octubre 26, 2012

SU 'ENFERMEDAD', LUCHA LIBRE: Padece Greg Ruiz gusto por piezas únicas (Primera Parte)

Textos y fotografías: Miguel García


Hay de fanáticos a villamelones y de aficionados a coleccionistas. Todos ellos tienen diferencias entre sí por su entrega y seriedad. Existe un saltillense por adopción que padece la curiosidad por saber genealogías y demás del ámbito. Greg Ruiz prefiere ubicarse en el último grupo, pero con ciertas reservas por su aprecio a la historia del pancracio nacional.

"Si haces una investigación periodística, casi no vas a encontrar referencias. Lo que quiero no es (reunir) por coleccionismo, no es una patología. Mi patología es juntar discos, películas y libros", restringió su tarea en el medio, cuyo fin es dar certidumbre y aportar información a los registros de la lucha libre en México.

"Tal vez por eso no me siento tan enfermo por estar juntando máscaras, pero sí me siento enfermo por estar buscando cosas documentadas", declaró en una charla de dos horas sobre diversos temas como las revistas, calidad del deporte actual, escuelas de nuevos valores, entre otros.



“Parte de la decadencia actual y del desconocimiento que hay, es porque ese celo con el cual han cuidado a la lucha libre y esa prensa mal hecha por los aficionados. Muchas historias son de oídas, de segunda o tercera mano”, añadió.

Su afán no luce descabellado, pues tan sólo en la red social como facebook, sus contactos, generalmente, pertenecen al gremio luchístico nacional, por lo que los datos se difunden más rápido. A su vez, ha publicado crónicas y fotos en blogs especializados (www.estrellasdelring.blospot.com) y medios como Box y luchas.

“Cuando empiezo a guardar cosas de lucha libre, veo que la historia no está cuidada, como sucede en otros deportes, como la estadística del beisbol o del box. Aquí no hay nada de eso, pertenece a una subcultura, algo así subterránea”, informó.

Entre afiches, fotografías, posters, revistas divididas por épocas (3 mil 500 piezas) y máscaras rotas (cuya valía supera en lo histórico a un gasto sensible del bolsillo), el conocedor de lucha libre tiene su radar sonando tras indicios de “auténticos” tesoros en espera de ser descubiertos para reproducirlos después o exhibirlos ante individuos con gusto o no por el deporte del costalazo.

FALLA CONTACTO;
TRADICIÓN PARPADEA
Consciente de la evolución del periodismo en papel, enfocado a la lucha libre, de países como Japón, el padre de familia aceptó que el retraso del medio es evidente en México y el desarrollo se genera lento. Lo reseña ampliamente y señala como culpables al conformismo, tendencias, apatía y prensa de aficionados. Aún así, rescata su valor autóctono y las diferentes edades del área.

“Las revistas que conocemos de la época dorada de lucha libre son principalmente Luche libre, Halcón, Combates y algunas otras periféricas, pero no puede ninguna de ellas con el concepto de Súper Luchas (1991-1999), que es un formato más light, en un tipo casi tabloide a colores interior y exterior. Los demás no hacían interiores”, explicó.

Advirtió que la lucha libre se empezó a cotizar con la entrada en grande de la televisión. “Había un segmento en Acción (programa de resumen deportivo), pero hablamos de la época del Pavillón (Azteca), básicamente lucha libre televisada con personajes orientados a que se vean en la tele”, relató. “Entonces la transformación es completa, no nada más en las revistas sino también en los equipos. Necesitábamos estrellas que se vieran en la tele y se vieran bien. Súper Muñeco es uno de eso”, añadió.

La única revista que se queda, de ese mundo antiguo, es Box y lucha, la cual tuvo buen momento. “Pero a partir de los noventas se adapta a este tipo, a ser más campechana y superficial en sus artículos”, indicó. “En cambio Súper Luchas se empezó a adentrar, fue gráficamente muy atractiva, pues traía mucha fotografía, y tiene varios directores”.

Su estilo, tras la apropiación deTriple A, fue reflejo
de sus colaboradores, orientados a cubrir la farándula,
Uno de los últimos directores fue Antonio Peña en esa primera época de 1995 a 1999. “Entonces tienes un maridaje total entre la televisión y la lucha libre contemporánea. Triple A se adueña de Súper Luchas. Eso bajó mucho su calidad porque ya no cubría tanto CMLL u otra empresa; Triple A se llevó el mandado y empezó a mandar cómo se hace la lucha libre. Toda la época lo distingue”, subrayó.

También refirió que, después, “Súper Luchas dictó la línea y hubo muchas revistas, algunas más famosas o que a otros gustan mucho. Las portadas son impresionantes y sus posters gustan mucho”. Algunas de ellas fueron Colosos y Arena (en sus diferentes versiones).

“Súper Luchas transformó la época de las revistas y se quedan esas sucesoras. Luego todas desaparecen al mismo tiempo porque se acabó el boom y sigue sobreviviendo nada más Box y luchas”, reiteró.

Posee distintos álbumes de fotos.
Greg Ruiz especificó que Súper Luchas contemporánea, con el mismo nombre, no tiene congruencia histórica con la otra, sino Luchas 2000 porque parte de su grupo fundador se unió para publicarla, pero Súper Luchas está enfocada a la crónica también y el director de la segunda época (2003 a la fecha), Ernesto Ocampo, perteneció al primer equipo de trabajo para devolverle su antiguo estilo.

Sin embargo, el coleccionista saltillense destacó algunas falencias en la línea editorial de las revistas actuales. “Ahora es puro mercado de la nostalgia y por eso no me gustan las revistas contemporáneas. Casi todas están adentradas en la nostalgia. Y necesitan ser muy agresivos y propositivos como Súper Luchas a color”, dijo.

