coliseo el 18 de agosto del 2012 y luego el 21 en La México, cuando cumplía 15 años de luchador profesional. “Es la ilusión de todo luchador pisar la Catedral de la lucha libre. Ya había sufrido yo tres años y medio. Se me dio la oportunidad y estoy muy contento”, reveló.

Generación 2012 del CMLL.
Por sus venas corre la sangre de un gladiador consagrado en México, pero, como sucede mucho en el medio, se cuestionó su calidad al igual que con otros Júnior. Eso no le impidió formar parte de la Generación 2012 del CMLL.

El rufián coahuilense compartió “toga y birrete” con otros cuatro elementos norteños: Espanto, Taurus (ambos de Gómez Palacio, Durango), Herodes Jr. (Monterrey, Nuevo León) y Akuma (Saltillo, Coahuila).

Aunque ellos son sus paisanos, él intentará seguir su propia senda. No quiere ser la burla de nadie, es un luchador serio. Su estilo es recio y prefiere castigar duro antes que echar a perder un combate. “No me gusta que la gente se ría de mí, me gusta luchar, por eso soy 100% luchador”, dijo.


NO DEJA DE APRENDER

Sabe que tiene lona recorrida, pero acepta consejos de los triunfadores, ganar experiencia en la nueva etapa junto a ídolos como Negro Casas o Súper Porky. “Me dijo Blue Panther: ‘Guerrero, navega con la bandera del más pendejo y vas a llegar lejos’”, recordó.

Llamar el interés del público no es fácil, pero él ha conocido las maneras: “Te enseñas a voltear con la gente, a pararte como un luchador. Necesitas envolverlos, te les vas metiendo poco a poco. Muchos luchadores hacen sus cosas y se van a la esquina. No, festeja, involúcrate con la gente”.

Además, atrás deja una buena lección y no quiere tirar a la basura esta segunda oportunidad. “Hubo un tiempo cuando luché para la Triple A en el norte. Me pagaban muy bien, pero muchas veces se te sube, llegué al vicio y caí en las drogas”, confesó. “Gracias a Dios estoy curado y juré nunca más volver. Ya tengo dos años que dejé todo”.

Cuando pensó en continuar ahora para el CMLL, desde el momento que arribó a México pasó hambres y frío. “No tenía dónde quedarme, me quedaba en la central (de autobuses) dos o tres días, no hablaba a la familia y pues fue muy difícil”, narró.

Pero fue perseverante y obtuvo su recompensa. Es momento para demostrar su valía, pues tal parece que está en planes de la empresa llevarlo a Japón, según informó.


“Ya me dieron mis papeles, ya estoy por nómina en el Consejo y es una ventaja. En noviembre tengo que sacar el pasaporte”, dijo. “Me van a dar una carta donde estoy dentro del Consejo para sacar una visa de trabajo porque el próximo año hay gira en Japón y quieren mandar nuevos valores”.

Sin embargo, aunque el éxito se asoma en un nuevo horizonte, la soledad lo atosiga pese a tener una hija que vive con su mamá en la misma ciudad.

“Pero me da gusto porque sé que estoy haciendo algo. Mi mamá me ve en internet; mis familiares, en la televisión. No sé si el día de mañana mis hermanos se quisieran ir, ya les dejé una puerta abierta”, manifestó.


DESTINADO AL
CUADRILÁTERO
“Desde que tenía uso de razón, anduve en ring. A los ocho años echaba mortales. Debuté el 21 de agosto de 1995 en Monterrey, Nuevo León; era contra Tony Cortés y Guerrero del Mal”, contó. “Agarré una silla y le abrí la cabeza al Guerrero del Mal. Yo luchaba como Dragón, estaba muy flaquito, pesaba como 47 kilos, a los 15 años”.

Su maestro fue su papá, en Monterrey lo pulió Súper Vaquero y en Saltillo fue Green Demon. Por el momento, sus mentores son Último Guerrero y Franco Colombo.