“Pero ésta también tiene sus defectos. No quisieron usar las bases que ya tenían para hacer cosas nuevas y actualmente estamos utilizando la tecnología para hacerla parecer vieja porque no le consta que tengamos algo de valor ahorita. De origen, estamos pensando que vamos a fracasar”, afirmó.

De 3 mil 500 revistas consta su acopio.
Para reforzar su argumento, relató una situación particular: “Yo siempre compro regularmente en el mismo puesto de revistas y siempre quedan seis o siete de Súper Luchas. Pero hubo un número (483) que traía en la portada un dibujito del Santo y se acabó. Otra vez el mercado de la nostalgia sigue siendo nuestro mejor expositor”.

“El público o aficionado o villamelón es el que compra y reconoce que hay algo de valor ahí, es un producto de calidad, porque el producto semanal de origen es la lucha libre y la función dominical es la que está fallando”, manifestó.

Greg Ruiz.
ARTÍCULOS DE
SU COLECCIÓN
Con máscaras luchadas en propiedad como la de Pentagón/ Espanto Jr., Lizmark, Mil Máscaras, Máquina Salvaje, Villano III y Stukita, entre otras, Greg Ruiz recuerda que se deshizo de otras 40 tapas cuando obtuvo la primera sudada por uno de su máximo ídolo y rota por Karloff Lagarde para continuar con esa línea en su colección. No, no es fan del Santo ni Blue Demon.

En su blog tiene cerca de 100 revistas escaneadas al cien por ciento, sobre todo de Súper Luchas, además de las 3 mil 500 en papel. Los posters son otro punto de su colección.

“Alguna vez he pensado en guardarlo digitalmente para comercializar algunas cosas porque está creciendo tanto que sí necesita mantenimiento”, aclaró. “Lo que cuesta es hacer reproducciones y fotografías de los negativos”.

Sin embargo, el mayor atractivo de la recopilación, es su atracción por las capuchas, cuyo origen tiene factores hereditarios, pues incluso uno de los trabajadores de su abuelo en Piedras Negras, Vampiro Vengador, fue luchador y aún mascarero con 30 años de labor. El amor de Greg Ruiz por los productos de edición limitada tiene relacionado su origen con él.

Dos Caras.
“Él dibujaba a Dos Caras, con la pura máscara sin el cuerpo. Le sacaba copias y me hacía colorearlos. Era un producto que no existía, nada más yo lo tenía”, afirmó convencido. “Me vine a Saltillo a los ocho años y hasta los 12 años me traje los dibujos para colorearlos. Ya no los tengo porque siempre fui nómada, era difícil conservarlos. Pero él sí los guardó”.

Aunque Piedras Negras no fue una gran plaza de lucha libre durante su época, allá pudo ver a Sangre Chicana, Lizmark y Los Brazos. Por ello, también ahí nació su afán por reunir documentos formales. “La principal fuente de información eran las revistas. Incluso muchos luchadores los admiro de las revistas porque así los conocías  o del dibujo que hice de ellos como Dos Caras, quien es un luchador que nunca vi y es al que más dibujaba”, relató.

De Huracán Ramírez, su tesoro.

En cuanto a máscaras, Greg conserva las únicas que tienen un significado especial para él como la del Huracán Ramírez.

Como si se tratase de buen vino, el fan saltillense reveló que hay mucha diferencia entre coleccionistas de lucha libre y coleccionistas de máscaras. Incluso hay catadores de máscaras. Por el tipo de molde, tipo de material, te puede determinar la época y quiénes son los que la hicieron, aunque no todos son especialistas en el tema.

“Los coleccionistas de máscaras a veces saben mucho de materiales y mascareros, pero no de la máscara que tienen o del personaje luchador. Algunos son muy serios. Hay nuevos que se compran muchas de 300 o 400 pesos y sólo quieren tener máscaras”, explicó. “El asunto no es cuantitativo sino cualitativo aunque cueste. A lo mejor nadie la luchó. Fuerza Guerrera lo dijo: ‘La máscara es el fondo de retiro para un luchador’”.

Documentada.
“Yo tenía una colección como de cuarenta máscaras, pero cuando me llegó ésta (de Huracán Ramírez), ya no quise mis 40. Ahora quería puras luchadas, rotas y documentadas”, enfatizó. "Esa máscara que obtuvo en varios pagos, llegó a sus manos a través de la viuda del Dr. Zeta, sobrino del Huracán junto a El Matemático y Catártico, es la dinastía García".

“No sólo es una máscara luchada y documentada, sino de un personaje que admiro mucho. Yo no tengo en primer lugar ni al Santo ni a Blue Demon. Para mí siempre fue Huracán Ramírez, por la misma razón que también le voy a Batman. Porque no tienen súper poderes”, comentó.

Posters.

Puso de manifiesto que El Santo y Blue Demon acaban con demonios, vampiros, zombies, extraterrestres y tepocatas. Disparan rayos láser, dependiendo de la película, a veces volaban o reencarnaban.

“Pero en las primeras películas del Huracán Ramírez, cuando las estelarizaba David Silva, (él) luchaba contra la mafia de barrio que cobraba piso a su restaurancito o les vendía protección”, precisó. “Si ahora sacaran películas del Santo, a lo mejor lucharía contra los clones de las Guerras de las Galaxias. El Huracán sería un vendedor de tortas o dueño de puesto en la pulga y pelearía contra los sicarios”.

Villano III, Máquina Salvaje y Mil Máscaras.
“El Huracán representaba un problema social y era un héroe normal, un Emiliano Zapata, un Pancho Villa. Santo y Demon eran una mezcla de Van Helsing y James Bond”, añadió en mofa.

Sin embargo, Ruiz tiene profundo respeto a la memoria de García por su reconvención y valentía.
“Otra cosa que le admiro es que esa parte de su vida se ve reflejada durante el periodo de los años 80´s. Es cuando se desenmascara públicamente para decir yo soy Daniel García, soy Huracán Ramírez. De esa manera se posesiona del personaje. Así surge la dinastía verdadera con Huracán Jr.; la otra dinastía será legal, pero no es de su sangre”, recordó.

“La otra lucha, que es lo negro de la lucha libre, fue cuando Huracán Ramírez fue repudiado por sus compañeros de trabajo y del medio por su lucha contra el alcoholismo”, agregó. “Empieza a hacer una acusación muy grave, donde debajo de la lucha hay drogas y alcohol. Era parte de esos asuntos intocables en el medio y a él no le dio miedo. No quería que muchos luchadores deportistas sufrieran lo que él. Por eso esta máscara me importa mucho”, concluyó.


Stukita y Trauma I.
Pentagón - Espanto Jr.

octubre 14, 2012

ANTES, UNO MÁS EN LAS CALLES; HOY, UN ÍDOLO NACIONAL: RELÁMPAGO TENAZ SOBRE EL RING



Texto y fotografías: Miguel García-Cortesía

Inspirado en el destello zigzagueante procedente del cielo nocturno, un joven saltillense con problemas de adicción se salvó del alcohol y las drogas al incursionar en la lucha libre. Hace nueve años decidió encarnar a Relámpago, cuya fuerza de voluntad lo llevó de las calles al ring, y hoy brilla con luz propia a nivel nacional.

Pese a los desafíos y pruebas tanto de la vida como del enlonado, el gladiador aéreo alcanzó el firmamento de los favoritos del público y no quiere bajarse de su nube, aunque abandonó las filas de la caravana estelar de Triple A y ahora pertenece al círculo de Los Independientes.

Dicen que un rayo no cae en el mismo sitio dos veces, pero él volvió en una visita rápida al hogar de su infancia para brindar cariño y dejarse consentir por su numerosa familia, pues hoy radica en la capital del país.

El enmascarado con centellas azules sobre el rostro negro y tatuajes en la parte alta del cuerpo, recuerda orgulloso su giro de timón tras portar la máscara y sus avatares al iniciar la aventura por aire.

“Yo tuve un fondo de sufrimiento muy crítico, desgraciadamente a mi corta edad. Entre los 14 y 21 años eché a perder mi tiempo en la vida, no lo aproveché, no estudié ni nada. Fue una vida desviada”, confesó quien ganara la Copa Higher Power en 2012 del Grupo Internacional Revolución de Lucha libre (IWRG, por sus siglas en inglés).

Con su mamá.
Nunca fue tarde para admitir su error y comenzar otra vez. Pero aunque intentó abandonar su dependencia a esas sustancias, reincidía constantemente.

“En mi caso, estuve en un grupo de rehabilitación por dos años por mi propia voluntad. Aprendí mucho con literatura muy padre donde manejamos doce pasos. Cuando salí, lo hice recuperado”, relató. “Me ayudó bastante, pero me faltaba algo más porque me desviaba, seguía mal”.

La motivación aparecería al doble más tarde, luego de tener a su hijo en brazos y una pasión innata por echar maromas.

“Después conocí a la mamá de mi hijo y comencé una mentalidad diferente para tomar la vida. Entonces, ahí descubrí la lucha libre y fue un buen paso para salir adelante y ser una persona deportista, sana, sin vicios ni drogas”, reveló el triunfador en la Lucha Futbolística organizada por Triple A y la FMF, previo a la despedida de la Selección Mexicana de Futbol al Mundial de Sudáfrica 2010, donde los participantes de la eliminatoria fueron enmascarados con capuchas alusivas a equipos de Primera División y sólo Relámpago cubrió su rostro con la tapa del combinado azteca para alzarse con la victoria.

Uno de sus primeros equipos.
No obstante, para el alumno de Ráfaga de Oro y los Hermanos Diablo, la clave de su metamorfosis fue su convicción de renovarse y por ello alienta a los enfermos con estos padecimientos a descubrirla para sanar.

“Las personas que tienen este tipo de problemas con las drogas y el pandillerismo, creo que no cambian si no tienen esa fuerza de voluntad, porque pueden estar en los mejores centros de rehabilitación o religiosos, (pero) si en tu vida no existe, ahí te vas a quedar”, afirmó.

“Aprendí que la vida es muy bonita y, si sabes llevarla sanamente, van a venir cosas mejores”, sentenció.
Aunque se ha visto tentado a recaer en el medio luchístico, los malos momentos siguen frescos en su memoria para hacerle recapacitar. “El fondo de sufrimiento que yo tuve fue tan crítico que echas tu casset para atrás, recuerdas todo el daño que te causó y dices no a las drogas”, admitió. “Eso sí, no soy un santo, todos tenemos nuestro lado para echar relajo, pero ya sano”.

Orgullo de Saltillo, Coahuila.
LA PRIMERA CHISPA
Su acercamiento a la lucha libre fue a través de Ráfaga de Oro, quien luchaba como Ave Negra y a quien conoció cuando entró a trabajar en una fábrica. “Nos hicimos buenos amigos y me presumía con sus fotos que era luchador”, recordó la flamante pareja de Extreme Tiger.

“Tenía un físico muy impresionante y me empezó a entrenar en lucha libre. Pero nada más fui un día y no volví hasta tiempo después en la Obreros del Progreso”, dijo. “Se me hizo muy pesado el entrenamiento después de que siempre me reía de él porque le decía que la lucha libre era puro cuento, que no se pegan de verdad, eran payasos”.