Antes de ingresar al Consejo, su carrera también fue de muchos triunfos. “Luché contra los Espectros por el campeonato del Estado de México y le gané el Campeonato Ligero de Coahuila, a los 18 años de edad, al Pandillero”, precisó.

A manos del Zorro Plateado Jr.
“He ganado la máscara del Eclipse, tío mío, y le quité la cabellera. En Monclova le gané a Baby Rap la cabellera. Buen luchador”, añadió.

Entre sus derrotas están algunas a manos del clan Diablo y otros técnicos. “A mí me ganó Latino la cabellera en enero (2012) en la APN (como colofón del pique entre clanes) y me ganó Piloto 2000 también la cabellera en una ruleta de 16 luchadores”, informó. “Fui el primero en entrar y el último en salir. Me agarró cansado”.

En la Arena Coliseo de Monterrey le dieron varios reconocimientos por ser el mejor rudo del año. También obtuvo el trofeo a la mejor lucha del año en la Arena Naucalpan en 2010. “Era Pimpinela, Miss Gaviota y otro jotito contra Hijo del Diablo, Abyssman y yo”, dijo.




Disputa títulos a los Espectros.
Antes, militó en la caravana estelar de Triple A, a los 22 años. “Me acuerdo que Pirata Morgan, Jerry Estrada, Sangre Chicana, El Cobarde y Jaque Mate me daban unas recias pero buenas. Yo me bajaba llorando”, recordó. “Te ven novato, ellos pesaban cien kilos y yo 65. Luego te echaban montón. Pero te conocen más y luego te juntan”.


Después, vino su nuevo viaje a México por el sueño cumplido: “De aquí nos fuimos Latino y yo, después llegó su hijo y yo le propuse a Mercurio que se fuera conmigo, además del Perico (mascota de La Peste Negra)”. Los dos últimos se abrieron camino antes que él y el menor de los Diablos fue conocido como Robin y Rigo en Arena Naucalpan.

“Cuando llegué a México, Demus 3:16 me quiso llevar a levantar pesas. Era el segundo día. Me dio una santa chinga, que me dio temperatura tres días”, sonrió.” Le dimos a pierna y yo vivía en el cuarto piso. Íbamos Latino y yo. Me subí y ya no me bajé. Le digo (a Latino): ‘Chuy, si bajas ahorita me traes una Coca’. No pasa mucho cuando me dice: ‘Oye, Pelón, ¿y si tomamos agua?’”.


INFLUENCIA GUERRERA

Héctor Picazo, alias Guerrero Negro Jr., es otro detrás del telón, sin arrogancia, con miedos y gran sentido del humor. Hijo del Guerrero Negro II y sobrino del fundador de la dinastía, admitió el temor y entusiasmo por encarnar a la nueva estirpe.

“Ahorita lo miras y está bien corto. A mí se me hizo larguísimo el pinche pasillo (de la Arena México)”, recordó “Pelón”, conocido así entre sus amigos más cercanos, cuando se dirigía al centro del mítico coso ubicado en la colonia Doctores, en la capital del país.

Heredero del clan de rudos monclovenses, reconoció que le temblaron las piernas durante su debut con el CMLL. “Gacho, gacho. Fueron los nervios. Se siente bien cabrón, el ring está muy duro, pero luchando ya no se siente”, enfatizó.

Respecto a sus predecesores, indicó que ellos eran muy diferentes a él. “Eran más manchados y eso me cerró muchas puertas, pero me ha abierto otras”, dijo. “Las comparaciones siempre van a estar. No soy un luchador taquillero”.

Pero cuando fue a Monclova, la gente lo recibió en la entrada. “‘Eres el Júnior de Monclova’, me dijeron, aunque toman mucho en cuenta a Volador Jr. Pero que te comparen (con el tío) ya es un halago”, declaró sin temor a un pique contra su paisano, “El Depredador del Aire”.

“Yo siempre fui el confidente de mi papá y él el mío”, afirmó. “Duró mucho tiempo dentro de la lucha, 22 o 23 años, pero él sabía luchar lo normal. No era aéreo, tampoco bueno a ras de lona, pero tenía un carisma impresionante. Con decirte que no sabía llegar a las cuerdas”.