Dentro de dos meses, regresó arrepentido tras observar las funciones en la televisión  y emocionarse con el trabajo de un ídolo internacional. “Vi las luchas de Rey Misterio Jr., compré sus discos. Al verlo en video cuando andaba en su mero apogeo en 2005, fue mi inspiración. Yo quería ser algún día como él”, manifestó. “Empecé con esa mentalidad y se convirtió en mi pasión la lucha libre”.

Cuando le hicieron subir al ring, su debut no fue el soñado. “Entrenaba en la Obreros con los Hermanos Diablo, muy buenos maestros. A los tres meses, debuté sin estar preparado, faltaba un muchacho y yo no tenía ni rodilleras o máscaras”, informó.

El promotor sacó una máscara y esa fue su primera tapa, la cual tenía relámpagos en los costados. A partir de ahí nació el nombre con el que sería referencia a futuro desde el 23 de mayo de 2003. “Debuté sin ninguna experiencia. Recuerdo que esa vez no hice nada, me ganaron los nervios. No es fácil como la gente dice”, hizo memoria.

Una vez recibió a Los Capos en Saltillo, pues los promotores siempre lo incluyeron en luchas estelares o semifinales. “Para mí fue una satisfacción grandísima”, comentó sorprendido por la emoción aquel día, la cual le provocó un accidente que hubiera sido fatal.

“Antes del evento a mí me atropellaron en mi moto, andaba tan emocionado que me pasé el alto. Gracias a Dios no pasó nada, volé como dos metros, me aventó el carro y se destrozó la moto”, relató. Sin verse herido, se levantó para acudir camino a la función. “A mí me preocupaba llegar a la arena”, añadió.

EXTREMA DECISIÓN
“Cuando dejé mi vida anterior, nunca me imaginé que yo tenía una capacidad muy grande para el trabajo”, destacó su transición. “Desgraciadamente, no estudié por ciertas razones, pero cuando doy un giro, me meto a una fábrica”.

“Primero empecé como operario, hacía las vestiduras de los asientos y camionetas. Tenía mucha habilidad para el trabajo, sacar las metas y cantidad que nos ponían para la producción”, recordó. “Era muy bueno para decorar y ciertas operaciones difíciles. Me fueron ascendiendo como team leader y luego auditor de calidad”.

“Me gustaba que mi familia estuviera bien y mi hogar con los muebles bonitos. Después conocí el gimnasio y trabajé de entrenador. La lucha libre era por amor al deporte”, precisó.

Empero, el luchador en ciernes se vio en una encrucijada y se puso en mente el sueño que parecía muy alto para un joven gladiador de provincia. Para correr el riesgo, debía ser valiente.

“Cuando decidí tocar puertas en una empresa grande, tuve que dejarlo todo. Para mí fue muy difícil porque dejé mis dos trabajos, mi familia y todo para lograr algo”, enfatizó.

Máscara de México.
“Siempre he sido en todo lo que realizo una persona que lucha por ser mejor”, enalteció. Empezó en Saltillo, no se le dio proyección, quiso destacar, poco a poco fue logrando oportunidades. El segundo paso fue ir a la Arena Coliseo de Monterrey. Era su ilusión entrar y se le concedió por el esfuerzo.

“Cuando me sentí con la capacidad y talento para ser una estrella en la lucha libre, me dije que podía destacar dentro del medio. Siempre he tenido esa inquietud por ser el mejor de México”, declaró con férrea seguridad.

Después se sentía chiquito en la Coliseo de Monterrey y viajó a México con buena estrella. Entró a Triple A, entrenó con El Apache y El Mexicano, hizo su debut el 17 de agosto de 2009, estuvo trabajando tres meses con ellos y admitió que fue algo importante para su carrera porque se le brindó proyección a través de televisión.

SIN MARCHA ATRÁS
“A veces sí me pega (la melancolía), se vienen momentos difíciles, no hay o tienes poco trabajo y es cuando extrañas a la familia. Te sientes solo y triste, pero todo sacrificio tiene una recompensa y, gracias a Dios, a mí me ha llegado”, manifestó en la comodidad del sillón.

Pero desde que empezó su travesía por los cuadriláteros de México, su constancia le ha valido el éxito. “Me puse las pilas. Vivía con varios luchadores que también buscaban la oportunidad. Como todos, la sufrías. A mí me gusta ser trabajador y no el típico flojo que espera a ver si le llega. Me puse a buscarlo”, narró.

“Trabajé en un gimnasio muy bueno, tenía mi sueldo por semana. A mí se me facilitó porque traía porte y físico para ser un preparador”, añadió. “Eso me ayudó mucho para mantenerme en México mientras me daban la oportunidad en Triple A. Cuando tuve más trabajo, renuncié al gimnasio por mis viajes”.

“Ahora estoy como independiente, hace unos meses renuncié a Triple A para foguearme en otras empresas y conocer a otros maestros”, finalizó. “Ahora entreno en la escuela de lucha de la Arena México. Ahora no pretendo buscar la oportunidad ahí (CMLL), sino prepararme y aprender más de la lucha libre”.

Laredo Kid lo ha querido jalar para luchar en Estados Unidos. Ahora está en trámites su visa para darse a conocer internacionalmente. Tendrá una gira en Colombia que se pospuso para febrero del próximo año.

Al igual que los entes alados de la WWE como Sín Cara y Rey Misterio Jr., el exponente saltillense de los lances suicidas advirtió que tiene carisma para ganarse a la afición. “Yo considero que tengo mucho ángel con los niños y es lo que me ha ayudado para ser querido”, aclaró además de conocer sus otros dotes.