“Estuvo en Triple A, pisó la Arena México y Coliseo, pero nunca supo agarrarse de las cuerdas”, añadió entre risas. “La influencia fue más mi tío al verlo llegar de México a Monclova con sus cadenas, bien enjoyado y bien cambiado”.

“Mr. Niebla me preguntó de dónde era y quién era mi familia: ‘Me acuerdo de las golpizas que me daban y me voy a desquitar contigo. Eran tremendos los Diablos’, así les decían”.

“Porky también me dijo: ‘A tu tío lo aprecié mucho, pero era un hijo de su chingada madre. Una vez nos citan a un restaurante a una conferencia de prensa, todos de traje, apenas me iba a sentar y me quitó la silla. Me caí, me agarré de mantel y me traje todo. Es una cosa que nunca se me va a olvidar’”, relató.

“El Negro Casas también me contó otra anécdota: ‘Íbamos en el autobús, tu tío traía una botella, le empieza a pegar al camión y lo paró el chofer. Avanzaba, le pegaba y se volvía a parar el camión hasta que ya le quitaron lo que traía en la mano y el chofer se la pasó molesto”.

Además, recordó la anécdota que le narró LA Park, Adolfo Tapia: “Se iban a echar unas cervezas”.
–Dale una cerveza a todos –le decía al dueño. Vas a llorar.
Entraba uno y otro y les mandaba una cerveza.
–Vete al taller –le dijo a LA Park.
Él se brincó la barda. Al otro día LA Park ve llorando al jotito.
–Bien me decía el Guerrero, vas a llorar. Se acabaron toda la cerveza. Dime dónde vive, ya no quiero que me pague todo, sólo para surtir.

La pérdida de sus primeros mentores en el pancracio y otros familiares, fue un golpe muy duro para Héctor Picazo. “Cuando falleció (su papá) me dolió mucho. Murió de cirrosis y diabetes. No comía, pura chela. Mi tío tenía un derrame. Murió primero mi papá, luego mi tío”, confesó.

“Hubo una etapa muy difícil porque luego falleció mi hermana con 27 años, una hija, luego mi abuelita. Eso fue en nueve años. Pero son etapas de la vida, seguí luchando porque no te puedes acongojar”, aclaró.

Una de las enseñanzas que le dejó su tío, Guerrero Negro I, fue traer su maleta y que huela bien, distinguirse por la categoría. “Veías a luchadores de Monclova con la ropa enrollada, sucia y las zapatillas enlodadas. Pero llegaba mi tío, abría su maleta y todo bien acomodado. Olía a agave”, dijo. “Todos los luchadores lo miraban porque era una persona que imponía. ‘Nadie me moleste’, era  lo chido”.

LAS ANÉCDOTAS
DEL LUCHADOR
“Hay que aventar una lucha buena. Hay unas amigas que nos invitaron a una carne asada y cervecitas. Nos vamos a ir con ellas, son como edecanes, están bien buenas”, propuso Guerrero a sus compañeros. “Corre Dragón, me da unas patadas, se avienta un tope, topa con las cuerdas y cae de cabeza. Pedimos la ambulancia. `No, mijo, que no me lleven… ¿Y la carne asada?´”

Cada vez que lo ve el Pingüino, ex Red Man, le dice “Júramelo”. “En Monterrey compré unas naranjas del Periférico, iban bien calientes y me las comí en el camión. Me dio una diarrea bien cabrona y así luché en el Coliseo. Llegué a la casa, me quité el pantalón y estaba la mamá de mi niño. Me vio… irritado ahí.
–¿A qué fuiste a Monterrey? –me preguntó.
– A luchar.
– ¡Júramelo!
–No pienses que me cogieron.

“En Triple A me dieron manazos y me hicieron correr de Reynosa a Laredo encueradote, a las once de la mañana”, contó. “Era un pinche kilómetro, venían los soldados de frente, me senté y me levanté en chinga bien quemado de las nalgas”.
“Son chingo de cosas que he vivido bien chidas por la lucha libre”, concluyó.