Respecto a su estilo aéreo, admitió que le vino de un sentido innato por vivir el peligro en el aire. “Cuando empecé a entrenar yo traía la habilidad. Desde chiquillo me gustaba echarme maromas. Conozco las cuerdas y es cuando me acoplo”, indicó.

Aún así, no olvida que la lucha libre mexicana es más que brincos. “Tenemos que trabajar como la gente nos pide. Muchos prefieren los vuelos  y a otros les gusta la lucha clásica. Cada vez nos preparamos más para ser un luchador completo”, agregó enfocado en aprender durante sus combates de Naucalpan, por ejemplo, con la dinastía del Negro Navarro.

“Me gustara seguir los pasos de Místico y Rey Misterio Jr., me siento con la capacidad y el ángel. Cuando salgo, los niños corren a mí. Mi personaje tiene mucho carisma, además de ser humilde, porque eso te acerca a la gente con tomarte una foto. Me gusta ser sencillo y los fans son los que te hacen grande”, concluyó.

TABLA
Nombre de batalla: Relámpago.
Maestros: Hermanos Diablo, El Mexicano, El Apache.
Debut profesional: 23 de mayo de 2003 en Arena Obreros del Progreso.
Debut Triple A: 17 de agosto de 2009.
Títulos: Copa Higher Power 2012 de IWRG. Lucha Futbolística de Triple A en 2010.

octubre 11, 2012

DE LA TELA AL RING, EL MARIACHI SALTILLENSE GENERA ILUSIONES Y SONRISAS COMO PERRO GÜARUMO, TIBURÓN Y UN LARGO ETC.


Textos y fotografías: Miguel García-Cortesía

No es un bufón ni el chacal de la trompeta. Pero su sentido del humor ha hecho de Max González un luchador versátil, diferente en Saltillo, por darles aliento y gracia a los ídolos del público infantil, con mucho éxito arriba del cuadrilátero entre pequeños y grandes.

Su esposa dice que en el hogar de músicos, costureros y luchadores, nunca faltan las carcajadas y esa idea de optimismo, picardía y desahogo transporta al ring el padre de Tiburón Jr. para realizar una lucha con más comedia.

En el marco de las elecciones presidenciales de México este año, se recuerda su entrada como el Perro Güarumo, vestido de candidato y en compañía del séquito de botargas inspiradas en las caricaturas. “Si no completas pa’ las cheves, que te las paguen”, era su lema de campaña.

En consideración a los riesgos que ahora corren los nuevos gladiadores, hambrientos de fama como él cuando comenzó su trayectoria hace 25 años, él sabe que no está para esos trotes y el gladiador conocido como Bello Max en su debut prefiere arrancar una sonrisa antes de exponer el físico por una mueca de asombro.

El primer Tiburón.
Esa época terminó para él y se la deja a su vástago, Tiburón Jr., quien se abre camino a través de las fauces abiertas en cada salto al vacío y con un rediseño más moderno del equipo.

“Siempre me ha gustado la lucha y hacer un poco más de relajo”, enfatizó respecto a su estilo. “Últimamente lo que se hace en la lucha es muy arriesgado. (Yo) hago una lucha menos dramática, la gente se desestresa porque dentro metemos algunos sketches”.


Tarzán en tope.
Sabe que su forma de hacer circo, maroma y teatro no es del gusto de todos, pero afirmó: “Para ser luchador, hay que ser libre también (en modos y por empresas), porque en mi tiempo era una madrina segura si luchabas con gente de otra arena”, afirmó.

Tarzán, Perro Güarumo, Adán, La Vaca Chenta, Bob Esponja y Patricio son algunas de sus creaciones. De su primera fuente de ingresos como fundador del Mariachi San Juan, Max dispone de algunas horas para decidir entre materiales, trazos y colores, además de ocupar el tiempo de costura en su taller o en la máquina de coser situada en la cocina.

Vestido de mariachi, asistió para dar un reconocimiento.
Cuando termina el nuevo atuendo, lo siguiente es encarnar con justicia al personaje sacado de la televisión. Gracias a sus dotes de imitador, pues su parodia favorita es la de “Chente” Fernández, la tarea es muy sencilla para él.





Cuando ganó la máscara de Diablo Negro, era Tarzán.
Dentro de su historia deportiva, dos hechos son importantes recordarlos. Ante Dragón Oriental (Antonio Hernández), perdió la máscara de Tiburón en la Arena Obreros hace 15 años y luchó desenmascarado después. Más tarde, como Tarzán, ganó la capucha del Diablo Negro en el Salón Ferrocarrilero. También obtuvo el Campeonato de Peso Completo de Saltillo, ante Manuel Estrada, quien era Pájaro Azteca II.

Como Dios nos trajo al mundo: Adán.
En 1988 las Saetas Amarillas I y II eran los más avanzados entre los novatos de la Obreros del Progreso y con ellos se acopló la futura Vaca Chenta. Como iban a hacer su debut en 3 meses, lo invitaron a acompañarlos en la primera lucha, aunque ellos ya tenían su traje y él no.

Sin embargo, este imprevisto no fue impedimento, pero cuando tomó la decisión Max acabaría por encarnar durante dos años a un luchador exótico aunque no había sido preparado para ello.

“Hay un calzón rosa en la Obreros para quienes van a luchar y no tienen equipo de lucha. Por ello, la única manera es de salir como exótico porque andas en puros calzones”, recordó su inicio. “Sabía que el compromiso estaba hecho porque la cartelera se mandaba a las imprentas con un mes de anticipación”.

CREATIVIDAD DESBORDADA
Después, tuvo la oportunidad de entrar al área de la confección de equipos para luchadores, ensayando con los de su propiedad. “Mi mamá tenía una maquinita (de coser) con la que hacía arreglos, levantaba bastilla. Mis primeros trabajos los hacía para mí, pero salían puras tragedias, porque no me quedaban o se rompían”, dijo entre risas.

“Cada mes llegaba con un disfraz diferente. Me encargaban uno de las tortugas ninjas o guerreros del espacio”, indicó. “Había un personaje que llamara la atención a los niños y (yo) subía al ring para estrenarlo, la mayoría era de caricaturas. La gente ya me esperaba en la siguiente función”.

¿Nace una dinastía de escualos?
Además, su familia empezó a incursionar en el pancracio saltillense. Cuando trepaba descalzo a los postes como Tarzán o cazaba a sus presas como El Tiburón, sus hijos hacían de mascotas o ballet para sus personajes, sea de “Changuitos” o “Charalitos”. En esos momentos, su satisfacción era muy grande; mucho más ahora, que uno ya es luchador profesional y el otro va camino a serlo.

Feliz porque la afición de Saltillo conserva el carácter noble en comparación con el público de otras ciudades, Max González todavía puede hacer reír a las familias, incluso a sus compañeros en el ensogado, quienes son sus principales cómplices. “Algunos no se agüantan la risa cuando luchan conmigo. Y aunque seas rudo, la gente te apoya bastante”, comentó.

Una de las múltiples peregrinaciones.
Su mayor alegría es que hasta hoy, arriba del cuadrilátero, lo siga su familia y algunos diez niños que entrenaba en el Gimnasio Coahuila, con los cuales abren las funciones en las arenas a través de luchas de exhibición buscando preservar el deporte del costalazo y la unión del gremio luchístico.

TABLA
Nombre de batalla: Tiburón
Otras identidades: Bello Max, Tarzán, Adán, Perro Güarumo, La Vaca Chenta.
Debut: 1988 en la Arena Obreros del Progreso
Maestros: Green Demon, Costeñito Moy, Rocky Macías.
Máscaras: Diablo Negro.

octubre 10, 2012

RELÁMPAGO 'ILUMINA' LA OBREROS: GUERRERO NEGRO JR. CAE CEGADO


Texto y fotografías: Miguel García

En medio de una ovación que se convirtió en emotivo suspiro lanzado por el público femenil cuando el ídolo saltillense besó el ring, Relámpago se despidió el domingo pasado con un triunfo de la arena que lo vio nacer, en Obreros del Progreso, ante otro exportado de la capital coahuilense a la Ciudad de México y nuevo miembro del CMLL, Guerrero Negro Jr.

Los dos gladiadores capitaneron sus tercias completadas por la presencia de elementos locales, en un efervescente combate con el grado de intensidad muy alto, pues la media docena de guerreros ofreció a la gente un choque bárbaro de habilidades y aguante.

La primera caída fue un enfrentamiento brutal donde el tenor del combate fue impuesto por los rudos. Del Relámpago al Guerrero, los manotazos al pecho salieron disparados a paso lento pero contundente. Los impactos hacían proferir a la tribuna voces de asombro.

Sin embargo, el Júnior de los Picazo rompió la tanda de machetazos al sorprender cara a cara a su rival con súplex frontal, sujetándolo de los brazos. Ahí comenzó el castigo para los técnicos.

El primero en caer fue Black Cat a manos de los tres rufianes con un “carro romano”. Luego, El Príncipe también sucumbió ante el doble castigo de Latino y su sobrino, Ángel del Infierno. Después de recibir su tanda extra de sopapos, Relámpago también agitó las manitas ante la cruceta a las piernas y palanca al brazo, aplicadas por el menor de los Hermanos Diablo.


Para continuar con la batalla, los malvados dominaron todavía las hostilidades, vapuleando feo a los favoritos. Pero de pronto, el trío de estetas consiguió darle un giro a las acciones y muy a su estilo ganaron el segundo asalto con suma facilidad, haciendo de una sorpresiva reacción su mejor estrategia para llevar a sus oponentes a las espaldas planas.




Antes de comenzar el último episodio, el referí Salvatore se llevó una “silla eléctrica” por parte de los técnicos debido a su parcialidad ruda, pero los malvados lo pusieron a salvo, mientras el otro árbitro, Paco Tovar, impondría justicia arriba del ring sin la interrupción del colega.




Enseguida, Relámpago tomó la batuta para dirigir a su equipo hacia la victoria con un gran despliegue de fuerzas arriba y abajo del enlonado. El esteta ex Triple A vació pronto el ring, empezando por sacar a Ángel del Infierno con patadas de canguro a la espalda tras esquivarlo, luego castigó el cuello de Latino al lanzarlo por los aires con tijeras y, con la misma dosis, despachó a Guerrero Negro Jr.


No obstante, el as del aire no le dio descanso al Júnior y se le tiró un tope entre la segunda y tercera cuerda, mientras El Príncipe sometía con una ranita a Latino. Cuando estaban tres contra dos, Relámpago quiso acabar el combate rindiendo al capitán de la tercia. Así, con una plancha desde la tercera cuerda, el ídolo saltillense ganó la última caída para molestia de los fanáticos rudos. Para el desenlace, el gladiador nacido en la colonia Antonio Cárdenas se marchó besando la lona del cuadrilátero ante el aprecio de su gente.

‘PEQUEÑO VALIENTE’
DEFENDERÁ TÍTULO

El también esteta e ídolo de la Arena Obreros, Meteorito, defenderá el próximo domingo su título de Campeón Estatal de Tamaulipas ante el descendiente de los Hermanos Diablo, Sangre Latina, luego de sucumbir en la pasada función con ayuda del padre del joven rufián, Latino.

En una lucha de sangre y odio, donde los seconds fueron Suavecito por Meteorito y Krator Jr. por Latina, el “Pequeño Valiente” fue el más perjudicado al padecer un fuerte castigo que le hizo sangrar y lo dejó en feas condiciones pese a su entrega por llevarse la victoria.

Pese a la intervención y perder a la mala, Meteorito aceptó exponer su título y se pronostica una dura batalla entre dos gladiadores con aptitudes técnicas.


octubre 02, 2012

SAETAS AMARILLAS I Y II: DEJARÁN UN VACÍO EN EL AIRE LOS 'ACRÓBATAS DEL RING'


Atletas consumados en el beisbol y la lucha libre.
Texto y fotografías: Miguel García-Cortesía

Guiados por el temple de su padre “El Toro” Castillo y otros maestros, las Saetas Amarillas I y II surcaron los cielos de la capital coahuilense en busca de mejores horizontes hasta alcanzar su mayor altura tras 25 años de trayectoria desde su debut en la Arena Obreros del Progreso.

De cuerpo espigado, con un peso en poco más de 50 kilos y baja estatura durante su juventud, eso no les impidió llegar derecho y como flechas al gusto de la afición. Nunca nadie sometió a los llamados “Acróbatas del Ring”, ni siquiera la muerte, mucho menos las lesiones.


“Nosotros nunca tuvimos miedo de lo que hacíamos. Los doctores nos decían: ‘No sean temerarios, no les vaya a pasar algo’”, recordó el mayor. Pero esa valentía atrajo muchas consecuencias para poner a prueba su fe y orgullo deportivo.

Un día un choque en moto le rompió los meniscos de la rodilla a la segunda versión de las Saetas, pero el accidente no lo detuvo. “Dos meses después me fui a luchar a Monclova. El que tenía la lesión era Carlos Ernesto, no la Saeta Amarilla. A la Saeta no le duele nada”, afirmó.

DE IDA Y VUELTA
AL MÁS ALLÁ
Pero lo más impactante que le ocurrió a la Saeta Amarilla II, sucedió cuando pudo recorrer el túnel al más allá, luego de golpearse en la nuca tras medir mal un vuelo.

“Me quedó muy marcada, yo me morí y regresé, fui hasta la luz y me volví a regresar”, confesó. “En el Salón Ferrocarrilero, me aventé un tope, mi contrincante estaba demasiado lejos.  Quise darme la vuelta y caer de espalda, con los pies y la espalda amortiguo la caída”.

“No alcancé a girar y me di en la nuca. Yo veía a mi hermano que me hablaba. Yo también le hablaba, pero él no me oía. Yo le gritaba porque me estaba yendo, me veía en un pozo”, recordó. “Él quitaba a la gente, me quitaron las zapatillas. Me sientan y empiezan a desabrochar la máscara. Has de cuenta que respiro otra vez. Seguí luchando, aunque me levantaba y me caía”.

Su hermano mayor advirtió que en esas situaciones se olvidan los papeles. “Uno no sabe si estás bien o no. Dice la gente que es show, pero a final de cuentas te desesperas. Se olvida tu papel de técnico y vuelves a ser el hermano”, dijo.

Asimismo, la sangre hierve cuando irresponsablemente no se preserva el código de ética entre compañeros luchadores.

Otra ocasión avisaron al menor de los López Villanueva que su hermano había sufrido un accidente tras realizar un mortal desde las cuerdas. “Lo cacharon, pero lo agarraron de los pies, se dobló y cayó en las gradas de Obreros. Se desmayó”, relató. “Lo primero que preguntas es: ¿Con quién entró? Quieres golpearlos, pero en realidad no fue su culpa”.

TRADICIÓN DEPORTIVA
Unidos por la sangre y la pasión al deporte, los hermanos López Villanueva renunciarán juntos y pronto al costalazo, así como empezó la dupla una tarde al acudir al gimnasio del Santo en Saltillo para comenzar su carrera en los ensogados.

De familia atlética, cada fin de semana era jugar beisbol y acudir a las funciones del pancracio donde eran programados. Su también hermano, Mr. Britanic, luchó durante media docena de años, mientras su padre lo hizo como “El Toro” Castillo.

“Mi papá nos inculcó el amor por el deporte. Él todavía es umpire, también tenemos otro hermano en el beisbol. Los hermanos de mi mamá también eran luchadores. Eran Coahuilteco, Suavecito, Alacrán Villanueva y Chamaco Villanueva”, comentaron bajo el techo de su domicilio ubicado en la colonia Morelos.
De cuerpo fibroso, los hermanos admitieron que, pese a su cultura deportiva, nunca “hicieron fierro”. “No nos gusta andar corriendo en la calle”, señalaron. “Yo con mi trabajo tengo, somos albañiles. Subo blocks, cargo cemento y traigo las carretillas”, indicó la primera Saeta.

Incansables, disfrutan del rey de los deportes y los azotones entre enmascarados. “Nosotros llegábamos en la mañana cambiando la maleta de la lucha por la del beisbol. Luego regresábamos para cambiar la maleta del beis por la de la lucha”, contó Carlos Ernesto. “Regreso y me dice mi señora: ¿Cómo andas? Si vengo es nomás para irme a la cama”.

“Hubiera querido, como tenemos el cuerpo ahorita, haberlo tenido en ese entonces. Pesábamos 54 kilos. En Monterrey y San Luis no nos querían por el cuerpo. Nos decían: ‘Se mueven mucho, pero el cuerpo no les ayuda’. Comíamos normal, pero nunca nos engordamos. Mi papá nunca quiso que hiciéramos pesas, porque después nos colgamos”, manifestó.

ALIANZA INTOCABLE
“A todos les digo que soy su primer hijo”, refirió el menor del par para enaltecer los lazos entre ambos, cuya alianza les remunera en espectáculo arriba del cuadrilátero. “Yo viví con ellos después de casado. Somos seis hermanos; pero él y yo somos los que mejor nos llevamos”.

“Aparte de que somos hermanos, siempre convivimos. Yo soy el mayor y él siempre iba conmigo”, explicó el otro.

Uno de sus secretos de oficio también fue revelado. A veces uno cumplía el trabajo por los dos en el enlonado cuando alguno de ellos estaba indispuesto para luchar por enfermedad o cansancio, pues la gente no se daba cuenta de la diferencia entre los dos luchadores.

Aunque la primer Saeta no sigue en activo desde hace 10 años, espera rendir al máximo con un entrenamiento enfocado para realizar una digna despedida a los llamados “Acróbatas del Ring”.
“Yo llegué hasta donde pude. No había más manera. Faltaba quién te apoye, algún padrino. Además, fui campeón y salí de viaje. No me faltó nada por hacer”, comentó.

“Tuvimos la oportunidad de ir a Triple A. Nos iba a llevar Chacho Herodes. Íbamos como minis, Mini Oro y Mini Plata, pero en esos días fue cuando se mató Oro y se paró todo” informaron.

Sólo el cansancio después de tantos esfuerzos hizo doblarse a las Saetas y es su motivo para colgar las botas. Pero hoy ambos quieren coronar su carrera con el reconocimiento local en una lucha de apuestas.

“Sí me ando retirando este año. Quisiera apostar la máscara, ganar o perder me daría igual”, precisó la Saeta menor. “Si ganas te vas invicto, pero por otro lado me gustaría que me saludara la gente en la calle”.

La seriedad que imponían en los enfrentamientos es reconocida. Incluso, no eran adeptos del estilo bufón de algunos estetas cuando caían en excesos o irresponsable de otros. “Un día me aventé un mortal, pero como había tenido un pique con Terremoto no entraron él y Tortuguillo, pero caí parado”, narró el Saeta II. “Se me quedan viendo los dos y mi pareja, Motocross. Lo que hago es sacar una silla abajo del ring y les di de sillazos a los tres. La gente decía: ‘Dales, Saeta, dales por pendejos’”.

Cartel de su segunda lucha.
DE BUENA PUNTERÍA
Avecindados en la Zona Centro, los jóvenes aspirantes iniciaron su camino por aire y a ras de lona como aficionados a las luchas en Arena Obreros y el Gimnasio Municipal. Cuando llegaron a la catedral de la lucha libre en Saltillo, se pusieron a las órdenes de Costeñito Moy.

“Empezábamos a las seis de la tarde y todos terminaban a las ocho. A nosotros nos dejaba (Moy) a veces a las doce de la noche. Se iba y nos dejaba encerrados para entrenar. Después regresaba tarde, pero nos pagaba el taxi”, relataron.

“Duramos un año entrenando a diario. La prueba (para obtener su licencia) la pasamos corriendo. Nosotros estábamos surgiendo bien. Luchamos dos veces aquí (en Saltillo) y para la tercera ya estábamos luchando en Monclova”, añadió. “El examen lo pasamos por los que estaban a nuestro alrededor, ellos exigieron que pasáramos la prueba”.

Durante su travesía entre los cuatro ángulos, se cuentan rivales como El Dandy, La Bestia, Rey Misterio, El Pirata Morgan, entre otras figuras nacionales. “Nosotros hemos luchado como con cuatro dinastías diferentes de los Espantos Jr., de Torreón”, dijeron.

MAESTROS DUROS,
DE VIEJA ESCUELA
Uno de sus mayores orgullos era que Remo Banda (Volador y Súper Parka) decía: “Luchen porque les quiero copiar. Muévanse, hagan mortales y todo. Yo estoy aprendiendo de ustedes”.

Sin embargo, ambos externaron su opinión respecto a la nueva generación de gladiadores que no valora su conocimiento ni su dureza al liderar en la punta los entrenamientos.

“En la lucha casi no entreno porque hay mucho chavo nuevo. Vas, tú eres la punta (quien lidera la práctica) y atrás de ti vienen hasta doce chavos. Vas maromeando, poniendo la muestra y ellos se quedan porque no saben. Me paro y les pregunto quién lucha. Todos pero no pueden hacer esto”, reveló el Saeta I, sorprendido.

“De hecho, quiero llavear, están todos y me dejan entrenando sólo, todos se bajan del ring porque uno ya acabó y otro va a un mandado”, dijo entre risas. “Yo les quiero enseñar porque yo ya me voy, ahí muere, pero quiero que ustedes sigan la misma escuela”, subrayó seriamente.

“Cuando nosotros entrenábamos, no nos permitían agarrarnos de las cuerdas ni sentarnos porque era una forma de descanso. Echabas una maroma mal y te la pedían otra vez. Dale para atrás, vuela otra vez”, explicó.

La falta de compromiso y seriedad se evidencia hasta en un movimiento como “la toreada”. “Si a mí me avientas a las cuerdas, yo corro sobre ti y tú te tienes que quitar. Yo no te voy a dar la vuelta. Si te quedas de pie, yo te llevo. La “toreada” es que se vea que te empujan”, finalizó la entrevista, preocupado por el futuro de la lucha libre en la capital coahuilense.

Cartel de su papá, El Toro Castillo.
TABLA
Nombres de batalla: Saetas Amarillas I y II.
Debut: 22 de mayo de 1988 en Arena Obreros del Progreso.
Maestros: Costeñito Moy, Rocky Macías y Negro Rivera.
Trofeos: Saeta I. Trayectoria: 15 años. Máscaras: Microbio (Chómpiras), Pandillero y Campeonato Ligero de Saltillo. Saeta II. Trayectoria: 25 años. Máscaras de Sombra Lagunera y cabellera del Pandillero.